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Nueva Germania: la utopía de una comunidad aria en Paraguay impulsada por la hermana de Nietzsche

Una colonia alemana fue creada hace 134 años en la zona selvática de Paraguay. Hoy viven, en Nueva Germania, más de 6.000 personas.

Försterrode (Nueva Germania), Paraguay, 1890. Foto: Jonatan Kurzwelly.
Försterrode (Nueva Germania), Paraguay, 1890. Foto: Jonatan Kurzwelly.

Dentro de Paraguay existe una comunidad singular. Los niños hablan español y guaraní, y las calles de la localidad tienen nombres relativos a personajes alemanes. Se trata de Nueva Germania, una colonia que fundó en 1887 la hermana de Nietzsche y su pareja, reconocidos por su simpatía por el antisemitismo (repudio sistemático a los judíos).

Fue entonces que un grupo de alemanes liderados por el dúo referido de Bernhard Förster y Elisabeth Nietzsche —la hermana de filosofía opuesta a su hermano Friedrich, reconocido posmoderno—, en nombre de fundar una nueva nación, postularon la idealización de la raza aria, despojada de los judíos, y viajaron al país sudamericano.

Por esos años, en la Europa de 1870, se forjó un clima antisemita que tuvo como respuesta la formulación de ideas sobre pureza racial y la creación de asentamientos fuera de la influencia judía. A la mencionada pareja que abanderó el fallido nuevo renacer de Alemania se le sumó, en la gestión ideológica, el compositor Richard Wagner, también reconocido antisemita.

De hecho, tal y como le comenta el antropólogo polaco-alemán Jonatan Kurzwelly a la BBC, la idea del viaje comienza con Wagner. Kurzwelly desarrolló su tesis sobre la identidad en Nueva Germania, y precisa que hay que considerar sucesos aledaños de entonces al clima antisemita: el crack de la bolsa en Viena, los pogromos del Imperio ruso y los ataques contra los judíos que causaron una gran ola de inmigración.

Fueron en esos años en los que el compositor se encuentra con Förster y Nietzsche (hermana). Cuenta Kurzwelly que “ahí supuestamente Wagner soltó la idea de que se debería construir una Nueva Germania fuera de Europa, porque Europa ya estaba bajo demasiado control judío”.

La pareja tomó la idea y materializó la ilusión racista de formar una comunidad aria por fuera de esa Alemania previa —pero cercana en lo ideológico— al nazismo.

El viaje intrincado

Fue Bernhard Förster quien viajó por Paraguay entre 1883 y 1885. El país sudamericano era entonces, tal y como lo cuenta Fabián Chamorro, historiador paraguayo para la BBC, una nación destruida, “sin recursos económicos y con una deuda de guerra gigantesca”. Tal situación llevó al país a optar por una política de traer inmigrantes.

Luego de encontrar el lugar donde se ubicaría la colonia, una zona remota y de complejo acceso, Förster negoció con el gobierno paraguayo y llegaron a un acuerdo: siempre y cuando el alemán traiga 140 familias europeas en dos años, la tierra pasaba a ser propiedad de ellos.

“En algunos reportes se habla de que llegaron 14 familias, aunque el dato no es fácil de verificar, señala Kurzwelly, citando la tesis doctoral de Daniela Kraus”, se dice en la BBC. No obstante, hay que distinguir, por recomendación del antropólogo citado, entre el número de familias que se subieron al barco, los que llegaron a Paraguay y los que se mudaron a Nueva Germania.

Los problemas no tardaron en llegar. La zona que eligió Förster para vivir fuera de los judíos era una tropical y de un calor húmedo sofocante. Además de una tierra hostil, donde no se podía plantar cualquier tipo de alimentos. Ello sumado a que los alemanes no eran agricultores, lo que dificultaba aún más la experiencia de trabajo en el campo.

Otro asunto, todavía peor, fueron los financieros. La pareja Förster y Nietzsche (hermana) gestionaban todo el acontecer que ocurría en Nueva Gemania. Incluido los precios de los productos que luego se vendían en la capital y la venta de tierras, que todavía no les pertenecían (pero ellos, el dúo alemán, creyeron que sí).

Las noticias de la colonia llegaron al país de origen mediante cartas, en las que se acusaba a Förster de estafador. “Hay algunas cartas que dicen, por ejemplo, que había sido un error ir a Nueva Germania”, cuenta Kurzwelly para el medio inglés.

Nunca llegaron las 140 familias

Al final, él acabó yéndose a la otra colonia alemana en Paraguay. Murió en San Bernardino (1889).

Elisabeth volvió a Alemania y trató de regresar a Nueva Germania, pero los colonos ya no la aceptaron, así que se instaló nuevamente en su nación para cuidar a su hermano, el filósofo posmoderno, que estaba enfermo.

Murió en 1935 y nunca abandonó su antisemitismo. Elisabeth es conocida por editar y distorsionar las obras de su hermano, Friedrich Nietzsche. Ella falsificó casi 30 cartas y reescribió varios pasajes del autor que enunció, entre otras cosas, que el concepto de verdad esclaviza al hombre.

Así es como falló la utopía aria. Algunos de los habitantes de Nueva Germania en la actualidad son descendientes de los primeros alemanes que llegaron a finales del siglo XIX para fundar la colonia. Aunque es cierto que la comunidad pervive, el concepto que inspiró su creación fracasó.