Condena a Jair Bolsonaro deja en suspenso el futuro político de la extrema derecha en Brasil
Con arresto domiciliario e inhabilitado para las elecciones, los jueces condenaron por 27 años a Bolsonaro por intento golpista. Preso y también inhabilitado para las elecciones, deja a una extrema derecha sin un líder.
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El pasado jueves la derecha brasileña recibió un duro golpe. El Supremo Tribunal Federal de Brasil dictó una sentencia de 27 años y tres meses de prisión a Jair Bolsonaro, por intento de golpe de Estado y otros delitos que atentan contra la democracia. El ex presidente fue declarado culpable en un total de cinco cargos: intento de golpe tras su derrota electoral en 2022, liderar una organización criminal armada, intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho, daño cualificado al patrimonio y deterioro de bienes protegidos.
El juez Alexandre de Moraes, sostuvo que Bolsonaro utilizó el aparato institucional del Estado para fomentar la inestabilidad social con la intención de quedarse en el poder a pesar de haber perdido los comicios. La condena fue acordada por mayoría: cuatro de los cinco jueces que integran la sala votaron por la culpabilidad, mientras que el juez Luiz Fux votó por absolverlo. La defensa anunció que apelará la decisión, incluyendo vías en tribunales internacionales.
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¿Cómo llegó hasta aquí Bolsonaro?
El camino hacia este juicio comenzó después de las elecciones de octubre de 2022, cuando Bolsonaro sufrió una derrota frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Desde antes de la votación, puso en duda el sistema electoral, particularmente las urnas electrónicas, alegando sin pruebas que podrían ser manipuladas. Tras perder, no reconoció formalmente la victoria, lo que tensó el ambiente político frente a la izquierda.
Uno de los momentos más críticos ocurrió en enero de 2023 con la toma de los tres poderes, cuando simpatizantes de Bolsonaro asaltaron y vandalizaron las sedes del Congreso, del Tribunal Supremo y la Presidencia en Brasilia, días después de que Lula reasumiera el gobierno. Las investigaciones identificaron documentos y comunicaciones que formaban parte de un plan para declarar estado de sitio, detener jueces del Supremo y desconocer el resultado electoral.
En marzo de este año, el tribunal brasileño aceptó formalmente la apertura del proceso penal contra Bolsonaro, junto a varios de sus colaboradores. Se le imputaron los delitos ya listados, además de organizar una red criminal con estructura jerárquica. Durante el juicio, la defensa alegó falta de pruebas claras y denuncias de irregularidades procesales, pero dichas alegaciones no fueron suficientes para evitar la condena.
En resumen, un plan conspirativo buscaba asesinar mediante disparos, explosiones o veneno a Lula Da Silva, a su vicepresidente y a un juez, como parte de su estrategia.
¿Quiénes acompañan a Bolsonaro en la condena?
Además del expresidente, otros implicados fueron también sancionados por su papel en plan golpista, de acuerdo con la gravedad de su participación. Entre ellos, los testimonios de Mauro Cid, antiguo edecán de Bolsonaro, fueron claves en las investigaciones gracias a un acuerdo de colaboración con la Justicia y recibió una pena menor de dos años.
Los reportes mencionan que fueron condenados “otros siete aliados cercanos”, incluyendo exministros y militares de alta jerarquía que, según la Fiscalía, integraron la estructura criminal diseñada para ir en contra del resultado electoral. Los jueces también aplicaron multas diarias calculadas sobre la base de salarios mínimos.
Entre los condenados junto a Bolsonaro se encuentran: Mauro Cid, exteniente coronel; Almir Garnier, almirante y excomandante de la Marina; Walter Braga Netto, exministro de Defensa y candidato a vicepresidente; Paulo Sérgio Noguera; exministro y puente entre Bolsonaro y la cúpula militar; Anderson Torres, exministro de justicia; Augusto Heleno, ministro de Seguridad Institucional y Alexandre Ranagem, actual diputado.
El futuro de la derecha brasileña sin Bolsonaro
Incluso si Bolsonaro lograra evitar la cárcel, seguiría inhabilitado para disputar elecciones hasta 2030 por decisión de la justicia electoral, que lo sancionó por abuso de poder político y mal uso de los medios de comunicación durante la campaña de 2022. Esto deja al movimiento sin su principal figura para los próximos comicios.
Con Bolsonaro fuera de juego, la derecha busca un nuevo rumbo de cara a las elecciones de 2026. El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, aparece como la figura con más posibilidades: fue ministro de Infraestructura de Bolsonaro, pero ha cultivado un perfil que podría atraer a los partidos de centroderecha y a la elite empresarial brasileña.
Dentro del propio entorno familiar también surgen nombres. El senador Flávio Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro y la ex primera dama Michelle Bolsonaro también figuran como posibles herederos políticos, aunque estas alternativas no refleja la misma firmeza que se busca en la derecha.
La experta en ciencias política, Isabela Kalil, considera que la derecha brasileña caería en hombros de Tarcísio, pero esto obligaría al movimiento a readecuarse para las elecciones de 2026. "Esos campos, tanto de la derecha como de la extrema derecha, van a quedar sin un liderazgo y no está claro quién será el heredero", declaró a la BBC.
El periodista y columnista brasileño Octavio Guedes coincide que Tarcísio sería la futura figura derechista. “Tarcísio hoy es el único candidato que logra agradar tanto a Lula como a Bolsonaro”, dijo en GloboNews. Según el comunicador, a Lula le convderia tener el mismo escenario electoral del 2022: él contra alguien de extrema derecha.
La presión por una amnistía seguirá presente en el Congreso, pero el desenlace de esta batalla parlamentaria es incierto. Mientras tanto, el presidente Lula da Silva ya anunció su intención de buscar la reelección, un escenario que obliga a la derecha a reorganizarse con rapidez.























