De las empresas que cumplen con normas técnicas, certificaciones de calidad y procesos estandarizados, la gran mayoría son grandes y medianas, y menos del 30% son micro y pequeñas empresas (mypes), según un estudio presentado por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Así, aún existe un bajo acceso a la infraestructura de calidad, y solo el 5% aplica normas técnicas, el 3% utiliza instrumentos de medición calibrados y el 2,7% realiza ensayos para mejorar su distinción.
Walter Ramírez, jefe de estudios económicos del Inacal, señaló que la brecha se debe a los altos costos, el tiempo que requiere y la falta de acceso a la información con la que cuentan los microempresarios y gremios productores. “Apenas el 5% del valor exportado proviene de mypes, y el 78% de las que se encargan de la manufactura no usa infraestructura de calidad. Se requiere una mirada estratégica por parte del gobierno”, indicó a La República.
Por su parte, Humberto Lozada, especialista en monitoreo y evaluación de programas y proyectos de Produce, señaló que el 90% de las empresas en el país son microempresas. Pero, según datos de Produce, tienen 20 veces menos productividad que las grandes y no cuentan con el prestigio para poder seguir ampliando su cartera de ventas.
“Una de las razones es la asimetría de información. Los compradores no tienen la garantía de que los productos que se ofertan o producen en las mypes tengan las características de calidad necesarias. Es decir, no hay un mecanismo de señalización que el demandante requiera, especialmente cuando el cliente es internacional y se deben cumplir ciertos estándares”, advirtió durante el Seminario Internacional Impacto de la Calidad en el Crecimiento Económico y el Desempeño Empresarial.
Asimismo, reiteró que existen otras dificultades para que estos empresarios puedan acceder, ya que el 79% vende por debajo de las 3 UIT. Es decir, tienen ganancias de S/4.000 mensuales, con las que pagan a sus trabajadores y pueden subvencionarse, lo que hace difícil destinar recursos para acceder a servicios y mejorar la calidad.
Ramírez señala que, según los estudios realizados por Inacal, para aquellas empresas que adoptan herramientas de certificación, sistemas de gestión de calidad y normas técnicas, se logra mejorar la productividad laboral hasta en un 35% y 39%, así como incrementar el nivel de exportaciones hasta en un 10%.
“Desde la pandemia ha habido un incremento de más o menos en 30%, en adopción de sistema de gestión de calidad, certificación en temas ambientales y sistemas de gestión antisoborno”, reiteró Walter Ramírez a este medio.
No obstante, a comparación de Latinoamérica, aún nos encontramos por debajo de Colombia y Chile, y en Perú solamente existe 1% de empresas formales que cuentan con gestión de calidad.
En ese sentido, de acuerdo con el estudio presentado por Mario D. Tello, investigador de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el 75% de las empresas que cumplen con los estándares son las grandes y medianas, lo que favorece el rendimiento y mejora la oferta internacional
“Las ventajas de utilizar estos instrumentos incluyen el incremento de la reputación del producto entre los consumidores y la reducción de los costos de producción, ya que la gestión de calidad suele producir productos más estandarizados y con menos demora en el proceso productivo. Además, reduce la reevaluación de la mercancía. El mercado internacional exige estándares de calidad; ya no es simplemente un instrumento de ayuda, sino una obligación necesaria para competir”, resaltó Tello.