El papa León XIV podría reconocer el milagro Eucarístico de Eten, un evento que marcó la historia de Chiclayo en 1649
Los fieles de Chiclayo esperan que el Papa León XIV, quien obtuvo la nacionalidad peruana y vivió en Chiclayo por más de diez años, reconozca el milagro del Divino Niño de Eten, ocurrido en 1649.
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En el distrito costero de Eten, en Chiclayo, las casas conservan más que fotos familiares. Allí, los altares con imágenes del Divino Niño Jesús, velas, rosarios y cruces de madera son el centro de la devoción, que rememora un acontecimiento ocurrido hace más de tres siglos, cuando se dice que el Niño Jesús apareció en una hostia consagrada durante la festividad del Corpus Christi. Aunque el milagro sigue siendo transmitido por las generaciones, aún no ha sido reconocido oficialmente por el Vaticano.
Con la elección del Papa León XIV, nacido en EE. UU. y nacionalizado peruano, las expectativas en Eten se han intensificado. Para los fieles, Robert Prevost no es un papa lejano, sino el obispo que estuvo cerca de ellos y habló públicamente sobre el milagro. "Con este papa, que vivió aquí en Chiclayo, pronto nos reconocerán como ciudad eucarística", afirmó Catalino Puican a AFP, uno de los impulsores de la causa. La posibilidad de contar con un santuario oficial, el respaldo del Vaticano y el impulso al turismo religioso motivan a la comunidad a continuar su solicitud.
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¿Qué milagro hizo el Divino Niño de Eten?
El milagro ocurrió el 2 de junio de 1649, cuando el fraile franciscano Jèrome de Silva Manrique interrumpió la reserva de la Custodia en el tabernáculo. Lo que describió, según los relatos históricos y la tradición oral, fue la visión del rostro de un Niño en la hostia consagrada, con cabellos rizados cayendo sobre sus hombros. Los fieles presentes también aseguraron haber visto la misma imagen.
Una segunda aparición ocurrió el 22 de julio de ese año, durante las festividades de Santa María Magdalena. El fraile Marco López, superior del convento de Chiclayo, relató que el Niño Jesús volvió a aparecer, ahora vestido con una túnica morada y una camisa que recordaba la vestimenta tradicional mochica. Además, tres pequeños corazones blancos, unidos entre sí, fueron vistos en la hostia, evocando la Santísima Trinidad.
Desde entonces, el "Milagro Eucarístico de Eten" forma parte del patrimonio espiritual de la región. Cada año, la comunidad organiza una celebración que inicia el 12 de julio con el traslado de la imagen del Divino Niño desde su santuario hasta el templo principal del pueblo. La festividad culmina el 24 de julio y atrae a miles de peregrinos.
Veronique Lecaros, jefa del Departamento de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú, explicó que el reconocimiento no solo validaría la fe de los pobladores, sino que también tendría implicaciones concretas, como el fortalecimiento del orgullo local y el impulso al turismo y la economía. “Involucra una investigación sobre cómo ocurrió el milagro y sería un gran orgullo para el pueblo y un reconocimiento de su fe, además de turismo y dinero”, dijo a la AFP.
Robert Prevost, antes de ser Papa, recorrió durante años las calles de Chiclayo y Eten, conociendo de cerca la devoción de los fieles. Como obispo, mostró su apoyo al milagro y destacó su importancia para Perú. En 2019, impulsó el inicio de un proceso formal para lograr el reconocimiento oficial del milagro, un paso que aún continúa, pero que representa un avance en los procedimientos eclesiásticos. Sin embargo, el proceso de aprobación vaticana es largo e involucra una rigurosa investigación que incluye testimonios, análisis teológicos y revisión histórica.





















