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Borghild: las muñecas sexuales diseñadas por Hitler para evitar la sífilis en los soldados

Prototipo fue presentado a generales nazis en Berlín, quienes lo aprobaron y consideraron un éxito. No obstante, el final del proyecto llegó con la invasión a Berlín.

Adolf Hitler, Olen Hanussen y Rudolf Chargeheimer llevaron a cabo el proyecto Borghild durante la Segunda Guerra Mundial. Foto: composición LR / Gerson Cardoso / Clarín
Adolf Hitler, Olen Hanussen y Rudolf Chargeheimer llevaron a cabo el proyecto Borghild durante la Segunda Guerra Mundial. Foto: composición LR / Gerson Cardoso / Clarín

En el siglo XV, Europa enfrentaba sus primeros casos de sífilis, pero no fue hasta el siglo XX que los científicos buscaban un tratamiento para controlar la enfermedad. Fue así que, durante la Segunda Guerra Mundial, el líder del partido Nacionalsocialista y dictador de Alemania, Adolf Hitler, expuso una iniciativa para evitar la propagación de la sífilis entre los soldados alemanes de Wehrmacht luego de que, el 20 de noviembre de 1940, Heinrich Himmler alertara de varias pérdidas registradas por este padecimiento en Francia.

“El mayor peligro en París son las prostitutas abiertas e incontroladas, escogidas por los soldados en bares, salones de baile y otros lugares. Es nuestro deber impedir que nuestros soldados arriesguen su salud solo por una aventura rápida”, expuso Himmler.

Tras ello, Hitler ingenió un proyecto que iba a reemplazar a las prostitutas y evitar la propagación de esta enfermedad sexual. Así nació Borghild, cuyo nombre proviene de la mitología nórdica y es la personificación del atardecer y la luna, que decide terminar con la luz del día e iniciar la noche.

Cabe resaltar que Anthony Ferguson, en su libro The sex doll: A History (La muñeca hinchable: una historia) señaló que las muñecas sexuales se originaron alrededor de 1950, en Alemania, y se trataría de una versión plástica de Lilli, un personaje cómic creado por Reinhard Beuthien. Posterior a ello, la fundadora de Mattel, Ruth Handler, habría rediseñado a la muñeca para convertirla en Barbie, en Estados Unidos. Desde ese momento, la muñeca creció y acanczó un grado de perfección que no provoca placer.

Regresando a Alemania, ¿en qué consistió la iniciativa de Hitler?

Proyecto en curso

Hitler fue quien se encargó de diseñar un prototipo de “mujer ideal”. Foto: Taringa

Hitler fue quien se encargó de diseñar un prototipo de “mujer ideal”. Foto: Taringa

Adolf Hitler, médico experto Olen Hanussen y el famoso psquiatra Rudolf Chargesheimer, bajo la supervisión del jefe de las SS (Schutzstaffel o “escuadras de protección”), Heinrich Himmler, empezaron con la creación de muñecas sexuales, las cuales reemplazarían a las prostitutas para que los soldados puedan desahogarse y así evitar la transmisión de sífilis.

Fue Hitler quien se encargó de diseñar un prototipo de “mujer ideal”.

Las muñecas debían medir 1,76 metros. Cabe resaltar que se rechazaron las propuestas iniciales de 1,68 y 1,82 metros. Con respecto al pelo y los ojos, tenían que ser rubio y azules, respectivamente. Los labios debían verse gruesos y grandes al igual que sus senos; mientras que los brazos y las piernas tenían que ser largos. Por último, el vientre debía ser plano y el ombligo delicado.

Estas muñecas reemplazaban a las prostitutas, pero no a las esposas. Foto: Clarín

Estas muñecas reemplazaban a las prostitutas, pero no a las esposas. Foto: Clarín

Acerca del material de las Borghild, Chargesheimer creyó que debían ser lo más realistas posibles y capaces de hacer sentir el acto sexual a los soldados. Por eso, fueron diseñadas con piel suave al tacto, gran flexibilidad y partes íntimas exageradamente detalladas. Inicialmente, usaron Elastolin, derivado del caucho; sin embargo, tras acabarse, lo sustituyeron por Ipolex. Es importante aclarar que eso no reemplazaba a las esposas de los soldados, ya que con ellas hacían el amor y con las Borghild solo mantenían sexo.

Hanussen apoyó el prototipo y pensó que debían probarse con varios moldes corporales. Así es que el equipo llamó a distintas atletas y actrices para usar sus figuras como referencias y conseguir la perfección corporal. Entre las seleccionadas, estaban las deportistas Wilhelmina von Bremen y Annette Walter, quienes aceptaron inmediatamente. A diferencia de la actriz Käthe von Nagy, quien no quiso prestar su rostro para un molde de bronce.

Éxito destruido

Mandaron a contruir 50 unidades inmeditamente tras la aprobación total. Foto: Taringa

Mandaron a contruir 50 unidades inmeditamente tras la aprobación total. Foto: Taringa

Todo estaba listo. El prototipo fue presentado a los generales nazis en Berlín. Luego de observar y examinar cada detalle, principalmente los orificios artificiales y el tacto, fue aprobado y considerado como un éxito por Himmler. Tras ello, mandaron a fabricar 50 unidades inmediatamente.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Frank Tschakert, también supervisor del proyecto, presentó sus quejas. “A veces, las piernas son demasiado cortas y se ven deformadas, o la muñeca tiene una espalda ancha y brazos como un luchador. La apariencia general es siempre terrible y me temo que no hay solución”.

Pese a ello, se continuó con el proyecto y se cambiaron otros rasgos.

Lamentablemente, el final de las Borghild llegó cuando Berlín fue invadida por los aliados, quienes bombardearon la fábrica, ubicada en Dresden, donde se encontraban los planos y prototipos de las muñecas.