Justin Bieber ha estado en boca de todos debido a la parálisis facial que padece y es causada por el síndrome de “Ramsay Hut”, la cual le ha quitado la movilidad de gran parte de su rostro. El intérprete compartió la noticia mediante sus redes sociales.
“Como pueden ver, este ojo no está parpadeando. No puedo sonreír en este lado de mi cara, así que tengo una parálisis completa en este lado de mi cara”, dijo Bieber en un video para sus 240 millones de seguidores en Instagram.
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Debido al anuncio del cantante de “Baby”, haremos un repaso de todas las otras celebridades que han sufrido una parálisis fácil, producto de algún tipo de enfermedad. Conoce quienes integran la lista aquí.
La actriz estadounidense fue diagnosticada con la parálisis de Bell en 2016. Gracias a métodos como la acupuntura, la ganadora del Oscar pudo afrontar esta enfermedad y continuar con su carrera actoral.
El actor padeció una parálisis cuando apenas tenía 14 años. Pese a ello, siempre se ha tomado con humor este periodo de su vida, inclusive haciendo bromas sobre el efecto de inmovilización en su rostro. Felizmente, pudo recuperarse totalmente nueve meses después.
El conocido intérprete de “Rocky” también padeció una parálisis luego de algunos inconvenientes durante su nacimiento. Las secuelas de este problema ocasionaron que la sonrisa del actor se vea levemente distorsionada.
La actriz también sufrió los efectos de la parálisis de Bell. Las secuelas ocasionadas por esta enfermedad se pueden observar en su ‘sonrisa contorneada’.
Para el experto Nilton Custodio, neurólogo del Instituto Peruano de Neurociencias, el virus varicela-zóster es la misma infección viral que causa la conocida varicela, con la diferencia de que se puede volver a reactivar en algunos seres humanos. Si esto sucede, como en el caso de Justin Bieber, puede presentarse a través de ampollas, parálisis facial u otros efectos.
“Se origina por la reactivación del virus varicela-zoster a nivel del ganglio geniculado en personas que previamente tuvieron varicela en la infancia. Al afectar el ganglio geniculado inflama el trayecto periférico del nervio facial, originando pérdida de los movimientos de ese lado de la cara; pero también puede afectar otros nervios adyacentes encargados de la sensibilidad de la cara, de la audición o de la estabilidad para caminar”, explicó el médico.