Mundo

Un satélite de la NASA está a punto de chocar con otro objeto cerca de la Tierra

La agencia ya no tiene comunicación con el objeto, por lo que no hay forma de impedir la eventual colisión con otro satélite en la órbita baja de nuestro planeta.

La NASA ya perdió comunicación con su satélite. Imagen referencial.
La NASA ya perdió comunicación con su satélite. Imagen referencial.

La NASA lanzó el telescopio espacial IRAS en 1983. Ahora el objeto está en ruta de colisión con otro satélite aún más antiguo y fuera de servicio. Según el reporte del servicio de seguimiento de desechos espaciales Leolabs, el impacto podría ocurrir este miércoles en la órbita baja de la Tierra.

El otro objeto en cuestión es el GGSE-4, una carga útil científica de la Oficina Nacional de Reconocimiento de EE. UU. (NRO), lanzada en 1967.

Según los datos de LeoLabs, los dos satélites pasarán dentro de 15 a 30 metros entre sí, a 900 kilómetros de la superficie terrestre. El reporte indica que esto sucederá el 29 de enero a las 23:39:35 UTC.

Ambos objetos viajan a una velocidad de 14.7 kilómetros por segundo, y si bien la actual probabilidad del choque es 1%, cualquier ligera desviación en sus trayectorias podría significar una catástrofe.

Esto es un problema debido a que tanto NASA como la NRO perdieron comunicación con ambos objetos, los cuáles ya fueron declarados ‘muertos’. Por tal motivo, no habrá forma de evitar el eventual choque.

IRAS tiene un peso de 1083 kg y un tamaño considerable. Mientras que GGSE-4, de apenas 4.5 kg, está conectado a un satélite militar fuera de servicio, el Poppy 5, de 85 kilogramos.

Las trayectorias del IRAS y el GGSE-4. Imagen: LeoLabs.

Las trayectorias del IRAS y el GGSE-4. Imagen: LeoLabs.

“Van a colisionar a una velocidad increíblemente alta. Y a esa velocidad, probablemente hará que el satélite más pequeño se rompa completamente en fragmentos más pequeños. Y cada uno de esos fragmento se convierte en una pieza de desechos espaciales”, explicó a ScienceAlert la arqueóloga espacial Alice Gorman, de la Universidad de Flinders.

“Por lo tanto, aumenta la cantidad de desechos espaciales, lo que aumenta el riesgo de colisionar con un satélite en funcionamiento”, añade.

La experta señala que las naves espaciales suelen tomar maniobras evasivas para evitar colisiones con objetos a menos de 60 kilómetros. Por ello, este acercamiento de hasta 15 metros lo convierte en uno de los posibles choques más peligrosos que se ha visto “en mucho tiempo”.

A pesar de que estos restos no representarían peligro para las personas en la Tierra, será una amenaza para las otras naves espaciales, incluso para las futuras misiones tripuladas.

“El temor es que si no resolvemos cómo deshacernos de algunos de estos escombros en la próxima década, este tipo de colisiones comenzará a significar que es más difícil lanzar satélites y realizar operaciones espaciales”, concluyó Gorman.

LeoLab ha compartido un simulador interactivo para observar cómo sería la eventual colisión de los satélites.