París rinde honores a Nadal en la apertura de los Juegos Olímpicos
El tenista, junto a leyendas como Serena Williams y Carl Lewis, trasladó el fuego por el río Sena, finalizando su trayecto en el Louvre, donde se encendió el pebetero.
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Rafa Nadal, rey absoluto de Roland Garros con catorce títulos, tuvo un papel protagonista el 26 de julio en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.
El gesto fue interpretado como un homenaje de Francia hacia el tenista español en el año que terminó siendo el de su retirada, después de dos temporadas casi en blanco por las lesiones.
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Nadal empezó la ceremonia siguiendo el desfile de barcos por el río Sena desde un balcón, junto a su esposa y su hijo.
La sorpresa llegó cuando apareció en el escenario de Trocadero, frente a la Torre Eiffel, y recibió del exfutbolista francés Zinedine Zidane el fuego olímpico, convirtiéndose en el centro de las miradas del mundo.
Nadal trasladó luego el fuego en una lancha de leyendas, junto a la tenista Serena Williams, al atleta Carl Lewis y a la gimnasta Nadia Comaneci.
Remontando el Sena hasta las cercanías del museo del Louvre, el fuego fue entregado a la exnúmero 1 del tenis femenino Amelie Mauresmo, que dio inicio a una serie de relevos de deportistas franceses en el Louvre y los Jardines de las Tullerías, donde terminó siendo encendido el pebetero, un globo que se elevó a continuación para iluminar el cielo de París.
Nadal no pudo brillar después en estos Juegos de París, donde fue eliminado en individuales por Novak Djokovic en la segunda ronda y donde en dobles cayó junto a Carlos Alcaraz en los cuartos de final.
Fue la despedida del mallorquín como jugador de las pistas de tierra batida de Roland Garros, el lugar donde gestó su leyenda y donde tiene una estatua en su honor junto a una de las puertas de acceso al complejo.
Meses más tarde, en noviembre, Nadal se despidió definitivamente como tenista en la Copa Davis en Málaga, ante sus compatriotas.




















