En Hong Kong, centenares de médicos abandonaron los hospitales con motivo de protesta. Su accionar se traduce a la preocupación que tienen respecto a la propagación del nuevo coronavirus a este territorio.
Más de 1.000 galenos exigen al Gobierno para que la ciudad cierre su frontera con China continental. En este país comenzó la epidemia que ya provocó la muerte de más de 360 personas.
Este panorama adverso en Hong Kong se desencadenó porque el liderazgo de la ciudad, aliado de China, se resiste a sellar completamente la frontera. Esta situación hizo que el personal médico no esencial levante su voz de protesta.
Cerrar la frontera con China por coronavirus sería discriminatorio, económicamente perjudicial e iría en contra de los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así lo argumentaron las autoridades del centro financiero global.
Pese a su postura, el gobierno de Hong Kong aseveró que las llegadas desde el continente han disminuido significativamente. Asimismo, las autoridades de la ciudad han suspendido algunos cruces.
Este territorio está sumido en una profunda desconfianza histórica hacia el continente después del brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) de 2003. En ese año, Beijing encubrió la epidemia y el resultado nefasto fue un saldo de casi 300 ciudadanos muertos en Hong Kong.
Trabajadores de los centros de salud, que pertenecen a un sindicato, votaron a favor de la huelga. Las manifestaciones en las calles se dieron el lunes.
En el frontis de todos los hospitales de la ciudad, los galenos se reunieron el lunes por la mañana. Para alentar a sus colegas a unirse a la huelga, todo el personal de salud difundió cintas blancas.
La presidenta de la Alianza de Empleados de la Autoridad Hospitalaria, Winnie Yu, declaró a la prensa respecto a su decisión inquebrantable. “Si no hay un cierre completo de la frontera, no habrá suficiente mano de obra, equipo de protección o salas de aislamiento para combatir el brote”, sostuvo.