Sociedad

Perdigón deja herido a fotorreportero Aldair Mejía de la agencia EFE

Mordaza y violencia. Periodista asegura que un policía lo amenazó de muerte si no dejaba de cubrir las protestas en Juliaca. Ni efectivos de la PNP ni huelguistas toleran presencia de hombres de prensa.

EFE
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El fotoperiodista Aldair Mejía, de la Agencia EFE, ex reportero gráfico de La República, recibió el impacto de un perdigón cuando registraba la marcha contra Dina Boluarte. Cuando cubría las protestas en Juliaca, el personal policial le advirtió que si registraba su forma de actuar podría “quedar muerto”. Felizmente solo recibió un impacto de arma no letal. Aldair llegó a Juliaca el sábado 7 de enero para registrar la huelga indefinida de Juliaca. Su jornada empezó captando imágenes del enfrentamiento entre policías y manifestantes.

Cerca de las 11:00 horas, un efectivo policial se le acercó y le advirtió: “Sal de acá. Porque si no te vuelo la cabeza, te vas a quedar muerto acá”.

Tres horas después de aquella advertencia, cerca de las 15:00 horas, Mejía recibió el impacto de un perdigón, lo que le provocó la fractura de la pierna derecha. Recién se percató de la magnitud de su lesión cuando comenzó a sangrar. Testigos lo auxiliaron y fue llevado a una clínica particular.

La República ubicó a Aldair Mejía, quien contó que antes de caer herido, cuando recién empezaban a trabajar, otro efectivo policial también se le acercó y le quiso quitar su credencial de fotoperiodista. Explicó que los miembros del orden no aceptaron que cumplía labor periodística y, muy por el contrario, fue tratado como si fuese un revoltoso más.

Protestas en Juliaca

Protestas en Juliaca

“Me empujaron, y a pesar de que les dije que soy de prensa, no me entendieron e igual quisieron incluso romper mi credencial”, contó el reportero luego de ser dado de alta.

En la clínica donde fue atendido, militares estuvieron pendientes de su atención médica como si fuese vigilado.

El periodista José Yupanqui también fue agredido por efectivos de la Policía Nacional. Cuando registraba imágenes de la represión policial, fue empujado a empellones. Ocurrió cerca del aeropuerto de Juliaca.

Sin duda, fue una jornada crítica para los periodistas. Este corresponsal también fue amenazado por la policía.

Además, la población impidió que se transmitiera por temor de quedar registrados en fotografías y videos. Los cuestionamientos contra los medios de comunicación de señal abierta fueron perjudiciales para los periodistas del altiplano. Existe el prejuicio de que los periodistas no informan la verdad. Quienes cubrieron la información en Juliaca pagan la consecuencia de esa idea.