Óscar Becerra en el laberinto de sus polémicas declaraciones
Fuera de control. El ministro de Educación hace noticia por sus opiniones agresivas y decisiones equivocadas. En gestión no se ha hecho casi nada. Aun así, el Gobierno lo mantiene.
El ministro de Educación, Oscar Becerra, es el punto más bajo del gabinete. Sus recientes declaraciones sobre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su posición a favor de la pena de muerte vuelven a exponer un talante autoritario que se conjuga con una gestión que, a decir de especialistas, no tiene mayor cosa por ofrecer.
Como se supo el lunes, Becerra, en un evento público, dijo: “Traigamos los váucheres, pero también traigamos la pena de muerte. Y salgamos de ese adefesio que es la CIDH, con el perdón de los adefesios”.
No fue el único dislate que profirió. Volvió sobre su permanente obsesión —los “caviares”—, a quienes acusó de “odiar” a la escuela privada porque no les pagan consultorías “que no sirven para nada”.
No es la primera vez que Becerra habla de consultorías. Ya había dicho que el Minedu gastó millones en ellas para favorecer a los amigos de los “caviares”. No pudo probarlo.
La gravedad que supone que un ministro de Estado se refiera de una manera tan despectiva al sistema de derechos humanos que el Perú suscribe no fue pasado por alto, menos en un Ejecutivo que intenta cambiar su imagen luego de las decenas de asesinatos cometidos por las fuerzas del orden en el contexto de las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte.
“Esa no es la posición del Gobierno. El Gobierno respeta los convenios internacionales, especialmente el Pacto de San José, que ha sido ratificado el año 79 por nuestro país y actuará en consecuencia con ese respeto”, declaró el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, cuando se le consultó sobre lo afirmado por Becerra. Añadió que conversaría personalmente con él.
El Perú está adherido a la CIDH. En ese sentido, tiene el deber de respetar y promover los derechos humanos a pesar de lo que el ministro Óscar Becerra afirme. Foto: difusión
“Oscar Becerra es la punta de lanza en el Gobierno de una derecha lumpen y empoderada. El más deslenguado y descarado también. No contento con haber consumado el asalto a la Sunedu y haber convertido a este órgano supervisor en una entidad servil a los intereses del lobby de la educación basura, ahora dice en tono matonesco, incluso insultando a una periodista como antes insultó a las madres aimaras, que se debe restablecer la pena de muerte y repudiar la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que define como adefesio”, señaló el abogado y ex procurador anticorrupción Ronald Gamarra.
Gamarra añadió que el ministro de Educación debería conocer que en el Perú está abolida la pena de muerte desde la Constitución de 1979 —salvo en el caso de traición a la patria en guerra exterior— y que aquella no se puede restablecer de acuerdo a los tratados internacionales suscritos. Por otro lado, Gamarra precisó que la adhesión peruana a la CIDH también proviene del mismo texto constitucional de 1979. “Es inadmisible que un ministro encargado de la educación suelte estas pachotadas”, comentó.
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El también abogado y exprocurador César Azabache indicó que bajo la Convención Americana el Perú “tiene el deber de promover y proteger” el respeto a los derechos humanos. “Asumiré que la Cancillería explicará en el gabinete que estas declaraciones en un ministro implican una violación a esos deberes y exponen la responsabilidad del Estado”, dijo Azabache.
Una gestión deficiente
Para Ricardo Cuenca, el exministro de Educación durante el Gobierno de transición de Francisco Sagasti y, además, investigador del Instituto de Estudios Peruanos, la gestión de Becerra expresa una continuidad de las contrarreformas que fueron iniciadas en el Gobierno de Pedro Castillo. “Me refiero a que lidera la contrarreforma universitaria, recoge las posiciones conservadoras que irrumpen en la reforma curricular y ha iniciado una confrontación con el magisterio que bien podría distorsionar la reforma docente”, advirtió.
