Protestas en Ayacucho: los mataron con balas de fusiles Galil
Evidencia total. Peritajes balísticos forenses de la Dirección de Criminalística practicados a 9 de los 10 fallecidos durante la protesta del 15 de diciembre concluyen que los orificios de entrada y salida son compatibles con impactos de proyectiles calibre 5.56 mm disparados por fusiles de largo alcance como los que los militares del Ejército portaron el día de los hechos.
Los peritajes balísticos practicados a 9 de las 10 víctimas mortales de las protestas en Huamanga, Ayacucho, del jueves 15 de diciembre son contundentes. Todos murieron por impactos de proyectiles de arma de fuego que produjeron heridas muy similares. Quiere decir que los autores de los disparos usaron el mismo armamento.
En los 147 videos del día de los hechos que ha obtenido la fiscal Karen Obregón Ubaldo aparecen efectivos del Ejército haciendo uso de sus fusiles Galil, cuyas balas corresponden al tipo de daño que causaron a los 9 ayacuchanos que perdieron la vida.
La República tuvo acceso a los informes periciales balísticos forenses, elaborados por la Dirección de Criminalística. Los peritajes balísticos a los cuerpos de los fallecidos fueron dispuestos por la fiscal que está a cargo del caso, Karen Obregón, para determinar si existió un patrón, es decir, si las muertes se produjeron con las mismas características. Y así fue.
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Todos murieron atravesados por los balazos, excepto Edgar Prado Arango, de 34 años, a quien le dispararon cuando ayudaba a un herido que había caído cerca de la puerta de su casa. El proyectil se alojó en el cuerpo de Arango. La bala tiene las características de la munición de un fusil Galil. Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad registran a los miembros del Ejército con dicho fusil de fabricación israelí, no con el HK, que utiliza el mismo proyectil de 5,56 mm.
“Entre la séptima y octava costilla se encontró alojado un proyectil para cartucho de fusil HK (o) Galil, calibre 5,56 mm”, señala el peritaje balístico.
En el caso de Raúl García Gallo, se le detectó un orificio de entrada de 0,9×0,8 centímetros de dimensión, compatible con orificio de entrada ocasionado por un proyectil de arma de fuego de calibre 5.56 mm”, de la misma manera que Edgar Prado. El disparo fue de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo.
Josué Sañudo Quispe también falleció atravesado “por un proyectil de arma de fuego calibre 5,56 mm (…), con una trayectoria de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo” que le ocasionó “un orificio de entrada de 9×0,8 centímetros de dimensión”, como las otras víctimas.
Conforme a los peritajes balísticos forenses a los que tuvo acceso La República, y que son parte de la investigación fiscal que busca identificar a los autores de los disparos y determinar si estos respondieron a instrucciones de sus superiores para actuar de dicha manera ante los manifestantes, todas las víctimas presentan orificios de entrada y salida que ocasionan los proyectiles de calibre 5,56 mm que disparan los fusiles Galil.
Por esta razón, la fiscal Karen Obregón Ubaldo requirió al comandante general de la Segunda Brigada de Infantería Wari, general de brigada Jesús Vera Ipenza, del personal militar que se desplazó en diferentes puntos de la ciudad de Huamanga el jueves 15 de diciembre. La finalidad es interrogar a los efectivos que se encontraban emplazados en el momento en que los 10 ciudadanos recibieron fuego de fusiles Galil.
La República se contactó con el asesor legal de la Segunda Brigada de Infantería Wari, el teniente coronel SJE Santiago Aroquipa Mamani, para que ofreciera la versión de las autoridades castrenses de Ayacucho sobre el caso. Aroquipa respondió: “¡No tengo nada que hablar con ustedes!”. Luego colgó el teléfono.
Infografía - La República
El informe sobre la pericia balística forense aplicada a Cristofer Ramos Aime, el adolescente de 15 años que trabajaba arreglando tumbas y nichos en el cementerio de Huamanga, la más joven de las 10 víctimas, es desolador. Ramos no era parte de las protestas. Fue blanco de los disparos indiscriminados de los efectivos del Ejército, una práctica completa y expresamente prohibida por el Reglamento del Uso de la Fuerza (RUF), vigente desde 2022.
Le dispararon por la espalda (al igual que Luis Urbano Sacsara, pero a corta distancia).
“Orificio de entrada de curso perforante producido por un proyectil de arma de fuego, para cartucho aproximado a 5 mm (5,56 mm) (…), con trayectoria de atrás hacia adelante, de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba”, señala el inobjetable peritaje balístico. Cristofer no vio quién lo mató.
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“Sí existe un patrón en la forma en que murieron”
El exgerente de Peritajes del Ministerio Público, Danny Humpire Molina, luego de revisar los peritajes balísticos forenses aplicados a 9 cuerpos de las víctimas de la protesta en Ayacucho, concluyó que estas perdieron la vida en similares circunstancias.
“Los disparos que presentan los cuerpos son perforaciones de larga distancia y con una trayectoria de adelante hacia atrás. Es decir, han estado frente a frente. Entonces, sí existe un patrón en la forma en que murieron”, indicó.
“Además, el tipo de proyectil que los impactó es compatible con el fusil Galil. Es la misma arma y mantiene el mismo patrón”, precisó. Los militares que actuaron el 15 de diciembre usaron fusiles Galil.
Peritaje de 9 de las 10 víctimas mortales de las protestas en Huamanga
Peritaje de Edgar Prado Arango. Foto: La República
Peritaje de Raúl García Gallo. Foto: La República
Peritaje de Josué Sañudo Quispe. Foto: La República
Peritaje de Leonardo Hancco Chacca. Foto: La República
Peritaje de Luis Urbano Sacsara. Foto: La República
Peritaje de José Aguilar Yucra. Foto: La República
Peritaje de Cristofer Ramos Aime. Foto: La República
Peritaje de Jhon Mendoza Huarancca. Foto: La República
Peritaje de Clemer Rojas García. Foto: La República