Picanterías de Arequipa piden que se les autorice venta de comida y chicha por delivery
La Sociedad Picantera de Arequipa publicó este jueves, la propuesta que le enviaron al alcalde provincial Omar Candia, para que sean incluidas en la fase 1 de recuperación. Además, solicitan ordenanza para proteger y promover la picantería.
Hasta el momento, solo restaurantes que operan en Lima pueden solicitar la autorización para realizar el servicio de delivery.
Ante ello, en Arequipa hay malestar de los empresarios de este rubro porque las regiones aún no han sido consideradas para esta reactivación.
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Mónica Huerta, propietaria de La Nueva Palomino y directiva de la Sociedad Picantera de Arequipa, pidió a las autoridades de la región que dialoguen con el gobierno a fin de agilizar el procedimiento y abrir la plataforma del Ministerio de la Producción a las regiones.
“Así podremos tener la misma oportunidad que Lima, de poder ingresar, cumplir los protocolos y que cada municipalidad se encargue de la supervisión”, indicó.
En ese sentido, la Sociedad Picantera de Arequipa hizo público un documento que envió al alcalde provincial de Arequipa, Omar Candia. Se trata de una propuesta para iniciar un plan de recuperación del sector.
Como primer punto, plantean que el Municipio Provincial de Arequipa apruebe una “ordenanza expresa para la protección y promoción de la picantería arequipeña”. Esto teniendo en cuenta que se trata de una institución declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
Añaden que esta ordenanza sea para toda la provincia de Arequipa, considerando que es una situación excepcional.
Además, solicitan que en Arequipa se autorice a todas las picanterías, previo cumplimiento de requisitos oficiales, la venta de comida y chicha de quiñapo preparada, tanto en la modalidad de delivery como recojo en los locales.
Incluso piden que los establecimientos puedan ampliar su rubro de a la venta de productos preparados o sin preparar afines a la culinaria.
En una fase 2, solicitan que las picanterías que tengan locales amplios, como mínimo de 300 metros cuadrados, puedan ofrecer el servicio de atención al público en sus horarios normales, modificando la distribución de sillas para que los comensales estén a una distancia mínima de un metro y medio.