El gobierno de los Estados Unidos ha expresado su preocupación por la progresiva irrupción de capitales chinos sobre el mercado elétrico de Lima (~60% de la demanda nacional) y el posicionamiento estratégico del Megapuerto de Chancay, como nuevo hub de desarrollo logístico y portuario de la región.
De acuerdo a información difundida por Financial Times, un alto funcionario estadounidense, que prefirió "mantenerse en el anonimato", reveló que la preocupación del gobierno de Joe Biden ya fue remitida directamente a sus pares del Perú.
"En los grandes temas geoestratégicos, el gobierno peruano no está suficientemente concentrado en analizar los beneficios y amenazas para el país", señaló la fuente consultada.
Las inversiones de China en materia energética, minería e infraestructura se han desarrollado de manera acelerada en Sudamérica, aunque con especial énfasis en nuestro país. Según el funcionario, Perú decidió no responder a los cuestionamientos.
“El problema principal es ese. El capital chino ha adquirido empresas eléctricas, mineras y otras. Geopolíticamente hablando, sus preocupaciones estarían justificadas”, continuó la fuente.
En el caso del sector eléctrico, la empresa de capitales italianos Enel anunció en abril pasado la venta de una parte crucial de su negocio en Perú a la estatal china Southern Power Grid, por un monto estimado en US$2.900 millones. Indecopi se encuentra estudiando la venta de Enel.
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Enel es responsable de la energía eléctrica que se provee en Lima, el resto quedaría en manos de Luz del Sur, que ya fue comprada años atrás por otra estatal del gigante asiático, Three Gorges Coporation. La República fue el primer medio que lo denunció en su momento.
En el caso de los puertos, la empresa Cosco Shipping construye la primera etapa del Megapuerto de Chancay, que se prevé esté lista para el último trimestre del 2024, para que sea inuaugurado por Xi Jinping durante la cumbre de APEC. La inversión total supera los US$3.600 millones.
El terminal, construido con capitales privados en su totalidad, apunta a desplazar a otros puertos estratégicos de la región, ubicados en países como Chile y Colombia. Según el embajador chino en Perú, Song Yang, China apuesta porque "Chancay se convierta en el nuevo Shanghai".