UE advierte a Hungría que su ley homofóbica no calza con sus valores
“Si no aceptas los valores de la UE, quizá no deberías ser parte de ella”, respondió la Unión Europea ante las declaraciones de Viktor Orbán, primer ministro de Hungría.
Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, fue criticado y escasamente respaldado por parte de sus socios de la Unión Europea tras intentar defender, en el Consejo Europeo en Bruselas, la ley con la que el Gobierno húngaro pretende prohibir que se hable sobre sexualidad en los colegios, y que niega la difusión de contenido LGTBI+ en los medios de comunicación.
La ley ha recibido opiniones adversas y es vista con reparo por jefes de Estado y de Gobierno de la cumbre europea. El contraataque de líderes como Angela Merkel o Emmanuel Macron contra las normas homofóbicas aprobadas por Budapest fue inesperado.
El líder húngaro se vio acorralado por primera vez desde 2010, debido a que esta oposición le genera consecuencias desfavorables para las elecciones del año que viene y, a la vez, un ostracismo en la UE que le resta confianza en el electorado europeo.
Asimismo, la fulminante reacción de Ursula Von Der Leyen, presidente de la Comisión Europea, quien calificó de vergüenza la ley húngara, ha dejado a Orban en una posición muy complicada.
“En Hungría hay 10 millones de habitantes, por eso creo que hay 10 millones de razones para que Hungría esté en la Unión Europea”, ha señalado la presidenta de la Comisión Europea al término de la cumbre europea en alusión a la posibilidad de que Orbán intentase arrastrar a su país fuera de un club en el que el líder húngaro se encuentra cada vez más aislado.
Por su parte, el primer ministro Belga, Alexander de Croo, manifestó en una rueda de prensa lo siguiente: “El resto de países han sido críticos y han dicho de forma muy explícita: ‘Si no aceptas los valores de Europa, probablemente no deberías ser parte de este club”.
Quien también se ha pronunciado ante la ley húngara es el primer ministro de Luxemburgo, Vaxier Bettel; él es abiertamente homosexual y advirtió frente a los medios de comunicación que “ser gay no es una elección, pero ser intolerante sí lo es”. “Si de verdad piensa que por ver una película o por hablar en una clase sobre orientación sexual, te haces gay, realmente no ha entendido nada”.
El mandatario húngaro cuestionó que pueda existir una “unidad de valores” dentro de la UE, e incluso comparó este debate con la crisis migratoria “invasión”, en su opinión, de 2015 y agregó que, tanto en ese entonces como en este momento, ha quedado claro que la UE no funciona como bloque en cuanto a política se refiere.
Según el primer ministro de Hungría, “la educación sexual de los niños es derecho de los padres” y, sin su consentimiento, nadie más puede tomar partido, tampoco los “activistas del arcoíris”, en concordancia con lo que alegan diferentes grupos anti derechos alrededor del mundo.
Orbán solo ha contado con el respaldo de Polonia y Eslovenia. El resto de sus socios han dejado bastante clara su posición y han manifestado que no es aceptable que en el seno de la UE se apliquen leyes como la que está adoptando Hungría.
Una carta que convoca a la UE a actuar contra las amenazas que atenten contra los derechos LGTBI+ ha sido firmada por 17 líderes. El acto se entiende como una acción de presión sobre Orbán, a pesar de que el documento no tiene una referencia explícita al Gobierno húngaro ni a su ley.