El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), de referencia en Perú, ha acumulado en lo que va del año un alza de 53%, teniendo en cuenta que el viernes último cerró sobre los US$ 115 tras haber terminado el 2021 en US$ 75,21 por barril, según reportó la agencia Bloomberg.
El incremento sostenido que venía impulsado por el aumento de la demanda como resultado de la reactivación económica global, repuntó con la invasión rusa a Ucrania y las posteriores sanciones económicas a Moscú. Así, al cierre del 1° de marzo, por primera vez en el año, pasó la barrera de los US$ 100 y llegó en los días posteriores a picos superiores de los US$ 130 por barril. Tan solo en lo que va de mayo, el cierre promedio ha sido de US$ 108,25 por barril.
La alta volatilidad del crudo internacional se ha visto reflejada en los precios locales de los combustibles derivados del petróleo. Pues el Perú produce solo 40.000 barriles de los 250.000 que consume por día, según precisa el expresidente de Perupetro Aurelio Ochoa.
Los precios de referencia de los principales combustibles que reporta cada lunes Osinergmin, y que sirven como base para los precios mayoristas que fija Petroperú y que posteriormente se trasladan a las estaciones de servicio, acumularon un alza de hasta 43,79% al 23 de marzo del 2022.
En ese contexto, y frente a una escalada de protestas encabezadas por transportistas a nivel nacional, el 28 de marzo el Gobierno incluyó a las gasolinas de 84 y 90 octanos, al gasohol de 84 octanos y al GLP a granel en el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (FEPC).
Una semana después, el 3 de abril, excluyó a las gasolinas y gasoholes de 84 y 90 octanos y los diferentes tipos de diésel de la lista de productos gravados con impuesto selectivo al consumo (ISC) hasta el 30 de junio.
Ambas medidas en conjunto tendrán un costo fiscal de S/ 1.640 millones, según el Ejecutivo. Sin embargo, su impacto ha sido débil en el precio final de los combustibles beneficiados, los cuales han presentado alzas de hasta 39% en los grifos.
GLP: ¿por qué hay desabastecimiento en los grifos de Lima?
De acuerdo con los datos proporcionados por el portal Facilito de Osinergmin, el 6 de abril, tres días después de la exoneración del ISC, el diésel vehicular se situaba entre los S/ 12,59 y los S/ 17,11 por galón en los grifos de Lima Metropolitana. No obstante, en la última semana de mayo su precio oscila entre los S/ 14,40 y los S/ 18,99, lo que significa un incremento de 14,38% y 10,99% en el menor y mayor precio, respectivamente.
Lo mismo ocurre en el caso del gasohol de 90, que en la misma fecha del mes pasado cotizaba entre los S/ 16,00 y los S/ 20,97 por galón; mientras que al 27 de mayo su precio mínimo no había variado, pero el máximo alcanzó los S/ 23,77 (+13,35 %).
Por su parte, el gasohol de 84 se vendía durante la primera semana de abril en los grifos de Lima entre los S/ 10,50 y S/ 20,20 y ahora se encuentra entre los S/ 14,69 (+39,9%) y los S/ 20,19 (-0,05%) por galón.
De acuerdo con Ochoa Alencastre, el hecho de que las medidas impuestas desde el Gobierno no hayan tenido impacto en los precios minoristas es resultado del “libertinaje de precios” que existe en el país.
“Las refinerías han traslado inmediatamente lo que corresponde al ISC como al FEPC, pero este precio los minoristas no lo han hecho”, comenta.
Asimismo, explica que los precios locales están “expuestos a vaivenes políticos y climatológicos” que generan inestabilidad en el precio internacional.
Por su parte, el exdirector general de Hidrocarburos, Gustavo Navarro, sostiene que de no haberse aplicado estas medidas “el incremento hubiese sido más fuerte”.
Navarro explica que el alza del petróleo a nivel global obedece “a la recuperación de la demanda” por la reactivación económica pospandemia. Además, agrega que otro factor para el alza del crudo en las últimas semanas es la cercanía del verano en el hemisferio norte.
La función del FEPC es atenuar la volatilidad del crudo internacional, explica Gustavo Navarro.
Así, establece un precio mínimo y máximo de los combustibles.
Cuando los combustibles encarecen, el importador cobra solo hasta el límite superior. De esta manera, el fondo le devuelve la diferencia cuando los combustibles disminuyen de precio.
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