
Presidente de la CAF: "Perú tiene un BCR y sistema financiero sólido, pero su mayor desafío es atraer más inversión"
En entrevista con La República, Sergio Díaz-Granados, presidente del banco multilateral, señala que el Perú necesita destrabar inversiones y priorizar políticas en empleo formal, educación y acceso a la vivienda para romper el ciclo de pobreza. “Si se logra una buena batería de proyectos, se puede mover el crecimiento económico".
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Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), comenta que hoy la incertidumbre producto de la guerra arancelaria — reflejada en un incremento de medidas que bloquean el comercio — está en los niveles más altos de los últimos 80 años, y que en materia de crecimiento, la región atraviesa por su peor década. "Desde 1990 el mundo entró en una negociación global para bajar aranceles. Eso se frenó en los últimos cinco años y ha comenzado a subir", apunta.
En entrevista con La República, desde Brasilia (Brasil), Díaz-Granados valora que el Perú mantenga sus fortalezas macroeconómicas, pero enfrenta un desafío urgente: elevar la inversión privada. Además, advierte que para reducir la pobreza se deben atacar tres frentes clave: informalidad laboral, educación deficiente y déficit de vivienda.
— ¿Cómo ve la situación actual del Perú? ¿Las fortalezas macroeconómicas son una resistencia permanente ante la crisis política prolongada?
El Perú ha demostrado una capacidad de estabilidad importante en la región. Es un país que ha manejado su nivel de endeudamiento responsable. Tiene un Banco Central de Reserva independiente y muy sólido, al igual que su sistema financiero. Su control de inflación objetivo ha sido eficiente. Yo soy más benévolo con la valoración del Perú. América Latina no puede verse con una mirada de vaso medio lleno o medio vacío. Tiene unas finanzas públicas que en comparación con la región están muy ordenadas.
— En el vaso medio vacío, ¿Cuál es el gran reto del país hoy?
Lo que necesita el Perú con urgencia es más inversión. Es un problema que tiene América Latina y el Caribe que han sufrido una caída en la formación bruta de capital. Creo que es el mayor desafío que tiene hoy el Perú. Estuve un mes atrás reunido con el ministro de Economía y discutimos cómo elevar los niveles de inversión privada. Creo que estamos en un momento crítico para que esto pase efectivamente.
Hay que preparar más proyectos y atraer capital privado, especialmente en vías, ferrocarriles, mejora de los puertos en el caso de Chancay, toda la zona alrededor del puerto, los distritos de riego tanto en el norte como en el sur. Hay una gran oportunidad para que el Perú avance y una mayor apuesta por el sector minero y gasífero.
El Perú es un país minero históricamente y debe recuperar el nivel de inversión y aumentar su cuota de participación a nivel mundial. Perú y Chile tienen esa oportunidad, tienen casi el 40% de las reservas mundiales de cobre, son actores relevantes en la transición energética y en la transición digital.

Ministro de Economía José Salardi.
— El ministro de Economía cree aún en crecer 4% con su shock desregulatorio, pero algo sigue reteniendo a la inversión. ¿Qué es lo que la bloquea?
No creo que sea exclusivamente la inestabilidad política. El problema está más en los marcos regulatorios, que deben ser más estables y atractivos para la inversión. También hay que mejorar la preparación de proyectos estructurados que atraigan inversión. Un proyecto grande toma tiempo y la clave está en no perder la consistencia para conseguir inversión. Y lo que hemos hablado con el ministro Salardi es cómo lograr una buena batería de proyectos que muevan el crecimiento económico del país.
— Perú ha incumplido sus reglas fiscales dos años consecutivos y esto podría prolongarse hasta 2028. ¿Qué impacto puede tener en la capacidad de gasto público y los gobiernos subnacionales?
Hay que ver el contexto de Perú. Como todas las economías latinoamericanas han sufrido golpes fiscales inesperados: la crisis financiera de 2008, la caída de los precios de commodities en 2015, la pandemia y ahora el cambio climático. Eso se traduce en una mayor ampliación del déficit. Hay un desacople de las reglas fiscales en varios países, no solo en Perú. Yo creo que a partir de aquí hay que comenzar a valorar en las bases que permitan el crecimiento económico del país, y eso es con mayor inversión privada, identificando los proyectos y sectores.
Los gobiernos locales tienen que interpretar esa realidad que estamos viviendo, y es de que no va a ser fácil pedirle más plata a los gobiernos cuando estos están enfrentando esa realidad. Gran parte de la respuesta ya la dio el gobierno nacional con el Covid, cuando aumentó el endeudamiento y repartió los recursos. De alguna manera lo que estamos viendo hoy son la secuelas de esas tensiones del 2020, 2021 y 2022.
— A propósito del informe que acaban de presentar sobre el rol de los gobiernos subnacionales, ¿Qué deberían hacer los gobiernos locales en este contexto de restricciones fiscales?
Tratar de generar sus propios ingresos y sus propias dinámicas que atraigan capital a sus municipios. No pueden depender exclusivamente de transferencias nacionales. Por ejemplo, pensemos en municipios como Chancay. Hay que buscar los movimientos de inversión en agua y saneamiento básico, tener una buena empresa de servicios públicos que acompañe lo que va a ser probablemente en los próximos 10 años uno de los municipios de más rápido crecimiento en Perú. Hay que pensar en una solución totalmente local, no necesariamente esperar transferencias de la nación para hacer eso, sino empezar a planificarlo a nivel local de manera que suceda y pase en los próximos años.
Chancay exige coordinación entre niveles de gobierno
— Pero hay tensiones entre autoridades locales y nacionales, como en el caso de Chancay. ¿Qué está fallando ahí?
Es importante mantener el buen diálogo y coordinación entre los gobiernos. Es esencial que los distintos niveles de gobierno se articulen para identificar proyectos, fuentes de financiamiento —ya sea locales, con endeudamiento o inversión privada—, y que trabajen juntos. Pero lo que no tiene duda es que ahí hay un potencial de crecimiento importante y que hay que articular el área de Lima, Callao hasta Chancay, articular otros procesos productivos en esa zona, conectar esos mercados internos de Sudamérica para poder desarrollar el potencial pleno de esa unidad particular. Eso es lo que va terminar apalancando el crecimiento económico del Perú, pero hay que llevar a un nivel rápido de concertación.
Nosotros desde el Banco de Desarrollo hemos ofrecido acompañamiento, cooperaciones técnicas para el tema de agua y saneamiento, de preparar el tema de accesos viales al municipio, y hay que lograr efectivamente que la llegada de esta inversión genere más soluciones para la gente y no una turbulencia de dificultades.

