EE. UU.: el bebé más prematuro del mundo celebra su primer cumpleaños
Recientemente ha recibido el título del bebé más prematuro del mundo por Guinness World Records, luego de que los médicos le dieran 0% de probabilidad de supervivencia.
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El pequeño Richard Hutchinson nació el 5 de junio de 2020 y las probabilidades que tenía para seguir viviendo eran muy pocas. Era un bebé prematuro, llegó al mundo 131 días antes de tiempo y pesó 11,9 onzas, según un comunicado de prensa de Guinness World Records.
A principio de mes celebró un hito importante con su primer cumpleaños.
Los padres de Richard, Beth y Rick Hutchinson, podían sostener a su hijo en la palma de una de sus manos. Esto significaba que tenía que pasar los primeros siete meses de su vida en la unidad de cuidados intensivos neonatales del hospital Children’s Minnesota, en Minneapolis, Estados Unidos.
“Cuando Rick y Beth recibieron asesoramiento prenatal sobre qué esperar con un bebé que nació tan temprano, nuestro equipo de neonatología les dio 0% de probabilidad de supervivencia”, dijo en el comunicado la Dra. Stacy Kern, neonatóloga de Richard en el hospital.
A pesar de las difíciles probabilidades, el pequeño fue dado de alta en diciembre y recientemente celebró su primer cumpleaños, obteniendo el reconocimiento oficial de Guinness como el bebé más prematuro en sobrevivir.
Cuando salió del hospital, Richard todavía estaba con oxígeno, una máquina de oxímetro de pulso y una bomba para su tubo de alimentación.
El poseedor anterior del título, James Elgin Gill, nació 128 días antes de tiempo en Ottawa, Canadá, en 1987.
“No se siente real. Todavía estamos sorprendidos por ello. Pero estamos felices. Es una forma en que podemos compartir su historia para crear conciencia sobre los nacimientos prematuros”, expresó Beth en el comunicado.
“Es un bebé muy feliz. Siempre tiene una sonrisa en su adorable carita. Sus brillantes ojos azules y su sonrisa me atrapan en todo momento”, agregó.
La pandemia de COVID-19 hizo que los padres de Richard no pudieran acompañarla durante las noches en el hospital. Sin embargo, caminaban más de una hora todos los días desde su casa en el condado de St. Croix, Wisconsin, hasta Minneapolis para estar con el bebé mientras se volvía más fuerte y saludable.
“Estamos trabajando para sacarlo de todo pero lleva tiempo (...) ha recorrido un largo camino y lo está haciendo increíble”, confesó la madre.
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