
Vientos diferentes soplan en Petroperú. Pese a que la anterior gestión liderada por Alejandro Narváez había rechazado la posibilidad de vender su edificio central, el nuevo directorio dio un giro en esta posición. A través de una comunicación institucional, la petrolera informó que ha incluido a su sede principal, ubicada en la avenida Canaval y Moreyra N°150, en San Isidro (Lima) dentro de la lista de activos no necesarios y no estratégicos.
A partir de esta incorporación, ya son 60 los inmuebles de la empresa estatal que vienen siendo evaluados por Proinversión para definir su modalidad de gestión más conveniente. Precisamente, en noviembre, se adjudicó a la empresa Plus Tasa S.A.C. el servicio de tasación que permitirá obtener tanto el valor comercial como el precio de venta de estos bienes.
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Además, existe un convenio firmado entre Petroperú y Proinversión el 18 de julio de este año, el cual forma parte del plan organizacional para reducir cargas improductivas y concentrarse en activos estratégicos. Este acuerdo contempla la revisión de la información enviada por la petrolera, la absolución de consulta especializadas y la elaboración de un diagnóstico que facilite la determinación de la modalidad de gestión más apropiada.
"Esta medida reafirma el compromiso de la empresa con una gestión responsable y eficiente de sus activos, así como con la adopción de decisiones basadas en criterios técnicos, en beneficio de su sostenibilidad y del Estado", señalaron desde el directorio que preside el ingeniero Luis Canales.
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De acuerdo con Petroperú, la incorporación de su edificio central a la lista de activos en venta es una medida que prioriza criterios de eficiencia patrimonial, alineamiento con la estrategia corporativa de la empresa y sostenibilidad financiera. Estos mismos argumentos ya habían sido utilizados por la gestión del directorio que lideraba Oliver Stark en el 2024 y cuyas orientaciones parecen replicarse en la actualidad.
Para Jorge Manco Zaconetti, investigador de economía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la cesión de este inmueble en Lima no movería la aguja de pasivos corrientes para la empresa estatal ni impactaría sobre sus estados financieros. En su opinión, existen argumentos ideológicos de por medio.
Vista de la entrada principal del edificio de Petroperú. Su inauguración tuvo lugar en 1973. Foto: Archivo de la familia Weberhofer
"Aquí hay un problema central que proviene de motivos ideológicos, ya que el edificio de Petroperú representa lo que hizo Juan Velasco Alvarado cuando su ministro era Jorge Fernández Maldonado. Ahora, los tasadores especializados a lo mucho te darán entre US$80 y US$100 millones por su sede central, mientras que las deudas de corto plazo que tiene Petroperú son de más de US$4.500 millones. Es decir, no mueve la aguja", enfatizó.
También, consideró que este tipo de medidas afectan la imagen de Petroperú a nivel internacional en medio de una inestabilidad política en el país que atraviesa al propio directorio de la empresa estatal. Recordemos que, recientemente, la Junta General de Accionistas decidió renovar a algunos de sus miembros y al gerente general.
En palabras de Manco, tanto el presidente José Jerí como el titular de la PCM, Ernesto Álvarez, han evidenciado una mirada que busca mostrar a Petroperú como una empresa "quebrada" y que debe ser privatizada. A su juicio, esto sería un "pésimo negocio para el Estado", teniendo en cuenta que los activos de la petrolera valen más US$9.000 millones. Solamente, la Refinería de Talara equivale a US$6.500 millones.
En un anterior comunicado, Petroperú precisó que los inmuebles considerados como activos no críticos están ubicados en los departamentos de Áncash, Huánuco, Lambayeque, Lima, Loreto, Pasco, Piura, Tumbes y Ucayali. Aunque no se ha publicado el listado definitivo, a fines del 2024 la petrolera compartió a los medios de comunicación una relación, en la que incluían 10 inmuebles desocupados de libre disponibilidad.
Entre ellos resaltan la "Casona El Olivar" en San Isidro, Lima, con 2.230 m² de terreno; la "Casa Paillardelle" en San Isidro, Lima, con 243 m²; la "Casa Chimbote" con 483 m² y otros.Además, habían cuatro activos para regularizar ocupación: el "terreno Rímac"(3.000 m²), en gestión para venta a dos asociaciones floristas, el "Lote III", ubicado en Iquitos, (10.052 m²) y "La Boca" en Yurimaguas (4.360 m²), ambos ocupados por asentamientos humanos, lo que supone temas sociales pendientes a resolver. En el caso del "Fundo Rosario" en Yurimaguas (3.762,2 m²), gran parte de su terreno es inundable.

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