Secocha: un desastre que pudo evitarse
Advertidos. Centro minero informal en Arequipa se asienta en una quebrada vulnerable a huaicos. Informe de Ingemmet lo advirtió en el 2021. Doce cuerpos fueron recuperados del lodo.
“Secocha debe prepararse. El huaico debe estar llegando”. Ese mensaje de alerta le llegó a Talía Mamani la tarde del domingo 5 de febrero. Ella, su familia y vecinos abandonaron sus casas. En medio de la lluvia comenzaron a subir al cerro. “Éramos miles, nos resbalábamos junto con los niños y mascotas. ¡Era terrible!”, contó a La República.
El mensaje de alerta provenía de alguien de Posco Miski, el primer anexo que está asentado en la quebrada y que ocupa este centro minero informal de 20.000 habitantes. A la 1 de la tarde de ese día, Posco Miski fue arrasado por la enorme masa de lodo y rocas que descendió de las cumbres.
Por eso, hasta ahora, la mayor cantidad de fallecidos confirmados corresponde a ese asentamiento. Se contabilizan 12 muertos identificados y tres desaparecidos. Secocha, Miski, Pampaylima, San Miguel, Infiernillo y Venado de Oro son centros poblados mineros asentados en la quebrada llamada Saca de Posco y que desemboca en el río Ocoña.
Desde inicios de milenio, cientos de pobladores de Cusco, Puerto Maldonado y Puno llegaron atraídos por la fiebre del oro. Hay alrededor de 80 centros mineros informales. Se estima que existen 20.000 habitantes. Las condiciones de vida son precarias. El huaico arrasó estos anexos. Cientos de casas desaparecieron. Están hundidas en el barro o carcomidas en sus bases. Familias completas decidieron retornar a sus ciudades de origen.
Miedo. Pobladores duermen en cerros por temor a huaicos. Foto: difusión
La vivienda de Talía Mamani en Secocha no fue arrastrada por el huaico, pero se ve obligada a dejarla. Tiene familiares que lo perdieron todo. Ella es natural de Chumbivilcas (Cusco); se casó con Wilfredo, un minero informal a quien conoció en Secocha.
Otra es la historia de Adriana Pocorisa, de 60 años. Hace siete años vivía sola en una casa prefabricada en Secocha y, desde el lunes 6, pernocta en el local social Aspamacsu luego de que el huaico destruyera su hogar. “Necesitamos apoyo, no tenemos agua, ropa. Yo voy a las labores y recupero los minerales. Ahora mi casa se la ha llevado el huaico, no tengo ropa ni cocinita, nada”, dijo.
Fue por intensas lluvias
Según el Senamhi, los huaicos del domingo y el lunes se han desencadenado a partir de las “condiciones extremadamente lluviosas” que se presentaron en las provincias de Caravelí y Camaná. José Ticona, especialista en meteorología del Senamhi, explicó que Secocha es una zona desértica escasa en lluvias, pero al estar en la quebrada recibió el resultado de lo ocurrido en la zona alta. La estación meteorológica del Senamhi en Caravelí registró, el domingo, 45,7 milímetros, un índice peligroso de lluvia (nivel rojo).
La quebrada se activó por las lluvias y arrastró lodo. Foto: difusión
Ingemmet lo advirtió
Una desgracia como esta pudo evitarse. En el 2021, el Ingemmet presentó un estudio de la cuenca del río Ocoña, donde están los pueblos mineros. Previeron 22 puntos críticos en peligro potencial de desastres. Uno de los puntos es el campamento minero artesanal de Secocha. Ingemmet planteó la reubicación y la elaboración de un plan de contingencia.
Otro punto crítico identificado fue Urasqui, en donde se recomendó no construir viviendas ni realizar cortes en el talud del cerro. El peligro latente en ambas zonas es el derrumbe y el fl ujo de huaicos. Los registros que se tienen de huaicos en la zona datan de 1998, cuando el deslizamiento discurrió por la misma quebrada y fue dañado el 80% de las instalaciones de la mina Miski o Posco y 2.000 viviendas.
En uno de esos socavones laboraba Florentino Arias, natural de Cusco, quien el domingo fue sorprendido por el fenómeno natural cuando extraía oro. Lo alertaron y huyó mientras su labor se inundaba.
“El huaico se llevó toda la casa donde estábamos viviendo, nos hemos quedado fuera sin dinero, sin nada, trataremos de regresar a nuestro pueblo”, declaró.
Daños. El lodo cubre casas y calles. El Gobierno llevó ayuda, pero esta aún no llega a Secocha. Foto: difusión
Donato García Molina (70) y su nieta Korayma Huamaní García (20) murieron juntos cuando fueron sorprendidos por el huaico en el segundo piso de su vivienda de Posco Miski.
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La joven mujer, que estudiaba en la Universidad Tecnológica del Perú, de Arequipa, estaba de vacaciones en la jurisdicción. Planeaba viajar el fin de semana con su madre a Ica. Los familiares de Edgar Huamán Calcina (42) contaron que el minero no contestaba las llamadas desde la noche del domingo. Su cadáver fue traído por la policía el lunes y reconocido por su pareja, que ahora estará sola a cargo de dos niños.
La jefa del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), Guadalupe Suclla, indicó que los 135 damnificados del distrito de Mariano Nicolás Valcárcel serán reubicados en un albergue temporal de la jurisdicción de Secocha. Según la funcionaria, el hecho se debe a que los pobladores no desean retirarse de la zona.
12 muertos confirmados y 3 desaparecidos
Doce personas fueron halladas sin vida; otras tres están desaparecidas. No se descarta que existan más muertos en anexos incomunicados como San Martín y Posco Miski.
Personal de rescate se apostará en la zona para la ubicación de los cadáveres. Mauro Noa, agente municipal del centro poblado Posco Miski, dijo que entregó una lista de 14 personas desaparecidas a las autoridades. Solo siete fallecidos fueron identificados: Donato García Molina (70), Korayma Huamaní García (20), Gabriel Madueño Anampa (45), Gregoriano Margarita Valero Quispe (70) y Edgar Huamán Calcina (42). Murieron en accidente de tránsito (despiste y volcadura de camioneta en río Ocoña) Yobana Pinto Lázaro (45) y T.M.E. (4).
En tanto, están no habidos Jhoselyn Espinoza Pinto (25), y los pequeños L.P.P. (9) y A.P.E. (1).
Además, hay mujeres embarazadas que necesitan atención.