
Buzo cuenta la odisea para encontrar a piloto de la FAP Ashley Vargas
Miembro del Grupo de Salvamento de la Marina de Guerra narra cómo fue la búsqueda y hallazgo de Ashley Vargas, la alférez FAP que murió durante su último vuelo de instrucción en el mar de Ica, la tarde del 20 de mayo.
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No la conoció en vida, pero solo podía pensar en ella. En encontrarla. Era la primera vez que a este buzo de la Marina de Guerra le tocaba buscar personas desaparecidas en altamar. Debía hallar a la alférez FAP Ashley Vargas Mendoza, quien llevaba 16 días desaparecida. Una misión compleja en un escenario aún más difícil: la Reserva Nacional de Paracas, en el océano Pacífico.
"La esperanza siempre estuvo intacta desde un comienzo. Mientras buscábamos tratábamos de visualizar a una persona en el agua. La mente no la teníamos preparada para buscar un cadáver, nosotros queríamos encontrarla viva", confiesa este miembro naval que prefiere la reserva de su identidad.
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Pero la realidad fue otra. Cuenta que fue muy fuerte para él encontrar ayer un cuerpo sumergido a más de 25 metros de profundidad en el agua. "Es algo que nunca en mi vida había visto", dice.

Todo lo que pasó fue demasiado duro, dramático, Penoso. Fue un momento de mucha actividad en el BAP Morales cuando los buzos del Grupo de Salvamento de la Marina avistaron un velamen y envuelto en el mismo se encontró el cuerpo de la oficial, con parte de la cabina del avión KT-1P.
Entonces había que ir reportando las coordenadas a los oficiales de la Armada y a la Fuerza Aérea, y tratar de no perder de vista el cuerpo haciendo trabajos en círculo sobre donde estaba porque era muy factible que la corriente se lo llevara.
Eran las 12.30 horas, frente a la playa Punta Mendieta cuando la hallaron. Se quisieron hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Con el remolcador se procedió al reflotamiento de los restos.
Fueron días de búsqueda en la inmensidad de un mar turbulento que se hicieron eternos a pesar de que se trabajó contra el tiempo en atención de las autoridades.

"Siempre tuvimos la ilusión"
La angustia del buzo se incrementó cuando después de haber hallado a Ashley, tuvo que dejarla por un instante. “Nos quedamos sin oxígeno y fue momento de una ascensión controlada, para que el equipo de apoyo estuviera atento y evitar una descompresión o una hipoxia”, señala.
Luego regresamos para seguir con el rescate. Un ápice de esperanza se avivó en el grupo de salvamento al ver que, la posibilidad de llevarla pronto a tierra, crecía minuto a minuto. Pero en las siguientes horas de recorrido, solo hallaron más mar.
“Siempre tuvimos la ilusión de encontrarla ya fuera viva o muerta, pero con la certeza de que su familia supiera cuál había sido el paradero de Asley”, rememora el buzo, tras días en los que pudo notar el desespero y la angustia de saber de ella.
“Yo me moría de ganas de decir ‘la encontramos! Está viva’. Pero sabía que era una posibilidad muy remota”, confiesa.
Una posibilidad que no se dio. Fue él quien tuvo que dar la noticia sobre el hallazgo. “Creo que en esos momentos es clave ser preciso y muy sincero. Comuniqué que encontramos el cadáver de una mujer en la zona donde Ashley debería estar. Y que las probabilidades de que no fuera ella eran prácticamente nulas.

MARINA, VITAL EN EL HALLAZGO
Asegura que es difícil especular sobre qué hubiera pasado si la búsqueda se hubiera apoyado antes, pero sí tiene la certeza de que se hizo lo que había que hacer.
Tanto de parte de suya, como de parte de las autoridades, que según él, fueron vitales en el hallazgo.
“La Armada siempre estuvo muy dispuesta a incluirnos en la operación, a creer que podíamos ayudar”.
Y así lo hizo. Enfiló la nave hacia aquella dirección, pues las otras búsquedas estuvieron basadas en especulaciones.
Personas inescrupulosas dijeron que lo habían rescatado, otros auguraban zonas en las que podían estar desaparecida. Lancheros de la zona, con cartas náuticas establecían patrones de búsqueda. Lo que para una familia es una tragedia, para personas inescrupulosas era una oportunidad.
Pero quien dio la coordenada verdadera fue la Armada. “Fue algo impresionante debido al alto nivel de efectividad de las coordenadas, de la tecnología y los oficiales y subalternos muy profesionales, teniendo en cuenta el tiempo que había pasado y las corrientes del agua que por allí pasan”, indica.