Espectáculos

Tony Cam habla sobre el trato en 'Yo soy', cómo conoció a la esposa de Sandro y su operación en las caderas

Desde el triunfo de Tony Cam en el reality 'Yo soy', el artista no ha dejado de recibir apoyo por parte del público. En conversación con La República, el imitador de Sandro cuenta detalles no vistos del programa, entre otras grandes anécdotas.

Tony Cam fue el gran ganador de 'Yo soy: grandes batallas' en el 2016. Foto: composición de Jazmín Ceras - La República/Tony Cam/Instagram/difusión
Tony Cam fue el gran ganador de 'Yo soy: grandes batallas' en el 2016. Foto: composición de Jazmín Ceras - La República/Tony Cam/Instagram/difusión

Tony Cam es un narrador de historias. Muchas de las anécdotas que cuenta en la siguiente entrevista son datos que el público nunca conoció de su carrera y de su paso por el reality de imitación 'Yo soy'. El artista que logró que grandes y chicos conocieran al cantante argentino se mostró agradecido con el público por su perenne buen recibiemiento. Además, narra cómo ha sido el trato con Ricardo Morán y el jurado del desaparecido programa de Latina. Asimismo, reveló cuál es su estado de salud actual tras operarse las caderas por una necrosis avascular. Cam tiene un carácter jovial y un buen sentido del humor. Entérate de todos los detalles en las líneas escritas a continuación.

—Hay personas que no son contemporáneas a Sandro que han tenido la oportunidad de conocer al artista por ti.

—Claro. La música del recuerdo en general los jóvenes la recuerdan porque la han escuchado, de repente, en alguna nueva versión como de salsa, bachatas o cumbias, ¿no? Porque hay varias canciones de recuerdo que las han grabado con otro género y, por eso, las conocen. Por eso, nosotros las cantamos y las reconocen un poco. Pero, en el tema de Sandro, en especial, sí tengo el orgullo de poder decirlo que la mayoría de los jóvenes han escuchado las canciones de Sandro a través de las interpretaciones que tuve yo dentro del programa ('Yo soy') porque Sandro ya era conocido, pero tenía pues un repertorio un poco menos comercial.

A la gente le terminó gustando bastante y hay niños que me escriben y me dicen "Tony, me encanta la canción ‘El maniquí’", que es una canción supersentida, superdolida. Imagínate, pues, un niño de 14 a 15 años, qué sabe del amor, pero le encantan esas canciones y para mí eso me llena de orgullo, el saber de que lo han escuchado a través de mí.

—La producción también tuvo que confiar en ti para que puedas cantar otras canciones no conocidas de Sandro.

—Pues no, eso me costó muchísimo, porque ellos se rigen obviamente (a que) su programa de televisión tiene que ser canciones 100% comerciales. La primera canción con la que yo rompí hielo con producción fue justamente con ‘El maniquí’. Hablé con el productor Sebastián Martins y me dijo que se la mande. Al rato, me dijo: “Estás loco, cinco minutos hablando no hay formas”. Y le digo: “Pucha, ya, qué pena”. Un día, yo le insisto a Nina Mutal, quien era mi profesora de canto y le digo que quería cantar esta canción.

Ella me pidió que le cante en ese instante y, cuando termino, levanto la mirada y Nina estaba llorando. Me dice: “Espérate, espérate”, va y llama a la otra profesora a Mariela de La Pola y ahí mandaron su correo a producción. Ellos me respondieron: “Mira, eso va bajo el riesgo de ustedes”. Y nosotros lo asumimos. Canté ‘El maniquí’ y le encantó a producción. Ahí me dieron carta libre para elegir canciones, en algunas patiné, pero en otras no. A veces, también cambiábamos a último minuto los temas, porque grabábamos tres programas.

¿Qué cosa no sabe el público de 'Yo soy'?

—¿Cuánto duraban las grabaciones de 'Yo soy'?

—Pucha, había días que se grababan tipo en vivo, así durara lo que durara. Y había otras que sí se demoraban como dos horas en grabación. Entonces, nosotros estábamos citados a las 8 de la mañana, pasábamos prueba de los tres programas: prueba de sonido, prueba de puesta de escenario, todo eso y después ya nos mandaban a descansar. Las grabaciones iniciaban a las 2 de la tarde, primer programa, y terminamos saliendo como las nueve diez de la noche, a veces. Fue matado.

—¿Y ese movimiento era de lunes a viernes?

