Donald Trump se va en contra de Elon Musk: retira la postulación de su aliado Jared Isaacman para dirigir la NASA
Jared Isaacman fue considerado el favorito para dirigir la NASA, pero la Casa Blanca retiró su candidatura el mismo día que Elon Musk rompió vínculos con el Gobierno de Donald Trump.

La nominación de Jared Isaacman como próximo administrador de la NASA parecía sellada. Su perfil empresarial, su experiencia como astronauta civil y su estrecha relación con Elon Musk lo posicionaban como el favorito de la Administración Trump para dirigir la agencia espacial. Sin embargo, la Casa Blanca sorprendió al retirar su candidatura el mismo día en que Musk abandonó oficialmente cualquier vínculo con el Ejecutivo.
Según fuentes del Washington Post, Isaacman fue notificado el viernes sobre la decisión, a pesar de haber superado con éxito la aprobación del Comité de Comercio del Senado. En redes sociales, el multimillonario agradeció la experiencia adquirida en estos meses y expresó su deseo de que la NASA cuente con un liderazgo capaz de "reorganizar, reconstruir y reunir a las mentes más brillantes para generar los titulares que cambian el mundo".
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Un perfil ligado a Musk, pero con agenda propia
Jared Isaacman no es un desconocido en el mundo del espacio. Fundador de Shift4 Payments y piloto civil, protagonizó dos misiones espaciales privadas con SpaceX, incluyendo la histórica Inspiration4. Su visión aceleracionista sobre la exploración lunar y marciana lo acercó a los planes de Elon Musk, quien lo recomendó para el cargo. Sin embargo, esta relación terminó pesando en su contra.
Dentro del entorno político de Donald Trump, comenzaron a surgir dudas sobre el nivel de alineación ideológica de Isaacman con la estrategia America First. A pesar de sus credenciales, su postura crítica frente a los recortes presupuestarios a la NASA lo alejaba de las prioridades fiscales del nuevo mandato. “La misión del presidente Trump de plantar la bandera estadounidense en Marte sigue en pie”, afirmó la Casa Blanca en un comunicado, “pero el próximo administrador debe estar completamente comprometido con esa visión”.
Recortes históricos complican el panorama
Uno de los principales obstáculos para Isaacman era el severo ajuste presupuestario propuesto por la Administración Trump. De ser aprobado, el presupuesto para la NASA se reduciría en un 24 %, alcanzando su punto más bajo en más de seis décadas. La división de Ciencia de la agencia enfrentaría un recorte del 47 %, pasando de 7.334 millones de dólares a solo 3.907 millones.
Esto implicaría la cancelación inmediata de hasta 40 misiones científicas, incluyendo proyectos en curso y futuros considerados de "baja prioridad", a pesar de su rentabilidad y eficacia tecnológica. Jared Isaacman había manifestado su desacuerdo con este tipo de medidas, defendiendo la necesidad de mantener una estructura científica robusta para garantizar el liderazgo de Estados Unidos en el espacio.
La presión interna se incrementó por el aparente conflicto de interés con Elon Musk, quien donó 275 millones de dólares a la campaña de reelección de Trump. Varios sectores del Partido Republicano advirtieron sobre la necesidad de elegir un candidato más independiente y alineado con la política oficialista.
Steven L. Kwast, un posible sucesor con visión militar
Mientras Jared Isaacman queda fuera del tablero, ya suena con fuerza el nombre de su posible reemplazo: Steven L. Kwast, ex teniente general de la Fuerza Aérea y figura cercana al expresidente. De acuerdo con información revelada por Ars Technica, Kwast representa un perfil marcadamente distinto, con una visión del espacio centrada en la seguridad nacional y el dominio estratégico, más que en la cooperación internacional o el avance científico.
Según el periodista Eric Berger, Kwast “no es un defensor de la industria espacial tradicional”, pero sí apoya abiertamente el modelo comercial que impulsa empresas como SpaceX. Sin embargo, su enfoque geopolítico podría redefinir las prioridades de la NASA, priorizando el desarrollo de tecnología con fines de defensa y control orbital.
El futuro inmediato de la agencia espacial estadounidense permanece incierto. La cancelación del cohete SLS y la nave Orion ya ha activado las alarmas en los sectores industriales vinculados al complejo aeroespacial. El lobby de empresas como Boeing y Lockheed Martin se intensifica, a la espera de una designación definitiva desde la Casa Blanca.
























