Espectáculos

Andrés Calamaro: “Las redes no son sociales, diluyen el contexto social”

‘Salmón’ en concierto. El cantautor argentino hace un análisis de lo que las nuevas tecnologías acarrean para la música y la vida en sociedad. Se presenta el 29 de marzo en el Plaza Arena.

Para 'El Salmón' las plataformas "licúan la verdadera afición por el cine, la lectura y la música”.
Para 'El Salmón' las plataformas "licúan la verdadera afición por el cine, la lectura y la música”.

El intérprete argentino Andrés Calamaro, uno de los más importantes cantautores del rock en nuestro idioma, regresa al país con su nuevo álbum titulado “Cargar la suerte” y para ofrecer un recital muy íntimo al público peruano por el que tiene una gran estima.

“Cargar la suerte” le valió al ‘Salmón’ dos Latin Grammy en la última edición de la afamada premiación: uno en la categoría mejor álbum pop/rock y otro más en la terna mejor canción de rock por su tema ‘Verdades afiladas’, incluido en este mismo trabajo.

Calamaro se presentará este 29 de marzo en el Plaza Arena, y mientras llega ese día contestó algunas preguntas vía e-mail a La República.

Acabas de recibir dos Latin Grammy en un tiempo en el que las plataformas musicales desplazaron al disco. ¿Qué sentimientos te genera esto?

-Este es un siglo terrible para la música. La tecnología vende productos caros y aparenta regalar la música; pero las entradas de los conciertos son muy caras. Lo peor de ambos mundos, pagamos artefactos tecnológicos y nos pasamos la vida mirando las pantallas. Por el precio del “impuesto digital” podríamos comprar discos, libros y entradas para los recitales mucho menos caras. Ocurre que no elegimos la información, ninguna clase de información; no estamos eligiendo la música que queremos escuchar, ni formamos opinión sobre las cosas. Este es el suicidio inducido de la cultura occidental.

En tal sentido, ¿cuál es tu relación con la nueva tecnología y las redes sociales?

Todos tenemos la misma relación con la tecnología porque no aprendimos a vivir afuera del paraguas del ocio digital. Las redes no son sociales, una verdad que conocen los peces en el mar. Diluyen el contexto social. La música no es una carrera, pero es una serie de episodios, muchos de los cuales los resolvimos con teléfonos públicos, algunos con el FAX… o sirviéndonos del correo electrónico. Las plataformas licúan la verdadera afición por el cine, la lectura y la música.

Durante la alfombra roja en el último Latin Grammy, te vimos acercarte a saludar a Ricky Martin y a él sumamente abrumado por tu deferencia. El video se hizo viral. Le dijiste: “Hace siglos que quiero darte un abrazo”, en un acto donde hiciste gala de humildad. ¿Qué es lo que tanto admiras de Ricky Martin?

La cordialidad entre los músicos (y cantantes) es permanente, no se le niega a nadie. Ricky Martin ha triunfado en el mundo, eso no es posible sin sacrificio, tenacidad y esfuerzo. No somos amigos íntimos, pero nos conocemos hace muchos años, somos contemporáneos. Ricky es un poco más joven que yo, pero empezó a muy corta edad, de niño. Le tengo estima y aprecio. En Las Vegas nos encontramos cientos de compañeros de profesión, miles de personas relacionadas con la música. Todos somos compañeros en el oficio.

¿Qué tan importantes son los premios como los Latin Grammy para un músico como Andrés Calamaro, que ha vendido millones de discos en el mundo y que prácticamente es un ícono del rock?

Los Latin Grammy son más que los premios; son muchas categorías para reconocer la excelencia de las grabaciones, el honor de una vida entera dedicada a las grabaciones, y también el éxito. Los premios son simbólicos, los triunfos no. Son verdaderos y premian las cosas bien hechas.

Los peruanos aman tu música y la relación que tienes con nosotros es estrecha desde hace muchos años, incluso tienes amigos. ¿Qué es lo que te gusta hacer (aparte de ofrecer conciertos) cuando llegas al Perú?

En el Perú me quieren demasiado y eso se agradece. Somos una tripulación de quince personas, aproximadamente. Todos con tareas específicas. Tengo que comer y beber con prudencia para ofrecer buenos recitales y tener bonitas sensaciones en el escenario. En Perú me gusta comprar discos en “las cuevas” e invitar a mis compañeros a disfrutar de la grande cocina peruana.