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¿Quién fue el ‘Fusilado de Halachó', el soldado que sobrevivió a 8 disparos y al tiro de gracia en la cabeza?

Logró continuar con su vida, formar una familia y conseguir la fama con su historia hasta los 86 años que falleció de manera natural.

Wenceslao Moguel Herrera es conocido como el “Fusilado de Halachó”, resistió a 9 disparos y pudo vivir hasta los 86 años. Foto: composición LR / Gerson Cardoso / Clarín
Wenceslao Moguel Herrera es conocido como el “Fusilado de Halachó”, resistió a 9 disparos y pudo vivir hasta los 86 años. Foto: composición LR / Gerson Cardoso / Clarín

La historia empezó en 1915, durante la Revolución mexicana, cuando Wenceslao Moguel Herrera fue capturado y condenado a muerte junto a otros soldados del ejército rebelde de Pancho Villa, con el cual luchaba por la libertad de México.

Moguel Herrera fue el último en el pelotón de los fusilados y vio morir a sus compañeros de batalla. Recibió 8 disparos y un tiro de gracia en la cabeza; sin embargo, sorpresivamente, sobrevivió. Es así que apareció el ‘Fusilado de Halachó'.

Un soldado rebelde

Pancho Villa y el ejército rebelde en 1915. Foto: Clarín

Pancho Villa y el ejército rebelde en 1915. Foto: Clarín

Wenceslao Moguel Herrera vivía en Halachó, en la península de Yucatán, México.

Desde la adolescencia anhelaba la libertad de México, por lo que se unió al ejército rebelde de Pancho Villa. Sin embargo, su batallón se estaba por enfrentar a uno numeroso y poderoso.

Esa desventaja causó su derrota y captura de varios soldados, entre ellos, Wenceslao. Estos pocos sobrevivientes fueron trasladados a un jurado, quien los condenó a muerte.

Hasta la actualidad se desconoce la hora y día del fusilamiento, aunque algunos medios locales señalaban que fue el 19 de marzo a las 5.00 a. m.

Todos fueron llevados al pelotón de fusilados. Wenceslao era el último, así que pudo ver cómo morían sus compañeros de batallas.

Llegó el turno del joven soldado. El pelotón le disparó ocho veces en varias partes del cuerpo y, como era parte de la ejecución, faltaba el toque de gracia a todos. A Wenceslao le tocó en la cabeza.

Todos los cuerpos quedaron inertes en el lugar y a la vista de todos para que sirva como lección, según el ejército, el cual se retiraba para dirigirse al norte a otra misión similar.

El único sobreviviente

Todos pensaron que estaban muertos; sin embargo, ocurrió lo inesperado: Wenceslao era el único sobreviviente del fusilamiento, incluso pudo arrastrarse casi 300 metros hasta llegar a las puertas de la iglesia de St. James Apostle, donde se desmayó. Ahí, una mujer se le acercó y pidió ayuda médica.

Pensaron que no resistiría, pues tenía varios agujeros en el cuerpo y el rostro desfigurado. No obstante, lo logró, pues los disparos no habían comprometido el cerebro. Wenceslao estuvo quedó desfigurado y sin mandíbula, pero estable, por lo que tuvo que esconderse durante un mes para protegerse de los militares de Campeche, donde fue operado y se recuperó.

Desde ese momento, este soldado rebelde, quien también se refugió en Estados Unidos, se convirtió en historia, o mito, como los consideran algunos conocedores. ‘Fusilado de Halachó' es la descripción que recibió Wenceslao y con lo que se hizo popular, gracias a los medios que buscaban sus declaraciones.

Wenceslao Moguel y Robert L. Ripley en el programa radiofónico de la NBC “Ripley's Believe It or Not!”. Foto: BioBioChile

Wenceslao Moguel y Robert L. Ripley en el programa radiofónico de la NBC “Ripley's Believe It or Not!”. Foto: BioBioChile

Fue en 1937, cuando Moguel Herrera fue contactado por Robert L. Ripley, conocido como el Rey de las curiosidades y lo asombroso, para una entrevista en su programa radiofónico de la NBC “Ripley’s Believe It or Not!”, lo que significa “Créase o no”. El enfoque fue la increíble historia del único sobreviviente tras un fusilamiento de nueve disparos (uno en la cabeza), la cual llegó a ser exitosa en Estados Unidos.

Wenceslao había logrado sobrevivir, continuar con su vida, formar una familia y conseguir la fama. El 29 de julio de 1976 falleció de manera natural a los 86 años. Hoy su historia sigue presente, incluso existe un libro titulado “El milagro del santo de Halachó o historia de un fusilado” que cuenta los hechos más destacados de su vida.

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