El bombardeo a las bases de Ain al Asad y de Erbil en Irak, donde están las tropas de Estados Unidos, desató una serie de interrogantes debido a las amenazas por parte de Irán tras el asesinato de su militar Qasem Soleimani.
El jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, detallo ante el Parlamento que el verdadero objetivo de los ataques perpetrados el pasado miércoles, no era ‘’matar soldados enemigos’’.
“Queríamos (mostrar) que podemos atacar cualquier lugar escogido por nosotros”, declaró el general del ejército élite persa, sobre el lanzamiento de misiles contra las fortalezas de Washington en Medio Oriente.
Tras el lanzamiento de los misiles, Donald Trump explicó en sus redes sociales que ''tenían a los mejores militares del mundo'', y no había víctimas fatales. Mientras que el Gobierno persa se atribuyó al menos enemigos muertos.
Los últimos dos días, Irán está envuelta en el caos no solo desatado por la incursión de militares y el remoto estallido de un conflicto armado, sino también por las protestas contra el régimen de Hasán Rohaní y el ayatolá Ali Jamenei.
Cabe resaltar que los uniformados de Estados Unidos en la base de Ain al Asad, supieron del lanzamiento de misiles contra sus bases dos horas y media antes de que Irán actuara, según informó CNN.
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Incluso, una corresponsal de este medio que pudo entrar a la base, contó que la mayoría de efectivos se habían escondido en búnkeres.
“Estamos dispuestos a sentarnos y discutir sin condiciones previas una nueva vía, una serie de medidas que harán de Irán un país más normal”, expresó Mark Esper, secretario de Defensa de la Casa Blanca, en referencia a la voluntad de Donald Trump para ponerle fin a la tensión en Medio Oriente.