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La variante brasileña del coronavirus acentúa alerta en el mundo

Medios como The Economist y el Wall Street Journal, además de Gobiernos como el de Francia reportan una “amenaza de salud pública mundial” desatada por este linaje detectado en Manaos.

La variante brasileña del coronavirus mantiene al mundo en una encrucijada, ya que representa “una amenaza de salud pública” global. Este martes 13 de abril, el gigante sudamericano registró 3.808 muertes asociadas a la COVID-19 en las últimas 24 horas y 82.186 nuevos contagios, con lo que el balance total de infectados se elevó hasta los 13 599 994.

Con estas cifras, Brasil es el segundo país con más decesos y casos confirmados por la enfermedad, tan solo por detrás de Estados Unidos. Además, el país gobernado por Jair Bolsonaro es actualmente el lugar donde más se muere por COVID-19.

El descontrol de la pandemia en el país ha elevado la preocupación internacional y este martes Francia se unió a la lista de países que han suspendido “hasta nueva orden” los vuelos procedentes de Brasil para intentar evitar la expansión de la variante brasileña del coronavirus.

“La situación en Brasil es absolutamente dramática y la peligrosidad de la variante en cuestión nos plantea dificultades reales”, ha advertido el primer ministro, Jean Castex.

Las autoridades sanitarias creen que la variante brasileña, conocida como P.1, que es hasta tres veces más transmisible que sus antecesoras, ha impulsado, junto con otros factores, la explosión de casos en Brasil.

La propagación del virus ha puesto al sistema sanitario en colapso o al borde de él en diversas regiones de Brasil, incluida Sao Paulo, la más rica y poblada y la que posee mejor estructura hospitalaria.

The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, además de la agencia de noticias estadounidense Associated Press y la revista británica The Economist han retratado hospitales abarrotados, el avance del linaje brasileño, los fracasos del Gobierno de Jair Bolsonaro, la difusión de desinformación en torno a tratamientos sin efectividad y la escasez de oxígeno y medicamentos para la intubación.

The Economist y el Wall Street Journal tratan la situación en Brasil como “una amenaza para la salud pública mundial”, principalmente por la variante que circula con fuerza en todo el territorio y se expande y acorrala al resto del globo.

La variante también fue detectada en varios países de América del Sur, como Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Perú y Venezuela. También llegó a Estados Unidos, Canadá, Alemania y Francia, que el lunes anunció la suspensión de vuelos desde Brasil al igual que otras naciones.

The Economist se ha centrado en la responsabilidad de Bolsonaro por el colapso del sector salud brasileño. Para la revista británica estas posturas gubernamentales “son malas para Brasil y para el mundo”.

“Si las autoridades brasileñas hubiesen sido responsables, habrían aislado Manaos, como China hizo con Wuhan. Pero en vez de eso, enviaron pacientes a otras regiones del país, con acompañantes, algunos de ellos infectados con la P1”, ha lamentado Jesem Orellana, investigador en Amazonas del instituto Fiocruz, el de mayor prestigio en Brasil.

La P.1 emergió en diciembre pasado en la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, pero solo fue identificada como una nueva variante en enero, en Japón, en unos viajantes que volvía de aquella región del norte de Brasil. Los científicos hablan de un fenómeno de “escape inmunológico”.

“Las vacunas funcionan muy bien con la mutación inglesa, pero vemos una pérdida de protección con las variantes brasileña y sudafricana”, explicó al diario Le Parisien el virólogo francés Bruno Lina.

Ambos linajes son portadores de la misma mutación, E484K, de la que se sospecha que reduce la inmunidad adquirida, ya sea a través de una infección pasada (con el consiguiente aumento de la posibilidad de reinfección) o a través de las vacunas.

Con información de EFE y AFP.