Una familia de Zeeland, Michigan (Estados Unidos) asegura que su perro los salvó al detectar una fuga de gas tóxico procedente del horno de la casa, de la cual no habían sido avisados por el detector que habían instalado.
El martes pasado, Diane y Gary Smith comenzaron a ver que Rascal, de 13 años, ya no se comportaba con la vitalidad que lo caracterizaba. “Él no venía hacia mí cuando lo llamaba por su nombre, y cuando entró a la cocina se desmayó. Así que le di algunas galletas, pero él no quería nada, lo que era inusual”, manifestó la mujer al canal WXMI de Michigan, Estados Unidos.
Extrañados por esta conducta, los dueños del animal lo llevaron al veterinario, quien no halló en el can ningún rastro de enfermedad. Cuando volvieron a casa, el perro volvió a comportarse extraño. “Él solo estaba tirado y no respondía como usualmente lo hace. Simplemente no se veía bien”, relató la señora.
Al enterarse de esta situación, el esposo de una de las amigas de Diane sugirió que la situación podía ser una fuga de monóxido de carbono. Los esposos salieron del hogar con su mascota y vieron como esta volvía a la normalidad.
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El problema era causado por una rotura en el horno, por la cual escapaba el peligroso gas. Un especialista que revisó el lugar señaló a la pareja que la filtración era demasiado baja como para ser registrada por el detector de gases.
Rascal sí pudo detectar la fuga debido a que los perros son más sensibles a este gas que los humanos, afirma Gary. Los esposos, procedentes de Estados Unidos, reemplazaron su horno y su detector, y están muy agradecidos con su mascota, quien ya se encuentra mejor.