—Claro, era de lunes a viernes, pero había días en los que grabamos dos o tres días seguidos dos o tres programas. Entonces, ya no nos volvían a llamar hasta una semana después.

—¿Sentiste que tenían consideración con ustedes?

—Claro que sí, tenían mucha consideración. Muchos compañeros se pusieron en un plan a quejarse de que no pagaban, de que no dan almuerzo, que no dan atención especial. Yo les decía: “Mírenlo por este lado, hermano, ¿cuánto paga la Coca-Cola, Movistar o Claro por aparecer 30 segundos en su programa? Y a nosotros nos dan todo el rato, es una inversión de tiempo muy grande. Después tú vas a tener harto trabajo saliendo de acá". Nunca me sentí ni maltratado ni explotado para nada, más bien estoy agradecido con ellos.

—¿Al final hubo algún tipo de remuneración en 'Yo soy'?

—Sí, la producción hizo una encuesta e hicieron el pago de viáticos; pero nosotros teníamos todas las facilidades, sino que como peruano, pues estamos acostumbrados a quejarnos de todo. Hasta los vestuarios nos dejaban llevar. Imagínate, pues, mandarte hacer un traje como el de Sandro con harto brillo y todo eso a mí me saldría como 500 soles.

—Desde pequeño, tuviste la oportunidad de ver a tu padre en televisión, ¿cuándo comienza a llamarte la atención la idea de ingresar a la pantalla chica?

—Bueno, básicamente desde que tengo uso de razón. Yo estoy metido en lo que es televisión porque mi papá en esa época grababa ‘Risas y salsa’, después con Augusto Ferrando y Gisela (Valcárcel). Mi papá me llevaba al canal y yo crecí viendo artistas a todos. A Jaime (Bayly) le digo tío, ¿no? Y con la música igual, también me llevaba de giras a la a los conciertos en los que él tenía de compañeros artistas y también me gustaba la música.

¿Cuántas veces rechazó Tony Cam ingresar a 'Yo soy'?

—Tu llegada a ‘Yo soy’ fue como ‘Búsqueda implacable’

—(Risas) Sí, cuando el programa recién estaba en la primera temporada, me iban a buscar para convocarme al programa y yo no quería ir, pues no, yo no quería ir porque yo al productor yo le decía que yo no era imitador. Le digo: “Yo soy cantante y hago parodias que es muy distinto a lo que ustedes quieren”. Yo parodiaba a Camilo Sesto, José José, Juan Gabriel, Rafael, Sandro. Y él me decía: “Pero dentro de la parodia hay imitación, Tony. Solamente, es bajarte las revoluciones y que vayas”. Pero yo no quería, no quería y, así, pasaron como tres años del 2012 al 2015 que yo nunca acepté.

En el 2013 fue cuando me da la enfermedad de las caderas que mis dos caderas infartan y ahí es cuando dejé de trabajar casi un año y medio. Ya había perdido absolutamente todo porque no tenía nada más que perder.

—¿Qué hiciste con el premio de ‘Yo soy: la revancha’?

—Ah, lo vendí (risas). Es que yo me gané una camioneta. Una Chevrolet Tracker del año y ya tenía mi carrito que me lo había comprado. Entonces, para mí, tener un segundo auto era un gasto, y vender mi carrito viejo que hasta ahorita (tengo) me daba mucha pena. Al final, terminé vendiendo el nuevo que tenía mucho más valor de venta que mi propio carro.

En ese momento, necesitaba dinero porque estaba mudando y yo estaba juntando plata para mi prótesis. Entonces, eso para mí fue un alivio. Vender el carro me ahorró por lo menos unos dos años de juntar dinero para las prótesis (de caderas). Yo gané en el 2016 y en el 18 ya me había puesto ya la prótesis.

—¿Recibiste alguna demanda por tu imitación de Sandro?

—No, no, para nada. Yo no sé si habrá habido casos, creo que sí, pero más eran con los peruanos; pero, de una u otra manera, la invitación es como una especie de homenaje, una especie de tributo que se le hace al artista. En el caso de los artistas internacionales, no, nunca hemos tenido ningún tema legal, creo yo que todo lo contrario.

De hecho, yo tuve el placer de hablar con la esposa de Sandro.

Tony Cam cuenta cómo conoció a la esposa de Sandro

—¿Cómo sucedió la comunicación con la esposa de Sandro?

