Ex personal trainer de Robert Prevost revela la rutina de gimnasio que cumplía el Papa Leon XIV 3 veces por semana: "Era muy disciplinado"
Valerio Masella, exentrenador personal de Robert Prevost, detalló la disciplina y constancia del Papa León XIV antes de asumir el papado, revelando una rigurosa rutina de ejercicios que lo mantenía en excelente forma física.
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El Papa León XIV sorprendió una vez más al mundo por un aspecto de su vida que permanecía en la sombra hasta ahora. Aunque por su rol de pontífice la atención se ha centrado en su vida espiritual y sus actividades en el Vaticano, su amor por el deporte y su constante entrenamiento pasaron desapercibidos para la mayoría hasta la revelación de su ex personal trainer, quien entrenó a Robert Prevost en el gimnasio anexo al Vaticano que frecuentaba el excardenal desde 2023, cuando Francisco lo llamó a Roma como jefe del Dicasterio para los Obispos.
Valerio Masella, su entrenador personal durante más de un año, nunca imaginó que su reservado cliente, con quien compartió largas sesiones de entrenamiento, alcanzaría tan alto rango dentro de la Iglesia. En una entrevista con el diario italiano Il Messaggero, confesó que nunca supo de su identidad eclesiástica hasta que lo vio aparecer como el nuevo Papa ante la Plaza de San Pedro.
¿Cuál era la rutina del Papa León XIV cuando asistía al gimnasio?
Robert Prevost, ahora conocido como el Papa León XIV, mantenía una rutina de entrenamiento envidiable para cualquier persona de su edad. Según el relato de Valerio Masella el Papa tenía un enfoque muy preciso con su entrenamiento, que realizaba entre dos y tres veces por semana. “Siempre entrenaba por la mañana, a veces más temprano o al medio día, dependiendo de su agenda. Diría que una buena hora y luego volvía a trabajar. Era muy disciplinado”, recuerda Masella.
El entrenamiento se iniciaba con una serie de ejercicios aeróbicos y calentamiento, usando máquinas como la cinta de correr o la bicicleta estática, lo que le permitía activar su cuerpo y prepararlo para los ejercicios de fuerza. Luego, seguía con ejercicios útiles para fortalecer los músculos, y otros más específicos para la postura. Aunque Masella señaló que Robert siempre fue alguien muy reservado, indicó que de vez en cuando tenían conversaciones interesantes: “Me contaba que había practicado muchos deportes de niño y que le apasionaban varias disciplinas”.
El personal trainer se sorprendió cuando descubrió que era cardenal, pues durante su tiempo de entrenamiento pensó que Robert era profesor, académico o alguien que pasaba horas sentado en un escritorio. Sin embargo, consideró que su estado físico era muy bueno y de excelente equilibrio entre “masa muscular, ósea y grasa. Tenía mucha resistencia”.
“Cuando fue elegido Papa, viéndolo en televisión lo reconocí al instante y no lo podía creer”, sostuvo. Además, detalló que asistía al gimnasio con ropa informal, siempre concentrado en sus ejercicios, con un aspecto sereno y amable.

Valerio Masella se sorprendió al enterarse que su cliente era el nuevo Papa. Foto: "Il Mesa Zero.
Donald Trump invita al Papa León XIV a la Casa Blanca
El nuevo Papa León XIV también llamó la atención fuera del ámbito religioso y deportivo. En un giro interesante de los eventos, Donald Trump extendió una invitación al Papa para visitar la Casa Blanca, como un intento por fortalecer los lazos entre la administración estadounidense y el Vaticano. La invitación fue entregada a través del vicepresidente JD Vance.
¿Cuántos años estuvo Robert Prevost en Perú?
Antes de convertirse en el Papa, Robert Prevost, conocido en ese entonces como un misionero agustino, dedicó casi cuatro décadas de su vida al servicio pastoral en Perú. Llegó al país en 1985, donde trabajó incansablemente en diversas regiones, especialmente en el norte del país, en ciudades como Trujillo y Chiclayo. Durante ese tiempo, Prevost jugó un papel clave en la formación religiosa de nuevos aspirantes agustinos y en el fortalecimiento de comunidades vulnerables.
En 1999, Prevost regresó a Estados Unidos, pero su relación con Perú nunca se rompió. En 2014, el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo, y un año después, fue consagrado como obispo de esa región. Su nacionalización peruana en 2015 marcó un hito simbólico de su amor y dedicación al país que lo acogió durante tantos años. A lo largo de su tiempo en Perú, Prevost no solo se destacó como líder religioso, sino también como un promotor del diálogo interreligioso y del trabajo comunitario.