Su cita le dio fuerte mordisco en la lengua durante primer beso y tuvo que operarse de urgencia
Modelo compartió en sus redes doloroso momento que la llevo a una sala de urgencia luego de que su cita le mordiera la lengua.
En Turquía, una modelo pasó por un momento curioso y doloroso cuando luego de su primera cita tuvo que ir a operarse la lengua, pues quién la beso le mordió tan fuerte que tuvo de ir de urgencia. Ceyda Ersoy, Miss Fotomodel de Turquiia 2010 y protagonista de esta historia, le contó a sus seguidores de Instagram a sus seguidores sobre el suceso y se volvió tendencia.
“¿Es solo a mí a quien le arrancaron la lengua durante un beso? Duele mucho. ¿Es esto una broma? No sé, tal vez él realmente no sabía cómo besar. Parece que no pude llegar a conocerlo bien”, dijo la joven en sus historias de Instagram, donde además mostraba como el cirujano le estaba cosiendo la punta de su lengua tras este incidente.
Por fortuna, el hecho no pasó a mayores y ya se encuentra recuperando. “Chicos, ahora estoy bien, muchas gracias por sus buenos deseos”, concluyó.
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¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando nos besamos?
“El beso en la boca activa 34 músculos faciales, 112 músculos postulares y una gran cantidad de nervios; y si participa la lengua, se activan más terminaciones nerviosas relacionadas con el estado de bienestar, placer y plenitud”, describió el psiquiatra Carlos Bromley para La República en una anterior ocasión. Además, “se genera una secreción de oxitocina, dopamina, endorfinas, adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores”, detalla.
Por su parte, Nilton Custodio, director médico del Instituto Peruano de Neurociencias, explica cómo es el proceso neuroanatómico del beso. “Los labios tienen terminaciones nerviosas sensitivas muy específicas, inclusive 200 veces más potentes que las yemas de los dedos. (Estas terminaciones) activan a la corteza cerebral y es aquí donde se interpretan como algo placentero. Después, (esta información) pasa al tálamo, y luego a la amígdala. A partir de aquí se produce todos los desencadenantes neuroquímicos”.