Michael J. Fox: “El futuro es lo último que se nos agota”
Libro. El actor narra cómo ha afrontado el párkinson y por qué dejó la actuación de forma definitiva.
“Tengo 60 años y me conformo con caminar como si tuviera 90″, dice Michael J. Fox en No hay mejor momento que el futuro, su reciente libro de memorias en el que cuenta cómo afrontó el párkinson y lo narra de una forma “menos edulcorada”, tal como señala la prensa de Estados Unidos. El actor habla del alcoholismo y explica también por qué decidió retirarse de la actuación en el 2020.
Fox inicia el libro narrando cómo se sentía meses antes de ser operado de un tumor benigno en la espalda que podía dejarlo paralítico. “Nadie quiere ser el cirujano que dejó a Michael J. Fox en silla de ruedas. Después de mi operación, todos me habían repetido diariamente un mismo mensaje: debes preocuparte de una cosa, de no caerte. Y, aun así, aquí estoy. Si la vida te da limones, haz limonada, dicen. Pues me están entrando ganas de cerrar mi quiosco de limonadas”.
Su diagnóstico lo recibió en el 1991, cuando la película Volver al futuro recaudaba 200 millones de dólares en taquilla. “El médico me dijo que seguramente podría seguir trabajando otros 10 años más, y yo por aquel entonces solo tenía 29″. Pero explica que su estado de salud empeoró hace cinco años. “Son síntomas que se vuelven tolerables con el tiempo. Mucho más complicado es aceptar la disminución de la capacidad de moverse”.
Aunque fue operado con éxito en el 2018, tuvo que someterse a rehabilitación para recuperar la movilidad. “La operación me ha convertido en alguien dependiente hasta niveles insoportables. Cada vez que voy al aseo me siento vigilado como un recién nacido en su hora del baño, y lo que empieza siendo un simple mascullar no tarda en convertirse en una queja airada”.
Pero Michael J. Fox siguió actuando y, ese mismo año, el cineasta Spike Lee le había propuesto hacer un cameo en la película See You Yesterday, que tenía un guiño a Volver al futuro. El actor tuvo que cancelar su participación porque se cayó en su departamento. “Mi familia ha cargado con toda mi m... y solo me ha pedido a cambio que tuviera cuidado; pero yo me he reído de ellos. Han pasado cuatro meses desde la operación y me acabo de jugar la salud y la seguridad de mi familia comportándome como un tonto”.
Reconoce que sus últimas operaciones, como los 19 tornillos que le pusieron, complicaron más su calidad de vida. “Aunque parezca contradictorio, me resulta más fácil aceptar el párkinson y mis problemas de médula que mi fractura de húmero. Los dos primeros llevan años conmigo y se han ido apoderando de mí, letal e insidiosamente. En cambio, lo del brazo ha sido repentino, como una explosión. Un cataclismo. No estoy preparado para las consecuencias. Mi ánimo se ensombrece. Estoy viviendo la vida de una persona jubilada, solo que 10 años antes de lo previsto. Mi mundo se contrae, no se expande. En términos del continuo espacio-tiempo, estoy más cerca de mi punto de salida que de mi punto de entrada. Sean cuales sean mis circunstancias físicas en este momento, les hago frente y sigo. Si me caigo, me levanto. Lo último que se nos agota es precisamente el futuro”.
Y Fox dice que fue acertada su participación en la serie del cómico Larry David donde hace un cameo y bromea sobre el párkinson. Había pasado años ocultando su enfermedad, a tal punto que cuando actuaba en ‘Spin City’ “hacía esperar al público” porque se demoraba en el camerino tratando de “aplacar” los temblores con golpes. “Lo que Larry proponía llevaba las situaciones al límite. Supongo que podría haber sido un desastre si la gente, sobre todo los enfermos de párkinson y sus familias, hubieran confundido mi disposición con una actitud autoparódica, pero yo lo encontré liberador. Después de tantos años intentando ocultar mis síntomas, en ocasiones medicándome en exceso para conseguir y mantener cierta estabilidad cinética, por fin podía pasar de todo”.