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Bomba atómica de EE. UU. detonada en el espacio alteró campo magnético de la Tierra

Las potencias nucleares han llevado a cabo unos 2000 ensayos con armas atómicas. Contaminaron océanos, la atmósfera y el planeta y provocaron enfermedades como cáncer. Pero EE. UU. fue más lejos y se atrevió a realizar un ensayo nuclear en el espacio: Starfish Prime.

Estados Unidos detonó energía nuclear en el espacio. Foto: Referencial
Estados Unidos detonó energía nuclear en el espacio. Foto: Referencial

Estados Unidos quiso alterar el Allen -el anillo natural de radiación que el planeta genera cuando su campo magnético frena el viento solar- a fin de averiguar si podría frenar a los misiles soviéticos. Para ello, Washington se atrevió a detonar una cabeza termonuclear de 1.44 megatones en la órbita baja de la Tierra. Un 9 de julio de 1962 se ejecutaba el ensayo Starfish Prime.

Durante cinco años, la bomba alteró el campo magnético de la Tierra, pues “ensanchó” el cinturón Van Allen, tal como idearon los planificadores militares y científicos.

La explosión se produjo a 400 kilómetros de altura y a una distancia de 31 kilómetros de la isla Johnston, a cientos de kilómetros al oeste de Hawái. Fue tan inmensa la detonación que durante siete minutos, el cielo lució una especie de aurora artificial, de color rojo, que fue visible desde Hawái, Tonga y Samoa. La explosión creó un pulso electromagnético (EMP) que dañó las luces de la calle en la isla de Oahu, a 1300 kilómetros de distancia.

Esta explosión espacial se llevó a cabo apenas unos meses antes de que John F. Kennedy pronunciara su histórico discurso para llevar al hombre a la Luna.

¿Cuáles son las consecuencias de Starfish Prime?

Starfish Prime tuvo una potencia tan devastadora que jamás se volvió a usar una cabeza termonuclear tan poderosa en el espacio. Dañó teléfonos, sistemas eléctricos, satélites e incluso se llegó a temer que afecte al proyecto de la futura llegada del hombre a la Luna, el programa Apolo.

Durante varios días se observaron distorsiones en la atmósfera causadas por la acumulación de restos de litio y otros compuestos.

La explosión de Starfish Prime, vista en el cielo de Honolulu, Hawai. Foto: Difusión

La explosión de Starfish Prime, vista en el cielo de Honolulu, Hawai. Foto: Difusión

La detonación de la cabeza termonuclear también creó ingentes cantidades de rayos X y rayos gamma, así como de iones, electrones y otras partículas subatómicas.

Para ser más precisos, en Hawái hubo cortes de luz y se perdió la conexión telefónica. Los aviones presentaron problemas eléctricos y se perdieron conexiones por radio. Y se presentó una situación imprevista: el pulso electromagnético fue capaz de dañar al menos un satélite estadounidense, lo que demostró el potencial de estas armas para dejar “ciego” al enemigo en el espacio.

Ensayos atómicos entre 1945 y 2018. Composición: ABC.es

Ensayos atómicos entre 1945 y 2018. Composición: ABC.es

Operación Dominic, el inicio de las detonaciones nucleares en el espacio

Starfish Prime solo fue parte de una serie de pruebas, enmarcadas en el Proyecto Fishbowl, que a su vez pertenecía a la Operación Dominic. El objetivo siempre fue averiguar cuáles son los efectos de las detonaciones atómicas en el espacio. El año en que se lanzó ya se habían hecho seis pruebas a elevada altitud, pero con Fishbowl se buscaba una aproximación más científica.

Los estrategas de Estados Unidos pretendían averiguar si una explosión en la órbita baja de la Tierra podría expandir el cinturón de Van Allen y crear una barrera de radiación capaz de incapacitar los misiles intercontinentales soviéticos.

Vista desde un avión: una aurora creada por la explosión Starfish Prime. Foto: Difusión.

Vista desde un avión: una aurora creada por la explosión Starfish Prime. Foto: Difusión.

Sin embargo, los alcances del Starfish Prime se volcó contra Estados Unidos, puesto que nadie sabía cuánto duraría esa radiación en el espacio.

Los expertos D.B. James y H.J. Schulte señalaron que en el caso de que Estados Unidos ejecutase más detonaciones, el cinturón de Van Allen podría llegar a ser infranqueable para armas y naves. En tal caso, solo una potencia con capacidad de lanzar misiles balísticos a través de los polos, como la URSS, podría seguir atacando al enemigo desde el espacio.

Así, desde el 28 de abril de 1958 hasta el 4 de noviembre de 1962, Estados Unidos y la Unión Soviética detonaron un total de 18 bombas nucleares a una altitud superior a 20 kilómetros. La de mayor altura fue Argus III, a 540 km. Las más potentes, Hardtack Teak y Hardtack Orange (EE. UU.), ambas de 3,8 megatones y a alturas respectivas de 76,8 y 43 km.

Por fortuna, años después de Starfish Prime, los cinturones de Van Allen volvieron a su actividad habitual y el agosto de 1963, la Unión Soviética y Estados Unidos acordaron poner fin a los ensayos atómicos en la atmósfera, espacio exterior y bajo el agua a fin de frenar la contaminación del planeta.

Operación Starfish Prime. Foto: difusión.

Operación Starfish Prime. Foto: difusión.

Si bien este acuerdo -aparentemente- no ha sido violado, las provocaciones entre ambos países (salidas de tratados para no usar misiles de tierra y otras incidencias) ponen en peligro el futuro de un planeta que se vuelve frágil ante el poder nuclear que ha desarrollado el hombre.

Video que muestra la explosión nuclear de ‘Starfish Prime’ en el espacio

Fuente: ABC.es