—Justamente después de cantar el tema de 'El maniquí' me llaman por Facebook. Era un señor argentino. Me felicitaba por la canción que había cantado de 'El maniquí'. Entonces, me dijo: “Te voy a pasar con alguien muy especial, pero quiero que la trates con mucho cariño, con mucho respeto”. Hablé y me dijo: “Déjame decirte que de todos los imitadores de mi esposo eres el que menos te parece, pero físico eres el que menos te pareces”. Obvio porque yo soy chino, ñato, cachetón, y su marido aguileño y de ojos grandes.

Entonces yo le digo: “Sí, yo digamos que soy la versión de Aliexpress de Sandro”. Ella me contestó: “Pero tiene lo que no tienen los demás, eso es lo que más me ha impactado. Hijo, tienes la interpretación de mi Roberto. Yo he escuchado a muchos que su timbre de voz inclusive se parece más que el tuyo, pero no tienen el sentimiento, la interpretación”.

—¿Qué pasó después?

—De ahí me llama el tecladista oficial de Sandro. Él estaba trabajando, llevando tributos de Sandro a todas partes de Latinoamérica y me dijo que quería venir a Perú a hacerlo conmigo. Yo qué más quiero que cantar con el tecladito fidelizado, pero ¿qué pasó? Que él no venía solo, él venía haciendo tributo con Sandra, con la hija de Sandro. Como ya había salido de que no era la hija, según el ADN, porque llegaron a exhumar su cuerpo, yo dije pucha no me voy a meter en ningún problema ni hablar.

—Luego de tu reconocimiento como artista, ¿recibiste apoyo de Ricardo Morán fuera de ‘Yo soy’?

—A ver, apoyo económico no, apoyo visual tampoco, pero ha ido a mis eventos. Te voy a mentir si te digo hoy si somos pinkies, no, no hay forma; pero por ahí de repente él me ha cochineado en Instagram (risas). Cada vez que me lo he cruzado nunca ha pasado así de frente, nunca ha sido soberbio, sobrado. Mira, el que te diga eso, está mintiendo porque él vendía ese personaje; pero detrás de cámaras disculpando la palabra Ricardo era de p*** m***.

—¿Tuviste una buena relación con el jurado del reality?

—Mira, Ricardo, Mary (Maricarmen Marín), Katia (Palma), Tony (Succar), Mauri Stern que también llegó como antipático odioso, pero detrás de cámaras era muy muy amable. Todavía hay ese cariño hacia nosotros.

—Han pasado 8 años desde que ganaste ‘Yo soy’, ¿el respaldo del público sigue siendo el mismo?

—El cariño del público ahora es mucho más que mejor. Todos nos recuerdan, nos reciben con mucho cariño. Es magnífico. El programa fue un boom, pero ahora lo es mucho más.

Su paso por 'Yo soy' y la enfermedad que lo aquejó

—¿Crees que hubieses tenido el mismo éxito si ingresabas a ‘Yo soy’ cuando te buscó el productor del programa?

Yo creo que mi tipo de baile hubiera sido otro, mi ánimo hubiera sido otro, mis shows hubieran sido otros; pero, gracias a Dios, como digo Dios es perfecto y el tiempo de Dios es perfecto. Si me daba la oportunidad en 2012 que inició un programa hasta el 2013 en ese año yo hubiera hecho todo lo que hubiera querido. Hubiera sido magnífico, hubiera estado espectacular y si me enfermaba y después dejaba de trabajar, porque la gente es así: un artista se ausenta un año o siete meses del escenario y se olvidan claro se olvidan de ti.

Entonces yo ya no hubiera podido volver y tener otro reflote, ya no hubiera podido, porque la gente hubiera visto cómo bailaba antes y después hubiera visto cómo bailaba después. La gente no extraña lo que no es.

—Cuando llegas a ‘Yo soy’, aún estabas en recuperación de la necrosis avascular de caderas, ¿cómo está tu salud ahora?

—En 2022, me operé la cadera derecha, pero fue increíble porque la primera pierna izquierda me operé en 2019 y me demoré como dos meses y medio en rehabilitarme y poder caminar de nuevo. Pero, con la derecha, al día siguiente, yo solito estaba caminando a pedirme al baño en la clínica. Así y me recuperé en una semana. Yo ya estaba caminando obviamente el médico me dijo: "Ya, ya ya, eres Ironman ya perfecto, pero cuídate".

Entonces ya me la pasé tranquilo y, hasta el día de hoy, ya no camino con muletas. Ya no uso bastón. Ya no me duele cuando duermo. Puedo dormir de corrido, o sea, dejé los analgésicos, que eso me tenían a mí el hígado malogrado y ya, o sea, mi vida, prácticamente se ha recuperado a un 99%.