Lula da Silva no la tiene fácil: derecha será mayoría en el Congreso
Desafíos. Partido de Bolsonaro será la bancada más importante en Diputados, con 99 legisladores. Otro reto es el de la economía de Brasil, que afronta dificultades con la pobreza en aumento. La pregunta: ¿cómo hará Lula para cumplir con sus promesas de campaña ante este sombrío panorama?
El izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva recibió este lunes un fuerte respaldo internacional, mientras persistía el silencio del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien todavía no reconoce su derrota en el balotaje del domingo. El líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 77 años, se impuso sobre el ultraderechista por estrecho margen, el 50,9% de los votos contra el 49,1%.
La victoria de Lula fue reconocida de inmediato por los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia y Rusia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, felicitó este lunes por teléfono a Lula da Silva, y le dijo que “esperaba con mucha impaciencia este momento”.
“Para nosotros es una excelente noticia. Debo decirte que esperaba con mucha impaciencia este momento para que podamos reactivar una colaboración estratégica a la altura de nuestra historia y de los desafíos que tenemos por delante”, indicó Macron, que había sido uno de los primeros dirigentes extranjeros en felicitar a Lula, el lunes de madrugada.
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Según la presidencia francesa, Emmanuel Macron y Lula hablaron de “una reactivación de la relación bilateral en todos los ámbitos”, incluyendo “la protección del clima y de la biodiversidad”.
Lula sostuvo un encuentro en Sao Paulo con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante el cual se comprometió a visitar ese país antes de asumir el 1 de enero.
Difícil panorama
Casi un día después del resultado oficial, Jair Bolsonaro, de 67 años, no se ha pronunciado. Temprano llegó al Palacio de Planalto en Brasilia, donde según medios brasileños evaluó con su equipo un eventual pronunciamiento. Luego partió a la residencia de la Alvorada, según las mismas fuentes.
Durante su discurso de victoria, Lula manifestó su preocupación por el traspaso de poder: “Necesito saber si el presidente que derrotamos va a permitir que haya una transición para que tengamos información de las cosas”. Solo algunos de los aliados parlamentarios de Jair Bolsonaro admitieron la derrota en redes sociales, donde el bolsonarismo suele ser muy activo.
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Lula reconoció en su discurso de victoria que gobernará “en una situación muy difícil” y enfatizó la necesidad de restablecer “la unidad” de los brasileños.
La transición también implica desafíos para Lula, explicó Paulo Calmon, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia.
“Debe cuidarse, primero, de una ‘tercera vuelta’: de cualquier desafío que Bolsonaro y sus aliados puedan crear, como (Donald) Trump en Estados Unidos, para deslegitimar su victoria y movilizar a su electorado contra él”, dijo Calmon.
Marco Antonio Teixeira, politólogo de la Fundación Getulio Vargas, aseguró que Lula tendrá que ampliar la “legitimidad” del gobierno e incorporar a sectores ajenos al Partido de los Trabajadores.
“Necesita ampliar su apoyo para unificar al país”, agregó Teixeira.
El Congreso, que el 2 de octubre (primera vuelta electoral) se movió a la derecha con la elección de conservadores y aliados de Bolsonaro, puede ofrecerle una oposición más férrea a la que enfrentó en sus otros dos gobiernos.
El Partido Liberal de Jair Bolsonaro tendrá la mayor bancada en Diputados, con 99 representantes.
No aceptan derrota
Camioneros y otros manifestantes bloquearon vías en 11 de los 26 estados del país y el distrito federal, en rechazo al triunfo del izquierdista. La policía intervino para liberar algunos pasos.
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“No vamos a aceptar perder lo que conquistamos hasta ahora, lo que queremos es que prevalezca lo que está en nuestra bandera: orden y progreso. No aceptamos la manera como transcurrió esta elección”, dijo Antoniel Almeida, de 45 años, en Barra Mansa, uno de los puntos de protesta en Río de Janeiro.
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El Ministerio Público de Brasil le exigió este lunes informaciones a la Policía Federal de Carreteras sobre las medidas adoptadas para despejar las decenas de carreteras bloqueadas desde la víspera por camioneros insatisfechos con el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva.
Ruta de la economía
La Bolsa de Sao Paulo cerró este lunes con una subida del 1,3 % en una sesión volátil con fuertes pérdidas para las empresas estatales. En el mes de octubre, marcado por la primera y la segunda vuelta electoral en Brasil, el corro brasileño avanzó un 5,45 %, mientras el real brasileño se apreció frente al dólar, a 5,16 desde el cierre del viernes en 5,34.
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En ese ambiente, el electo presidente está en la obligación de revisar las promesas económicas que hizo en campaña:
- Expansión de las inversiones en todo el país, con un nuevo impulso de la obra pública, en especial de los proyectos de infraestructuras, para generar empleo.
