Sociedad

Marco Loret de Mola: “Hay mucha desorganización ante la COVID-19, por donde aprietas la herida sale pus”

Entrevista al director de Matlab y presidente de la Asociación Matemática del Perú. Administrador de empresas, con estudios en Educación y Neurociencias. Analista de las cifras y datos de la COVID-19 en el Perú.

Didáctico. Marco Loret de Mola y la pizarra donde da cuenta de afectados y carencias. Foto: difusión
Didáctico. Marco Loret de Mola y la pizarra donde da cuenta de afectados y carencias. Foto: difusión

El matemático Marco Loret de Mola no ha dejado de informar ninguna semana del avance de la pandemia en el Perú. A un año del anuncio oficial del primer caso del Covid-19 en el país, evalúa las impresiones que le dejó el seguimiento de casos y el análisis de los datos. Su cuenta en YouTube tiene 111 mil suscriptores.

Dolor, indignación, esperanza… Hay muchas palabras para describir un año del Covid-19 en el Perú. ¿Con qué palabra identificas lo vivido?

Con una palabra: desorganización. Es lo que ha quedado demostrado en el país. Y con otra palabra: oportunidad. Así como hay desorganización, hay oportunidad para volvernos organizados y corregir las deficiencias para afrontar otra situación como esta.

Desorganización... ¿por la falta de camas UCI, la falta oxígeno medicinal, la inexistencia de rastreo de contactos, etc.?

Hemos tenido demasiados errores por falta de organización. Si hablamos de oxígeno, no hay información certera acerca de dónde encontrarlo. Si hablamos de llevar un plato de comida a los hogares, no se sabe cómo, no se sabe quién lo tiene que hacer. Si queremos hablar de formalizar el medio masivo de transporte, no se puede, todo está desorganizado. Mira, la información del Minsa y las Diresas son diferentes hasta ahora. Todo demuestra que no trabaja con una sola dirección. Hay mucha desorganización e ineficiencia, por donde aprietas la herida sale pus.

Y no se han atendido los aportes de los científicos, que tanto bregaron por atención.

Exacto, no hay organización para eso. ¿Cuál va a ser el procedimiento ante un tema que no conocemos? Ni siquiera hay un procedimiento, porque sí hay expertos en el país, pero no se les utiliza. Todo es “a ver qué hacemos ahora”, no hay planes de acción. Lo primero que llama la atención a la gente que viene al país, en el aeropuerto, es que todo está desorganizado, hasta el taxi que paras pues se mete otro y dice ¡taxi, taxi! La informalidad ha llegado a tal nivel, y no me quejo de lo informal, pero no se puede hacer un plan conjunto si todos trabajan de manera independiente.

Contabas en YouTube que en 2019 el promedio de fallecidos era de 2 mil casos, hoy es 6 mil. ¿Mejor organizados hubiera sido diferente?

Qué hubiera pasado. Pero también tuvimos acciones loables, por ejemplo nuestros doctores salvan vidas con el poco apoyo que tienen. Lo que debemos enfocarnos es en lo que puede ocurrir en una próxima crisis, porque la habrá... Todos los años hay desgracias y por eso debemos mejorar cada año.

Pueden haber nuevas pandemias, terremotos...

Exacto. O un Niño costero que cada vez nos agarra como quiere y Pisco no está levantado, al norte le falta. Los huaicos nos revientan todos los años. Las heladas en Puno, todos los años. Seguimos desorganizados y muere gente. Pero también hay, claro, mucha gente haciendo, empresarios honestos, gente en el Estado también, pero no está coordinado, no hay un plan, no hay continuidad.

Por el aumento de contagios y sobre todo por la presencia de nuevas variantes, ¿ya estamos en una tercera ola?

No, aún estamos en la segunda ola. Y ojalá no venga una tercera. Eso sí, nuestras olas son bien densas, es el problema. No son olas chicas. No son olas altas y rápidas. Son olas altas y lentas, porque nuestra población tampoco pone de su parte. Hay que decirlo con todas las letras: no le damos la oportunidad al Gobierno de meter la pata entera, porque la gente en la calle dice no hay virus, a mí no me pasa nada, tengo que ir a la playa...

¿Crees que es momento de evaluar o enjuiciar a las autoridades de lo que hicieron o dejaron de hacer, o mejor que acabe esta pesadilla para evaluarlos?

Esperaría que termine la pesadilla. Tenemos un enemigo mayor. Para qué desordenar la casa cuando tienes un pata que patea la puerta y quiere entrar a robarnos... No desviemos la atención. El enemigo debe lograr unirnos. Ocurrió en la guerra con Chile, perdimos por desunidos, por desorganizados, es recurrente en el país.

En vacunación dijiste que apenas un 1.25% de 24 millones recién se están vacunando. ¿Cómo evalúas la vacunación?

Tenemos la oportunidad de demostrar que somos unas máquinas vacunando, como se decía, y no se está aprovechando. Perdimos la oportunidad de darle la vuelta al millón de dosis. Habrá gente que se queje porque no la recibió, pero habrá otra con criterio que dirá está bien, quiero que se acabe rápido. Si al día 22 las 500 mil dosis se hubieran suministrado, ¡bien! Pero mira todos los días que pasaron. Preocupa mucho.

¿Qué opina de la polémica de si los privados deben comercializar las vacunas?

Es un tema complejo, es difícil opinar, hay varias aristas. No es fácil que el privado traiga y punto, en ningún país se hace o en pocos. Si se hiciera en 80 países sí lo apoyaría, porque es una idea comprobada.

Has explicado casi a diario la pandemia. ¿En algún momento quisiste tirar la toalla?

Siempre hay quien siga animándonos. Con aliento, agradecimiento. Me siento parte de algo ayudando. Hace que el cansancio y la decepción sea un desafío más. Cuando vi a (Pilar) Mazzetti diciendo “el capitán es el último que se baja del barco” ¡y se vacunó!, es un desafío... porque ¿cómo le digo a niños que ella y su gente traicionan, no los peruanos, no autoridades, sino esas autoridades? Todo un reto.

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