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Sociedad

El veneno de serpiente puede frenar el cáncer de mama y leucemia

Investigación. Tras varios años de trabajo, el investigador Luis Alberto Ponce Soto encontró fracciones de proteínas que inhibirían la reproducción de células cancerígenas en el seno o en la sangre.

Proteína clave. El médico Luis Alberto Ponce señala que el veneno de algunas serpientes tienen una proteína que anula el avance del cáncer. Foto: La República
Proteína clave. El médico Luis Alberto Ponce señala que el veneno de algunas serpientes tienen una proteína que anula el avance del cáncer. Foto: La República

El veneno de algunas serpientes que viven en la amazonía del Perú y Brasil contienen fracciones de proteínas que pueden frenar el avance del cáncer de mama y la leucemia. Este es el importante hallazgo que ha lograro el docente e investigador de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa, Luis Alberto Ponce Soto, junto a un equipo de profesionales, tras años de estudio.

Se trata de una compleja investigación para la cual se utilizó tecnología avanzada. El hallazgo ahora debe entrar en una nueva fase de investigación para que la industria farmacéutica lo transforme en un medicamento y este sea sometido a pruebas en seres humanos que padecen de estos males.

Los profesionales que acompañaron a Ponce fueron Gustavo Obando Pereda, docente de la casa santamariana y los tesistas Emilio Ponce Fuentes, Brian Yi Luzquinas, Sheyla Barreda y Viviana Tejada Alférez

¿Cómo se logró?

Ponce contó a La República que investiga el veneno de las serpientes desde 1988. Su indagación comenzó en el Laboratorio de Proteómica del Instituto de Biología de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) de Brasil, que era el líder en la separación de los compuestos que están presentes en el veneno de las serpientes.

Ponce explicó que esta secreción es un cóctel de proteínas y enzimas que actúan de formas distintas. La investigación consiste en separar cada uno de estos componentes y estudiarlos para ver cómo actúa el veneno en la fisiopatología.

Los antecedentes se remontan a los años 50 a 60, cuando se encontró los componentes del medicamento captropril, en el veneno de una serpiente que vive en Brasil. Cuando se separó el péptido se descubrió que este disminuía la presión arterial de los canes. El estudio lo lideró un instituto brasilero, pero por falta de tecnología, el veneno fue trasladado al instituto Rockefeller de Estados Unidos, entidad que finalmente obtuvo la patente. Hoy el medicamento se utiliza para el control de la hipertensión.

 Proveedoras. Serpientes habitan en la amazonía. Foto: La República

Proveedoras. Serpientes habitan en la amazonía. Foto: La República

Ese hallazgo abrió una ventana de posibilidades. El investigador estudió el veneno de las serpientes del género Bothrops Atrox que habitan la amazonía peruana y brasileña, así como el de las serpientes del género crotalus como la cascabel y la escupidora roja que viven en América del Norte.

En el 2021, realizó las primeras pruebas para separar los componentes neurotóxicos del veneno de las serpientes en el Laboratorio de Proteómica de Unicamp. Así descubrió fracciones de proteínas que inhiben y frenan la reproducción de las células de tipo MCF-7 que producen el cáncer de mama en la mujer.

Al año siguiente, continuó con las pruebas científicas en el Laboratorio de Química de Proteínas de la UCSM con un equipo de Electroforesis Bidimensional, el cual le permitió hallar el péptido que frena la reproducción de las células cancerosas en la mujer y que evita la metastasis.

Posteriormente, utilizó la plataforma proteómica que está compuesta por la electroforesis y el espectrómetro de masas. Con ello, se descubrió que la enzima L-aminoácido oxidasa, puede frenar la reproducción de la leucemia de la línea celular HL-60.

Siguiente paso es probarlo en seres humanos

El investigador señaló que el siguiente paso es seguir estudiando la proteína hallada (estudio de cristalografía) que llevará de dos a tres años. De esta forma, entenderán cómo están distribuidos los átomos. “No sabemos qué parte va a actuar en la célula cancerígena”, detalló el doctor Gustavo Obando Pereda. Una vez que encuentren este aspecto, recién pasarán a la fase de ensayos clínicos.

También se debe encontrar la industria farmaceútica que convierta este compuesto en un medicamento.

El doctor Ponce señaló que la ciencia toma su tiempo, pero es indispensable cumplir todos los protocolos antes de aplicarlo en pacientes.

Periodista, estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa. Lleva 12 años ejerciendo el periodismo. Es reportera de la edición sur de La República desde el 2016.