- Apuesta por las empresas estatales y rechazo frontal a las privatizaciones. La petrolera Petrobras y el banco de fomento BNDES serán piedras angulares de los planes de desarrollo.
- Oposición al techo de gastos. Lula se opone a que el límite de gastos públicos recogido en la Constitución condicione las inversiones necesarias en salud o educación. Se ha comprometido, no obstante, a conjugar “responsabilidad fiscal” y “responsabilidad social”.
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- Reforma tributaria para beneficiar a los más pobres.
- Nueva legislación laboral, a partir de un consenso con sindicatos y empresarios y aumento del salario mínimo por encima de la inflación.
Reestructurar los programas de subsidios a los más necesitados, garantizando el actual pago mensual de 600 reales (unos 120 dólares) y renegociación de deudas personales: Sin dar detalles de cómo se realizará.
Ante este desafío, Lula da Silva prepara un “gabinete de transición” que servirá de puente hasta cuando asuma funciones el 1° de enero del 2023.
Compromiso para un plan de ayuda mutua
El presidente Joe Biden habló por teléfono ayer con Luiz Inácio Lula da Silva sobre la “relación sólida” entre Estados Unidos y Brasil y ambos se comprometieron a cooperar frente a “desafíos comunes” (la lucha contra el cambio climático, salvaguardar la seguridad alimentaria, promover la inclusión y la democracia y gestionar la migración regional), informó la Casa Blanca.
Biden insistió en que las elecciones en Brasil han sido “libres, justas y creíbles”. Elogió “la fortaleza de las instituciones democráticas brasileñas”, según el comunicado estadounidense.
El dato
Cumbre. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo ayer una llamada telefónica con Lula para felicitarlo e invitarlo a que visite el país el 24 de noviembre en el marco de la cumbre de la Alianza del Pacífico, que se celebrará en Oaxaca.
Reconstruir la confianza en las instituciones
Por el analista Polo Ruiz Vasconcelos. Desde Sao Paulo.
Bolsonaro y sus huestes de oposición reposaban en un silencio asustador después de una campaña llena de ira de principio a fin, siguiendo la creciente línea en la política mundial en la que la muerte del rival es condición para que viva el ganador.
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El silencio parece aceptar la derrota, si el viejo dicho de quien calla otorga es cierto. Los camioneros que desde las últimas horas del domingo mantienen bloqueos en las carreteras de 16 estados en reacción a los resultados electorales han dicho que solo una intervención militar los sacará de sus puntos de bloqueo.
Lo terrible ahora es constatar que en la política en Brasil y Latinoamérica ya no se compite y se gana en un juego limpio porque los seguidores de un líder perdonan sus pecados en lo que ha dado en llamarse “el problema de las manos sucias” en la competencia política.
Entre tanto, la bolsa terminó el día en una pequeña alza prometedora después que se supo que Joe Biden y Luiz Inácio Lula da Silva mantuvieron una conversación de 20 minutos en la que se reiteró el llamado a fortalecer la democracia y el énfasis en el cuidado del medio ambiente.
Lula da Silva había anunciado en su campaña que una de sus prioridades sería el detener la deforestación de la Amazonía. Un mensaje que está lejos de ser retórica ambientalista. Puede sonar simple, mas para la producción agraria resulta como los dulces de maní de dos reales.
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Tienen una envoltura muy simple, pero mucha azúcar dentro, considerando que los fabricantes de las grandes marcas de zapatillas, dejaron de comprar al Brasil la inmensa producción de cueros en reacción a la deforestación de la Amazonía durante el gobierno de Bolsonaro.
El silencio también ha sido ostensible en el petismo (en alusión al Partido de los Trabajadores, PT). Al finalizar el día, aún no se vislumbraba quién se encargaría de la cartera de Economía ni otros importantes cargos, lo que estaba en claro que después de cuatro años Lula reiniciaría las reuniones con los gobernadores electos. Un relacionamiento que Bolsonaro no quiso hacer.
Lo que sí está dicho en todos los ambientes es que es necesario reconstruir la fortaleza institucional del país, severamente afectada por la aguda confrontación política de los últimos años y las consecuencias de la COVID-19 y la urgencia de tener nuevos liderazgos.
A horas del triunfo electoral, son pocas las dudas sobre la gobernabilidad del país. Lula ya gobernó con un Congreso en contra. Tiene experiencia y capacidad negociadora, con resultados a veces desagradables.
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Una capacidad de la que Bolsonaro no se interesó y lo tiene ahora sumido en el silencio, sabiendo que las disputas por la herencia de poder en el conglomerado político que lo elevó ya han comenzado, mudando y acomodándose al nuevo escenario como lo ha hecho saber sin esperar mucho tiempo Tarcísio de Freitas, el electo gobernador de Sao Paulo, perteneciente a las filas de Bolsonaro, quien ha hecho saber que lo primero que hará es reunirse con Lula, el ahora presidente electo de Brasil.
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