China abre ruta ártica exprés a Europa: recorta envíos a 18 días y desafía al comercio de Estados Unidos
La nueva vía ártica entre China y Europa revoluciona el transporte marítimo global: más rápida, ecológica y clave para exportaciones de baterías, tecnología y productos de comercio electrónico.
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China potencia su comercio internacional tras inaugurar el primer servicio exprés de contenedores con destino a Europa a través del océano Ártico. El buque portacontenedores Istanbul Bridge, de la naviera china Sea Legend, zarpó este lunes 22 de septiembre del puerto de Ningbo-Zhoushan con destino a Felixstowe, en el Reino Unido, en un trayecto que prevé una duración de 18 días. Esta nueva vía, que aprovecha la Ruta Marítima del Norte a lo largo de la costa ártica rusa, reduce a la mitad el tiempo de las rutas tradicionales por el canal de Suez y establece un nuevo récord en el transporte marítimo comercial entre ambos continentes. La carga, que incluye productos de comercio electrónico y bienes de alto valor como baterías, llegará en medio de fuertes tensiones comerciales del gigante asiático con Estados Unidos.
Sun Xuejun, presidente de Zhejiang Seaport Logistics Group, confirmó que este servicio está específicamente diseñado para el comercio electrónico transfronterizo y mercancías de alto valor. La ruta, además de ofrecer una alternativa más rápida, también reduce las emisiones de carbono en aproximadamente un 50% comparado con el viaje por el canal de Suez, según las autoridades portuarias chinas.
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De Zhoushan a Felixstowe en tiempo récord: así funciona la nueva ruta ártica de China
La Ruta Marítima del Norte recorrerá la costa ártica rusa y representa el camino más corto entre los países de Asia-Pacífico y Europa. El Istanbul Bridge, con capacidad para 4,100 TEUs, realiza un viaje directo a través del paso del noreste del Ártico. Este itinerario acorta la distancia en un 43% respecto a la ruta del cabo de Buena Esperanza, que puede superar los 40 días. La navegación por esta zona, antes intransitable para buques comerciales sin escolta, es ahora posible gracias a la reducción del hielo marino.
Rusia ejerce un control fundamental sobre este corredor. El presidente Vladímir Putin ha calificado la ruta como una "ventaja competitiva" para su país, que dispone de ocho rompehielos de propulsión nuclear y más de treinta diésel. "Nadie tiene una flota tan poderosa", afirmó el mandatario. El desarrollo paralelo del Corredor de Transporte Transártico, un megaproyecto que integra transporte marítimo, ferroviario y por carretera, busca consolidar esta vía como una alternativa segura y económicamente viable a los pasos tradicionales.
¿Solución estratégica o apuesta arriesgada? Lo que implica para China abrir el Ártico al comercio global
Para China, esta ruta es una ganancia de tiempo, pero también representa una maniobra geopolítica. Ante las tensiones comerciales no resueltas con Estados Unidos, Pekín busca canales logísticos alternativos que le permitan diversificar sus rutas de exportación hacia su segundo mercado más importante: Europa. Empresas como New New Shipping, pionera en la ruta desde 2023, destacan que esta vía "amplía las opciones de transporte marítimo de China y fortalece su voz e influencia en el transporte marítimo mundial", según declaró su presidenta, Fan Yuxin.
Sin embargo, la apuesta conlleva riesgos ambientales y operativos. Expertos como Andrew Dumbrille, asesor de la Alianza para un Ártico Limpio, alertan que el aumento del tráfico en el frágil ecosistema ártico multiplica los peligros. El carbono negro de los combustibles de los barcos causa un daño cinco veces mayor en esa zona, y la respuesta a un posible derrame de combustible pesado sería lenta y limitada. Aunque la Organización Marítima Internacional prohibió este combustible en 2024, persisten vacíos legales que preocupan a los grupos ecologistas.




















