El juez David Manicinelli ha tomado una decisión clave en el caso de Fernando Béaz Sosa, muerto por una golpiza a la salida de una discoteca: avaló el pedido de prisión preventiva para ocho de los rugbiers acusados del asesinato. Esto significa que los jóvenes continuarán en la cárcel a la espera del juicio oral en su contra.
Por otra parte, la justicia ha sumado el agravante de alevosía a la calificación de homicidio, lo que complica el panorama para los sindicados. La define en su fallo como “el empleo de medios, modos o formas en la ejecución del hecho que tiendan directa y especialmente a asegurar el homicidio sin riesgo para el autor”, recoge el portal Infobae.
“Los aquí imputados, aprovechando la inadvertencia de la víctima, propinaron el primer golpe por detrás, logrando desestabilizarlo, oportunidad en que cayó al suelo, comenzaron a intervenir los restantes sujetos con golpes de puño y patadas, todo ello con la finalidad de consumar el plan previamente acordado de dar muerte a Fernando Báez Sosa”, refirió Mancinelli.
Esto quiere decir que, bajo la mirada del juez, los acusados tenían todo planeado para asesinar a Fernando. “Extrema violencia desplegada y desprecio por la vida humana”, afirmó el juez.
Cabe resaltar que la condición de los rugbiers detenidos en el penal de Dolores, es un tanto complaciente, ya que reciben visitas de sus familiares en horas que no corresponden al horario, además de encontrarse aislados de los demás presos “por temor a represalias”. Incluso, otros reclusos han presentado quejas por ciertos privilegios, como inodoros en sus celdas.