Hay un potencial de crecimiento importante en el megapuerto de Chancay, señala CAF.
Tres lastres de la pobreza en el Perú
— Sobre todo porque un tercio de la población peruana sigue siendo pobre. ¿Dónde está el origen estructural de esta situación?
Hay tres grandes canales que están afectando profundamente la pobreza y la desigualdad en América Latina y Perú no es la excepción. El primero de ellos es el marco de la generación del empleo formal, tenemos un gran problema de informalidad. En Perú, la informalidad laboral está en el 70%. Tenemos países que están en el 80%, casi 90%, y países que están en el 20% o 25%. En los puntos más altos están Guatemala y Bolivia, y en los más bajos, Chile y Uruguay.
Esa informalidad es un problema, porque la persona que está en el empleo informal, lo que refleja, es una incapacidad para poder apalancarse en sistemas de salud y de pensiones más estables y por otro lado no le permite ahorrar lo suficiente para mejorar su calidad.
El segundo punto fuerte es el canal de educación. Tenemos un problema serio en muchas zonas de América Latina y del Caribe, y en Perú sobre todo en algunas zonas muy concentradas, donde la educación o no se brinda o no se completa. Tenemos unas grandes excepciones a nivel primario y secundario.
Esa menor educación de la población lo sigue condenando en pobreza, es casi que una perpetuación de la condición. Como hemos dicho, la educación es un canal fundamental, mientras no resolvamos ese inconveniente, no resolvamos el problema de pobreza y desigualdad. La educación es tal vez lo que más perpetúa la transmisión generacional de la pobreza y la desigualdad, y lo decimos desde CAF, llevamos un grupo de países, Perú está ahí, Colombia también. Hemos logrado mantener a lo largo de siete u ocho nuevas generaciones las familias en pobreza. No se rompe el ciclo.
— ¿Se puede romper el ciclo de la pobreza en Perú?
Mientras en Dinamarca en una generación se rompe el ciclo de pobreza, nosotros tardamos hasta once generaciones en resolverlo. Y el problema central ahí, nuevamente, es la educación. Creo que hay que hacer un gran énfasis en la educación primaria y secundaria. El tercer gran desafío es vivienda. El gran canal para recortar el problema de la equidad es el acceso a la propiedad, el acceso a la tierra. La primera acumulación que uno tendría sería de sus casas, de sus techos. Ahí hay que trabajar mucho en ese canal. Y cuando me regreso al de informalidad completo diciendo la cantidad de jóvenes que tenemos en América Latina y el Caribe que no estudian ni trabajan.

Yo creo que tienes ahí tres canales que son los que hay que trabajar para resolver el problema de pobreza. Empleo, educación y vivienda.
El déficit total de América Latina pasa de los 10 millones de viviendas. Llevamos 10 años que prácticamente no aumentamos la velocidad, el crecimiento de la vivienda nueva o las reparaciones de viviendas respecto a las necesidades de la población. Y lo que pudiera aportar vivienda en el cierre de desigualdad y en el crecimiento del PBI será muy importante.