Hugo Muñoz, Pitillo, el popular payaso peruano se encuentra celebrando el décimo aniversario de su carpa, el Circo de la Alegría, que irá hasta el 4 de setiembre en el Jockey Club (parcela H, explanada YOY norte, puerta 1). Entradas en Teleticket y la misma boletería del circo.
— Sin duda, el sector artístico fue uno de los más golpeados durante la pandemia. ¿Cómo fue en tu caso este encierro?
— Personalmente, esta situación fue un revelador de prioridades. Los artistas muchas veces dejamos la vida y la familia en un segundo plano anteponiendo labores que conciernen solo al trabajo, la lección a la larga fue que el hogar es lo único tangible, nuevas opciones de efectuar nuestra labor artística se dieron en su momento y es que la capacidad de resiliencia es innata en nuestro mundo circense.
— ¿Pensaste en algún momento en cerrar la carpa indefinidamente?
— Nada es definitivo, de hecho el haber superado esta situación nos fortalece, nos hace conscientes de que nada es definitivo mientras haya vida, siempre hay revancha. De hecho el año pasado fuimos el único espectáculo circense que pudo dar funciones en temporada dentro del marco de restricciones dadas por las autoridades.
— ¿Este espectáculo tiene algún mensaje?
— Sí, claro. El mensaje principal que el circo nos da desde siempre es que las diferentes generaciones de una familia pueden coincidir bajo la carpa para compartir inolvidables experiencias en común, pero esta vez nuestro espectáculo tiene un mensaje principal, y es que debemos vivir el momento presente para poder disfrutar del espectáculo en vivo, estar aquí lejos de distracciones virtuales que finalmente son una brecha generacional, basta solamente con soltar el teléfono, vernos a los ojos y reír a carcajadas de lo que sucede en escena.
PUEDES VER: Circo de la Chola Chabuca dejará entrar gratis a niños de nombre Gael, anuncia Ernesto Pimentel
— Todos coincidimos en que los peruanos necesitamos sonreír. ¿Cuál crees que ha sido el costo de este encierro?
— Lógicamente, hay un cambio en nuestra percepción de la realidad, un endurecimiento de nuestra sensibilidad tangible en pos de una sensibilidad virtual, por lo tanto el humor deja de ser una experiencia en común. Necesitamos reír sí, pero con la boca y no con los dedos, y compartir en persona y no reenviando, es el enfriamiento de nuestras capacidades lúdicas reduciéndose a simple copy paste.
Desde hace 10 años, Hugo Muñoz regresa cada temporada con una nueva propuesta circense. Foto: Difusión
— ¿Sigue rechazando que se compare el Congreso con un circo?
— Nunca me he rasgado las vestiduras cuando se hacían o hacen esas analogías. Ojalá (el Congreso) lo fuera porque el circo es una expresión que produce un bien común a todos, sobre todo a las mayorías. Los políticos se comportan a veces como payasos sin gracia, pues cada día se esmeran con denuedo en hacernos la competencia, felizmente sin lograrlo.
— ¿Qué ofrece tu carpa que la diferencia de la competencia?
— Mira, no veo como competencia lo que es nuestra tradición, que julio es el mes de los circos. Hay opciones para todo público y eso está bien, lo que sí puedo presumir es que de todos los circos en temporada, el Circo de la Alegría es el circo que se hace con más cariño para el público de Lima, pensando siempre en lo que los niños merecen como una experiencia permanente. Buscando siempre traer a nuestro país lo mejor del mundo del circo para nuestro espectáculo. Creo que 10 años de permanencia es lo que mejor habla de ello.