Línea 2 del Metro: sube precio de suelos, alquileres y surgen proyectos inmobiliarios
En un recorrido por las 27 estaciones de la Línea 2 se observó al menos 8 complejos multifamiliares en curso. No obstante, mientras en un tramo hay más negocios, en los demás los vecinos pagan el precio del futuro progreso: calles cerradas, inseguridad y menos ventas.
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En los alrededores de las estaciones de la Línea 2 del Metro de Lima, el paisaje urbano ha comenzado a mutar. En algunos tramos, donde hace pocos años predominaban viviendas modestas, talleres industriales o mercados, hoy se alzan grúas, andamios y carteles que anuncian modernos proyectos multifamiliares. A la par, los precios de los terrenos y los alquileres comerciales han comenzado a subir, según los testimonios recogidos por este medio. No obstante, vecinos aún conviven con calles cerradas, inseguridad y desvíos de tránsito que han golpeado su calidad de vida.
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Nuevos hogares a la vista
La República recorrió las 27 estaciones de este tren subterráneo que unirá Ate con el Callao y constató cómo el crecimiento urbano se va dando paso, por ejemplo, en Santa Anita, Ate, Lima y Carmen de la Legua.
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En estos puntos se levantan al menos ocho nuevas construcciones inmobiliarias, algunas con espacios residenciales y otras con áreas comerciales que buscan aprovechar la futura conectividad masiva.

Negocios a los alrededores de la Linea 2 del Metro de Lima. Foto: John Reyes
Uno de los ejemplos es un conjunto multifamiliar en pleno centro histórico de Lima, que ofrecerá más de 500 viviendas y 5,000 m² de área comercial, y que se beneficia directamente de su cercanía con estaciones centrales del Metro y del Metropolitano.
En esta zona, los precios se han incrementado por el valor agregado del transporte subterráneo. Por ejemplo, se ofrecen departamentos desde los 40 hasta los 83 m², con 1, 2 o 3 dormitorios, con precios que oscilan entre 345,000 y 571,000 soles.
Impacto directo en el valor del suelo
Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista, explica esta dinámica. “Ya hay un incremento importante en el valor del suelo, sobre todo de los predios que colindan con las estaciones”, aseguró.
“El Metro va a acelerar esa transformación, generando mayor interés en proyectos inmobiliarios. No me cabe duda de que la aparición de estos proyectos responde a la lectura del mercado sobre el alto valor que esta infraestructura le aporta a la ciudad”, añadió.

Negocios a los alrededores de la Linea 2 del Metro de Lima. Foto: John Reyes
Según su análisis, esto responde a tres factores clave: accesibilidad, proximidad a servicios y especulación. Las zonas cercanas a las estaciones se vuelven más atractivas para vivir o invertir, lo cual eleva los precios y genera expectativas tanto en vecinos como en empresarios. Sin embargo, Facho también lanza una advertencia: los beneficios de largo plazo no deben eclipsar los impactos negativos que la falta de planificación está generando durante la construcción.
“Lo que no puede seguir pasando y se repite cada vez que se interviene en la ciudad, es que obras tan importantes no estén acompañadas de un plan urbano integral”, subrayó.
En su opinión, es vital evaluar los impactos, usos del suelo, trazar rutas alternativas y gestionar adecuadamente los tiempos de ejecución, para que los ciudadanos no carguen con los costos de una infraestructura que aún no pueden usar.
Expectativas y consecuencias
Los vecinos entrevistados concuerdan. Así como hay entusiasmo por el futuro, conviven con la frustración por las calles cerradas, tiempo en el cual hubo caída en las ventas y alquileres. Ana Patricia Tipiani es residente desde hace más de 10 años cerca de la estación Carmen de la Legua (E-05). Se consuela en que, según sus consultas, el valor de su predio se cuadriplicó por el próximo escenario.
“Han cerrado las calles por donde pasará el Metro y eso nos limita mucho. Hay rutas aledañas que son desoladas y peligrosas para caminar. Estoy de acuerdo con la construcción, pero debería haber mejor planificación para evitar el caos y agilizar los trabajos”, manifestó.
“Nos dijeron 2 años y duraron 10”
En Santa Anita, la estación Mercado (E-24) inició operaciones en diciembre de 2023. La dueña de una imprenta, Esther Siverio, reconoce el impacto positivo, aunque no olvida lo que le costó llegar hasta aquí.
“Tuve que cerrar mi primer local. Nos dijeron que la obra duraría dos años, pero fueron casi diez. Ahora, en este nuevo local, los alquileres se han duplicado. Antes pagaba 500 soles, ahora me piden 1,000. Todo ha cambiado con la llegada del Metro”, subrayó.

Negocios a los alrededores de la Linea 2 del Metro de Lima. Foto: John Reyes
Sobrevivieron a la crisis
En el Callao, cerca de la estación Juan Pablo II (E-03), el comerciante Carlos Arévalo cuenta que tuvo que cerrar una de sus tiendas y vender su auto para mantener su negocio principal. “La avenida estuvo sin pase cuatro años. La mayoría de estos negocios son nuevos. Nosotros estamos sobreviviendo porque somos dueños del local, sino imagina cómo pagamos un alquiler de 3,000 soles mensuales sabiendo que las ventas han bajado más del 50%. Por eso, tenemos una gran expectativa de que una vez que funcione el Metro podamos recuperar lo que hemos perdido”.
Peña Reaño, trabajador de una ferretería cerca de la estación Circunvalación (E-18), sostiene que el cierre de vías perjudicó tanto a los negocios como al orden urbano. “Los alquileres subieron hasta 15% y las ventas cayeron 30% porque los clientes ya no llegan. El cierre de calles ha traído desorden e informalidad. Esperamos que esto se inaugure pronto, porque el perjuicio ha sido largo”, comentó.
Un cambio irreversible
Pese a las dificultades, hay una percepción generalizada de que la Línea 2 marcará un antes y un después en Lima y Callao, siempre y cuando se trabaje en otros factores fundamentales.
“Cualquier intervención en la ciudad genera impactos, positivos y negativos. Pero para que esto se concrete en un ganar-ganar, tiene que haber planificación. No solo se trata de mejorar el transporte, sino de pensar la ciudad en su conjunto: espacios públicos, servicios, movilidad y calidad de vida”, reflexiona Aldo Facho.
Mientras tanto, Lima sigue su transformación. Entre grúas, desvíos y vallas metálicas, los vecinos esperan que el tren llegue pronto. No solo para moverse más rápido, sino para que valga la pena lo que han esperado y soportado.





















