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Sociedad

En mayo se sabrá si hay Niño Costero, pero alarmas ya están encendidas

Advertencia. Existe una probabilidad de hasta un 60% de que ocurra, según el Enfen. Una condición es que características actuales se mantengan durante tres meses. Preocupa que haya un Niño global con serios efectos. Urge encauzar ríos, construir defensas ribereñas y reubicar a familias vulnerables, pide el Cenepred.

Chiclayo. Las características de este ciclo de lluvias se parecen al del 2017. Las inundaciones y desbordes nos recuerdan lo que dejó El Niño Costero de aquel año. Urgen respuestas inmediatas. Foto: EFE
Chiclayo. Las características de este ciclo de lluvias se parecen al del 2017. Las inundaciones y desbordes nos recuerdan lo que dejó El Niño Costero de aquel año. Urgen respuestas inmediatas. Foto: EFE

Existe una probabilidad de hasta un 60% de que haya un Niño Costero debido al calentamiento del mar, pero hace falta monitorear por tres meses consecutivos que estas condiciones climatológicas se mantengan para confirmar la presencia de este fenómeno que es sinónimo de lluvias intensas, huaicos e inundaciones.

Por el momento, el Perú entró en un estado de ‘Alerta de El Niño Costero’ y su confirmación se podrá saber en mayo próximo, precisó el presidente del Instituto del Mar Peruano (Imarpe), José Manuel Paz, quien lidera hoy la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen). “Si se mantienen estas condiciones cálidas en el mar durante marzo, abril y mayo, ya estaríamos indicando la ocurrencia de El Niño, aunque de magnitudes débiles. Debemos continuar con el monitoreo, por eso cada 15 días vamos a estar comunicando”, señaló.

Paz también agregó que, según el Senamhi, las lluvias seguirán en abril y mayo en la zona norte, centro y en la parte altoandina; aunque en mayo irán disminuyendo.

Para el jefe del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), Miguel Yamasaki, de ocurrir un Niño Costero afectaría, de norte a sur, a Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Lima e Ica. “Ya se encendieron las alarmas y si en los siguientes dos meses sigue el calentamiento del mar, se declarará El Niño Costero. Por fortuna, esto nos ha agarrado en marzo, porque en abril y mayo ya estamos entrando a otoño e invierno y ya no estamos en periodo de lluvias, aunque habrá algunas focalizadas todavía por las aguas cálidas”, explicó Yamasaki.

El expresidente del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) Patricio Valderrama recordó que en el 2017 el calentamiento anómalo del mar comenzó en la veintena de diciembre; en cambio el de este año empezó en los primeros días de febrero. “En los próximos tres meses se va a tener un otoño e invierno más caliente, donde se van a presentar mucha neblina y bastante humedad”, explicó.

Valderrama dijo que en el 2017 el calentamiento del mar fue abrupto y nos agarró mal preparados, pero este año la anomalía es más lenta. “Deberíamos tomar esto como un preaviso. Por el cambio climático se está acortando la periodicidad de estos fenómenos. El Niño Costero del 2017 ocurrió después de 1925. Esta vez, en solo seis años, tendríamos otro Niño Costero”.

Lo que preocupa también es que —según modelos internacionales— es latente la probabilidad de que a finales del 2023 e inicios del 2024 se presente un fenómeno de El Niño global, donde se verían fuertes efectos.

“Señalan que hay un calentamiento inusual en el Pacífico Central y si esta tendencia continúa, vamos a tener un Niño global, donde se presentarían lluvias intensas, inundaciones y huaicos”, explicó el jefe del Cenepred. Valderrama afirma que El Niño global podría darse si las aguas cálidas que vienen de Australia pasan por todo el Pacífico y se calientan con el verano del hemisferio norte (junio, julio y agosto) y finalmente sigan calientes en el verano del hemisferio sur, que se inicia en diciembre en Perú. Sería como El Niño global de 1997-1998.

 Ciencia. El Imarpe continúa vigilando temperatura del mar. Foto: Andina

Ciencia. El Imarpe continúa vigilando temperatura del mar. Foto: Andina

De esta manera, Valderrama precisa que se tendría más de seis meses para prepararnos, teniendo en cuenta que las lluvias seguirán en abril y mayo. “En unos meses todavía vamos a tener la confirmación de El Niño, pero puede que sea ya demasiado tarde. Urge actuar”.

