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Ricardo Darín: “Esto es un momento bisagra, para todos”

Actor argentino, reflexiona sobre los efectos del Covid-19

Actor Ricardo Darín
Actor Ricardo Darín

En una entrevista con History Channel, actor Ricardo Darín dejó sus reflexiones sobre los efectos del coronavirus en la sociedad y se declaró preocupado remarcando que “el aislamiento es un privilegio”. “Nos toca ser en este momento uno de esos colectivos que no son considerados actividades esenciales. Es entendible, comprensible por otra parte, pero es controversial”, indicó el argentino de 60 años en el espacio conducido por el historiador mexicano Alejandro Rosas.

"Para la humanidad es un momento bisagra que muy pocas veces nos ha tocado vivir en carne propia, donde todos tenemos los pies parados en el mismo plato. Es una lluvia que nos está mojando a todos”, añadió. Y les pidió a los empresarios “que tomen clara consciencia de que son los que realmente pueden mover la aguja y producir un cambio importante”, señaló el actor de ‘Relatos Salvajes'.

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—Viene una crisis mundial económica importante. ¿Crees que bajo esa circunstancia el entretenimiento, las artes y la cultura van a ser sacrificables o más bien podrían ayudarnos como sociedad a pasarla menos mal?

Las dos cosas. Creo que a la hora de tener que elegir y tomar una determinación para preservar la salud de su gente, las distintas administraciones y los funcionarios probablemente coloquen a nuestra actividad en los últimos lugares de reapertura. Pero al mismo tiempo es esencial. Nuestro colectivo, el de los actores en particular, realmente se ve muy dolorido por este encierro. No nos olvidemos que cuando hablamos de actores, normalmente la injusticia que cometemos es focalizar sobre aquellos que son muy conocidos, pero esa es la punta del iceberg. Nos estamos olvidando de la gran cantidad de actores, muchos de ellos con grandísimo talento, que trabajan en elencos de comedias nacionales o municipales, en giras teatrales, ni hablar de la cantidad de programas de televisión, de ficción y demás, que se ven golpeados y eso es muy duro. Lamentablemente, creo que vamos a ser de los últimos porque la premisa fundamental es el distanciamiento social, y en los cines, teatros, conciertos, en los lugares que normalmente concitan la atención de la gente, se reúnen más de 500 personas bajo un mismo techo. Va a ser difícil que las artes estén en la primera línea de apertura.

—¿Te has puesto a pensar en una forma distinta de ejercer tu profesión actoral o replantear nuevamente la manera de hacer cine?

Sí, sí. Estamos obligados a pensar en todas las opciones y posibilidades futuras. Los guionistas, los escritores, los autores que suelen estar acostumbrados más al confinamiento que nosotros, deben estar creando historias. Lo que cuesta mucho es imaginar un rodaje, por ejemplo, un set de cine, cómo va a ser la dinámica del trabajo. Pero seguramente le vamos a encontrar la vuelta. Estoy seguro que esto es un momento bisagra, y no solo para el arte escénico, para todos. Para la humanidad es un momento bisagra, porque tenemos los pies parados todos en el mismo plato. Es un sentimiento de fraternización como pocas veces vi. Es casi probablemente una última oportunidad que tengamos de demostrar cierto atisbo de generosidad social, ya que venimos de tantas décadas en las que nos han inculcado y nos han obligado a pensar en el individualismo, ¿no? Estamos obligados a pensar en todos y, probablemente, ese sea uno de los pocos aspectos positivos que tiene este desastre.

—¿Qué les dirías a toda la gente de Latinoamérica que están pendientes de lo que está sucediendo?

Más que al ciudadano común, quiero abrazar a la gente que se siente más vulnerable y más frágil en esta situación. Y me gustaría dirigirme a los que viven una situación de privilegio. Este es el momento, y probablemente no tengamos muchos más, de demostrar hasta qué punto somos seres humanos y no animales que repetimos conductas que sabemos que están equivocadas. Me quiero dirigir a los empresarios, a la gente a la que valoro y respeto, pero que están obligados a cuidar sus empresas y a bregar por la producción y demás. Por favor, con una mano en el corazón piensen en los más vulnerables, en los más frágiles, en la gente que menos tiene, que lamentablemente cada vez es más en este mundo. Quiero pedirles que por favor tomen clara consciencia de que son los que realmente pueden mover la aguja, que son los que pueden producir un cambio importante. El planeta nos está demostrando que cuanto menor es la intervención del ser humano, mayores posibilidades tiene de recuperar sus fuentes naturales. Tomen consciencia, que lo hagan por sus hijos y por sus nietos, que, en definitiva, todos estamos metidos en la misma sopa. A ellos sí me dirijo y les pido que por favor piensen en eso.

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