Pasó 32 años acusada falsamente de la muerte de su bebé atacado por un perro salvaje: la trágica historia de Lindy Chamberlain en Australia
En 1980, la desaparición de Azaria Chamberlain en Australia desató un juicio mediático contra su madre, Lindy, por un supuesto crimen.
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En 1980, en el Parque Nacional Uluru, Australia, la vida de la familia Chamberlain cambió drásticamente cuando Lindy, madre de tres hijos, gritó desesperada: “¡El dingo se llevó a mi bebé!”. Su hija menor, Azaria, una bebé de solo 9 semanas, desapareció de la tienda de campaña familiar luego de que un perro salvaje se la llevase a las profundidades del bosque.
Este hecho, que inicialmente parecía una trágica desaparición, se transformó en un caso judicial que se llenó de prejuicios, especulaciones y errores. La desaparición de Azaria Chamberlain perjudicó la vida de Lindy y su familia. La frase “El dingo se llevó a mi bebé”, que se convirtió en un lema en la cultura popular, fue malinterpretada y utilizada como burla por casi 30 años.
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La desaparición de Azaria Chamberlain en Australia
Lindy y Michael Chamberlain era una pareja con tres hijos en Australia. Con el fin de desestresarse y pasar una grata experiencia en familia, decidieron ir al Parque Nacional Uluru. Con Aidan, Reagan y la recién nacida Azaria, Lindy y Michael armaron su tienda de campaña y empezaron a disfrutar el día. Sin embargo, la situación dio un giro de 180° cuando Lindy escuchó los gritos de la recién nacida dentro de la tienda. Al acercarse, vio a un dingo, un perro salvaje autóctono de Australia, alejándose rápidamente.
Rápidamente se organizó la búsqueda para encontrar a la menor, pero Azaria jamás fue encontrada. Días después del suceso, un turista halló una prenda ensangrentada de la bebé cerca de una guarida de dingos. Con dicha prueba se comprobaba que la bebé había sido raptada por un animal.
No obstante, muchos australianos no creían posible que ese tipo de animal tenga la capacidad de atacar a un ser humano, por lo que empezaron a responsabilizar a los Chamberlain de la desaparición de su hija.
Lindy Chamberlain acusada de la muerte de su hija recién nacida
En febrero de 1981, un informe forense concluyó que la recién nacida fue atacada por un dingo. Aun así, ni la opinión pública ni las autoridades de Australia resultaron convencidas. Tras una constante exposición de Lindy Chamberlain en los medios de comunicación, el caso se reabrió en 1982. Asimismo, Lindy fue objeto de críticas por su forma en declarar a la prensa. Algunos la tildaban de "fría" por lo inexpresiva que resultaba al momento de hablar de su hija.
La presión del público fue tan alta que fue citada a un juicio, donde los fiscales argumentaron que ella había degollado a Azaria y la historia del dingo solo fue una coartada. Para tal acusación, se basaron en unas supuestas manchas de sangre encontradas en su carro. Tiempo después, se demostró que la sangre no pertenecía a un ser humano.
Pese a la falta de evidencia concluyente, la justicia australiana declaró culpable a Lindy Chamberlain y fue sentenciada a cadena perpetua. Además, su esposo terminó siendo condenado por cómplice y recibió una pena suspendida. En ese momento, Lindy estaba embarazada de su cuarto hijo.
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La liberación de los Chamberlain y las consecuencias mediáticas
Cuatro años después de su condena, se encontró una nueva pista de la desaparición de Azaria: cerca de la guarida de dingos, en Uluru, se halló la chaqueta de la bebé que llevaba puesta cuando desapareció. Este descubrimiento, junto a otras pruebas que anulaban los análisis forenses iniciales, llevó a la liberación de Lindy en 1986.
En 1998, tanto ella como su esposo fueron exonerados oficialmente de cualquier culpa. Sin embargo, el daño mediático ya estaba hecho. Al perder su reputación y la estabilidad familiar, la familia Chamberlain sufrió casos de racismo e intolerancia. Incluso, surgieron rumores sobre supuestos rituales satánicos que reforzaban la percepción pública de culpabilidad.
El caso resuelto luego de 32 años
En 2012, luego de 32 años de la desaparición de Azaria Chamberlain, una investigación final concluyó que la bebé fue atacada y llevada por un dingo. Elizabeth Morris, médica forense, declaró que la causa de muerte de la menor fue el ataque del perro salvaje.
"Me da esperanza pensar que los australianos, finalmente, se convencerán de que los dingos son animales peligrosos”, dijo Lindy Chamberlain tras el veredicto, recordando el constante juicio mediático y social al que fue sometida tanto ella como su familia.


