Para el jefe de Cenepred, Miguel Yamasaki, se tiene que hacer lo que no se hizo desde El Niño Costero del 2017, para reducir el riesgo ante lluvias fuertes, inundaciones y huaicos.

En el caso de Piura, se deben  apurar los sistemas de drenaje y la gestión integral del río Piura; en Lima se debe trabajar en el reforzamiento, la defensa ribereña y el encauzamiento de los ríos Rímac y Chillón. “Los municipios tienen presupuesto, específicamente para la reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias. Deben mantener limpias las cuencas y la descolmatación de los drenes. Esto nos obliga a estar preparados”.

Para el expresidente del Senamhi Patricio Valderrama, lo primero que se debe hacer es identificar a las poblaciones que ya fueron afectadas por vivir en zonas vulnerables y ejecutar un plan no solo de rehabilitación, sino de reubicación porque seguirán siendo impactadas.

“Hay que dejar de exponerlas y si no se puede reubicar a las familias de Chosica, Chaclacayo o Piura, hagámoslas resilientes,  que sean una comunidad que sepa enfrentar la emergencia, con sistemas de alerta temprana, planes de acción y concientización de todo el aparato estatal para atender la emergencia”.

Precisamente, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, propuso que se declare como zona intangible a todas las quebradas del Perú, con el fin de prohibir que se pueda vivir en dichos lugares y “desalojar de inmediato a las familias”. No obstante, eso ya está precisado en la Ley n° 29869 y su modificatorias (Ley n° 30645), aclaró el urbanista Aldo Facho, quien dijo que las quebradas y cauces son zonas de riesgo no mitigable; por ende, son intangibles e inhabitables.

“Esto es responsabilidad de las municipalidades que están encargadas de dar las licencias y de fiscalizar el cumplimiento de las normas”, dijo.

Facho agrega que se necesita que la reubicación de estas familias esté relacionada con una política de vivienda de interés social. “Algunos vecinos no tienen capacidad de poder financiar sus viviendas, pero muchos otros sí, solo que no son sujetos de crédito”.

 Huaico. En Chosica y Chaclacayo, las lluvias no se detienen. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Huaico. En Chosica y Chaclacayo, las lluvias no se detienen. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Por el momento, el ministro de Defensa, Jorge Chávez, quien fue jefe de Indeci en El Niño del 2017, precisó que se están tomando las previsiones para actuar en el corto y mediano plazo; por ejemplo, dijo, la presidenta Boluarte ha dispuesto reestructurar el “plan maestro” de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios para que sea la Autoridad Nacional de Infraestructura y se prioricen las obras que contemplen sistemas de drenajes”. Huaico. En Chosica y Chaclacayo, las lluvias no se detienen.

Reacciones

Miguel Yamasaki, jefe del Cenepred

“Tenemos tiempo para repensar la situación. El cambio climático nos seguirá afectando. Me preocupan las casas de adobe y quincha del Rímac y el centro de Lima que se debilitan con las lluvias”.

Aldo Facho, urbanista

“Necesitamos que los municipios ya no formalicen invasiones en zonas no mitigables y que se reubique a las familias ya asentadas. Para eso hace falta una política de viviendas de interés social”.

Claves

El Niño Costero del 2017 dejó 162 fallecidos, 500 heridos y 19 desaparecidos en todo el país, según el reporte oficial del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).

Áncash fue la región en donde más personas perdieron la vida (27). En Piura hubo más viviendas destruidas (22.000). No debe volver a pasar.


(Lima, 1988). Estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. En sus más de 10 años como reportero ha trabajado en radio, TV y prensa. Actualmente, escribe crónicas y reportajes en el diario La República. También ha sido becario de la Red de Periodistas Latinoamericanos Cosecha Roja y es colaborador de la revista Anfibia. Ocupó el primer lugar en el Primer Concurso Nacional de Periodismo sobre Políticas Sociales (CIES-2015). Sus cuentos han sido publicados en antologías literarias. Es coautor de La banda sonora de tu vida (Autómata, 2019), de Generación B, jóvenes del Bicentenario (Artífice, 2021) y de Una carta sin Paul McCartney y otros relatos (Caja Negra, 2022).