Por mayoría, el Pleno del Congreso aprobó, en primera votación, el texto sustitutorio del dictamen de los PL 4450 y 6611, que establece una tasa de 8% del IGV para las peluquerías y otros servicios de tratamiento de belleza.
Según César Revilla (Fuerza Popular), presidente de la Comisión de Economía, la medida —denominada Re-corte tributario— ayudará a los negocios a recuperarse tras los embates del coronavirus en su actividad y ante el encarecimiento de los insumos que emplean, sumado a que "pocos accedieron a Reactiva Perú" y tuvieron que "migrar al RUS o ser informales" y a la fecha, acumulan deudas de arrendamiento.
No obstante, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha cuestionado la iniciativa dado que es regresiva y beneficia en mayor proporción a las empresas de mayor tamaño.
"De aprobarse, el 55% de los beneficios tributrarias se concentrarían en el 5,4% (162 empresas) de los contribuyentes de más altos ingresos", anotó la cartera encabezada por José Arista.
El MEF añade que la reducción de 18% al 8% del IGV aliviará solo a las "empresas asociadas a grandes franquicias de cosméticos y salones de belleza dirigidos a estratos socioeconómicos medios altos y altos".
¿Por qué no ayudaría a los pequeños negocios? Según el MEF, el 84% de las empresas del sector —casi 15.3000 peluquerías— pertenece al NRUS y no declara o paga IGV, y por ende, esta rebaja al 8% del IGV se aplicará sobre el 16% de contribuyentes del rubro.
Y, por ende, esta ley —pendiente de segunda votación— generaría "enanismo fiscal" porque las gigantes del rubro reestructurarán sus ingresos para acogerse al beneficio y reducir su pago de impuestos. El MEF prevé un golpe fiscal de S/17 millones al año.