Un incendio forestal que comenzó hace 18 días viene destruyendo gran parte de la Amazonía de Brasil. La magnitud del siniestro, que amenaza también a zonas colindantes de Perú, Bolivia y Paraguay, pudo ser captado desde el espacio a través los satélites de la NASA.
Desde el jueves pasado, los registros obtenidos por los satélites dan cuenta de los 9507 nuevos incendios forestales, producidos principalmente en la cuenca del Amazonas, considerado el bosque tropical más grande del mundo y fuente vital para combatir el calentamiento global.
En comparación con el 2018, desde inicio de año hasta esta fecha, los incendios en Brasil han tenido un aumento del 83%, produciéndose principalmente en el norte y medio oeste de la selva del país, según la información proporcionada por los satélites de la NASA.
Además, muestran que el 50.5% de los puntos calientes registrados en el mapa se ubican en la Amazonía; presentándose incendios por encima del promedio histórico. La situación propició que departamentos como Acre, limítrofe con Perú, y Amazona hayan sido declarados en emergencia debido a las vastas regiones afectadas por el humo.
El Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil (INPE) había alertado que entre enero y agosto de 2019 se han registrado 72 843 incendios forestales, frente a los 39 759 del año pasado. Este aumento representa un retroceso ante un indicador que llevaba dos años disminuyendo.
Esta lamentable situación ha puesto a Brasil como líder de un ranking regional de focos de incendios, seguido por Venezuela con 26 453 y Bolivia con 16 101. Los datos son obtenidos vía satélite y actualizados en tiempo real.
Trascendió que le origen de estos focos de incendio son comunes en la estación seca, pero también son provocados por agricultores y criadores que queman ilegalmente sus tierras para empezar a utilizarlas en la ganadería.
“Si la sequía no explica los actuales incendios, la retomada de la deforestación de la selva sí lo hace. El fuego es normalmente usado (por colonos y hacendados) para limpiar el terreno después de la deforestación”, explicó la organización no gubernamental Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonia.