
Trump suspende aranceles de 25% a Canadá y México, pero persiste en una guerra comercial con China
La suspensión refleja la importancia de las relaciones comerciales con Canadá y México, aunque la Casa Blanca no descarta reinstaurar tarifas si es necesario para proteger la economía estadounidense.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha suspendido los aranceles del 25% que habían sido impuestos a productos de Canadá y México, en una señal de flexibilidad en su política comercial.
A pesar de esta suspensión, Trump mantiene su postura firme contra China, país con el que continúa una guerra comercial que ha afectado gravemente a ambos lados. La estrategia de aranceles sigue siendo uno de los pilares de su visión económica, buscando cambiar la dinámica global de comercio.
¿Por qué Trump suspendió los aranceles de 25% a Canadá y México?
La suspensión de los aranceles a Canadá y México refleja la importancia de estas relaciones comerciales para Estados Unidos. Trump había impuesto tarifas a ciertos productos de estos países para presionar por mejores condiciones en el comercio y en las cadenas de suministro. Sin embargo, tras la firma del acuerdo y ante la creciente presión de las empresas estadounidenses, que pedían una reducción de las tarifas, Trump optó por suspenderlas, buscando así reducir las tensiones comerciales con sus dos principales socios comerciales.
Aunque la medida es vista como un intento de suavizar las relaciones, la Casa Blanca no ha descartado la posibilidad de reintroducir los aranceles si se considera necesario para proteger los intereses económicos de Estados Unidos.
¿Pese a la suspensión de aranceles, por qué persiste la guerra comercial entre China y Estados Unidos?
La suspensión de los aranceles a Canadá y México no ha significado una pausa en la confrontación comercial con China. Trump sigue aplicando una política agresiva contra el gigante asiático, con un aumento significativo de los aranceles a las importaciones chinas. La tasa arancelaria promedio sobre los productos provenientes de China ha alcanzado el 34%, un golpe económico considerable para los exportadores y consumidores estadounidenses.
El conflicto con China está centrado no solo en el comercio de bienes, sino también en temas de tecnología, propiedad intelectual y la política económica. Trump considera que la reestructuración de las relaciones comerciales con China es crucial para el futuro de la economía de Estados Unidos, por lo que los aranceles siguen siendo una herramienta estratégica clave en su enfoque para presionar por reformas en la política china.