En palabras de Cuenca, la participación pública del actual titular del Minedu, al menos hasta el momento, ha sido confrontativa. En efecto, Becerra debió salir a disculparse por sus frases dichas antes de ser ministro que ofendieron a la comunidad LGBT. Pero más recientemente, en el contexto de las protestas contra el Gobierno, comparó con animales a las mujeres aimaras que salieron a manifestarse con sus bebés. Ante las críticas, dijo: “Si alguna expresión mía ha sido equívoca, ofrezco mis más sinceras disculpas”. Es decir, en el fondo no reconoció su falta.
Aimaras. Becerra enfiló contra las madres que protestaban. Las comparó con animales. Foto: difusión
Yendo más allá de estos dislates, lo que realmente preocupa es que poco se sabe sobre el trabajo de Becerra. Cuenca manifestó que no hay mayor información sobre la recuperación de aprendizajes, los planes a partir de los resultados de las evaluaciones de 2022, de la formación inicial docente o de estrategias para la educación rural.
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“No sabemos cuáles son los planes para atender la creciente violencia en las escuelas, tampoco qué pasará con la infraestructura educativa ante el evidente fin del Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied). Es decir, tenemos más narrativa agresiva de generalidades que contenidos técnicos”, señaló Cuenca.
Cuenca resaltó también que hay una característica de la gestión de Becerra que preocupa en una sociedad como la peruana que ha venido intentando vivir democráticamente y que tiene que ver con una vocación autoritaria. “La disolución del Consejo Nacional de Educación por ser una voz crítica, así como los cambios en los presidentes de las comisiones organizadoras de universidades para neutralizar la oposición en la asociación de universidades públicas, así lo demuestra”, manifestó.
Otra decisión muy cuestionable del Minedu a cargo de Becerra fue el cambio de autoridades en la Universidad Nacional de Música (UNM). Lydia Hung Wong, pianista y pedagoga, fue destituida de la conducción de la UNM y reemplazada por el especialista en Biología y Química Jorge Leoncio Rivera Muñoz.
Sunedu. La contrarreforma avanzó con Becerra de ministro. Foto: difusión
Ante una gestión ministerial que destaca por sus vacíos y nulas decisiones para mejorar la educación en el Perú, Becerra se ha acostumbrado a hacer noticia gracias a sus intervenciones fuera de control.
“Pretenden desconocer obligaciones internacionales”
Para el jurista Carlos Rivera, es una declaración verdaderamente inaceptable para un alto funcionario y de un Gobierno que supuestamente se ha comprometido con la defensa de los derechos humanos.
“Están pretendiendo desconocer las obligaciones internacionales del Estado peruano, siendo el principal el tratado de derechos humanos de nuestra región y la propia Corte Internacional Americana”.
“Lo que expresa el ministro es un profundo desprecio por un sistema internacional de protección de los derechos humanos. Decir que es un adefesio, lo que hace es aflorar posiciones absolutamente antidemocráticas, posiciones absolutamente contrarias a un régimen de protección de derechos fundamentales”, declaró Rivera.
“La respuesta del premier Otárola está protegiendo al ministro, cuyas declaraciones comprometen al Gobierno”, precisó.
Otárola. Se distanció de Becerra y lo llamó a su despacho. Foto: difusión
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Reacciones
Carlos Rivera, jurista de IDL
“Becerra tiene una serie de opiniones que denigran la función pública, no simplemente al Gobierno de Dina Boluarte. Sus exabruptos lo que han hecho es reponer una condición lamentable”.
César Azabache, exprocurador
“El Estado tiene el deber de promover y proteger el respeto a los DDHH. Asumiré que Cancillería explicará en el gabinete que estas declaraciones de un ministro implican una violación a esos deberes”.
Ronald Gamarra, exprocurador
“No contento con haber consumado el asalto a la Sunedu y convertido a este órgano en una entidad servil a los intereses de la educación basura, ahora dice que se debe restablecer la pena de muerte”.
Marcel Velázquez, escritor e historiador
“Becerra es una figura cuyas opiniones lo pintan de cuerpo entero, cuyas declaraciones muchas veces son lesivas a una democracia y a un orden que respeta los derechos humanos”.