Economía

Se aceleran los pagos digitales en Perú: se quintuplicaron en 7 años

Es insuficiente. En el 2022 se realizaron alrededor de 174 transacciones por persona. Sin embargo, aún nos encontramos por debajo de las cifras alcanzadas en varios países de la región.

Las billeteras digitales cada vez cuentan con mayor cantidad de usuarios afiliados en todo al país, pero aún por debajo de la media regional. Foto: composición LR
GLR

La pandemia del COVID-19 marcó un antes y un después en el avance de la digitalización de los pagos en el Perú. Es así que, entre el 2015 y diciembre del 2022, se quintuplicó el número de transacciones digitales, alcanzado alrededor de 174 operaciones por persona en el año, según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).

La autoridad monetaria, en su informe 'CBDC: promoviendo los pagos digitales en el Perú', indica que los datos del año pasado rebasaron en 68% sus previsiones realizadas en el 2019 sobre el avance de esta forma de transacción en el Perú. Esto por las innovaciones en los medios de pago minoristas a través de transferencias inmediatas 24/7, billeteras digitales y pagos con códigos QR.

“Las medidas de distanciamiento y la generalización de los pagos sin contacto promovieron el uso de billeteras digitales y transferencias instantáneas por parte de individuos y negocios, especialmente para transacciones de bajo monto”, comenta el BCRP.

Sin embargo, destaca que, pese al considerable avance en el número de operaciones per cápita, aún nos encontramos por debajo de países como Brasil, Costa Rica y Argentina, que alcanzaron 351, 235 y 186 pagos digitales por persona en 2021, respectivamente.

Problemas identificados

De acuerdo con la autoridad monetaria, por el lado de la demanda, entre los principales problemas que enfrenta el Sistema Nacional de Pago (SNP) se encuentra el bajo nivel de aceptación de los pagos digitales, así como la preferencia por el anonimato del efectivo, las dificultades en entender plenamente las tecnologías para aceptar este tipo de transacción y los costos altos de los servicios de cancelación, etc.

Mientras que, por el lado de la oferta, destacan la falta de interoperabilidad; barreras de acceso a los actuales sistemas, esquemas y acuerdos de pago; dificultad para identificar modelos de negocio rentables e inclusivos; y puntos de acceso limitados.

En este apartado señala que, de los 18 bancos existentes a nivel nacional, solo 7 usan billeteras digitales, 3 utilizan Yape y 4 Plin. Lo mismo ocurren con las 12 cajas municipales existentes: 6 usan Yape y 3 Plin. Las cajas rurales y las entidades financieras no utilizan ninguno. Ello genera un ratio de interconexión de 20% en el caso de Yape y 15% en Plin.

Una moneda digital

El BCRP ha completado la etapa de investigación para la creación de su divisa denominada Moneda Digital del Banco Central (CBDC).

La entidad indicó que esta fase servirá como base para las etapas de prueba de supuestos, prototipo, piloto y producción.

Durante el estudio identificó que la inclusión financiera y la interoperabilidad son los factores más limitantes para el desarrollo de los pagos digitales en el Perú. Por lo tanto, concluyó que existe la posibilidad de que la CBDC contribuya de manera significativa a resolver estos inconvenientes.

En una primera etapa esta moneda tendrá como grupo objetivo a la población no bancarizada, como vendedores ambulantes, transportistas y trabajadores de la construcción.

La creación de una moneda digital tomará tiempo

La implementación de una criptomoneda desde el Banco Central es un proceso que puede durar años, y es una medida para el mediano plazo, sostiene Juan José Marthans, Director Académico del Departamento de Economía de la Universidad de Piura.

"No creo que hablemos de los 2 o 3 próximos años. Esto hay que hacerlo con mucha seriedad", indica.

Añade que en el esfuerzo del BCRP jugará un rol importante el ambiente regulatorio y el legal, así como la necesidad de evaluar el impacto de "este dinero digital sobre la creación de masa monetaria".

Finalmente, advierte que un desbalance generado como consecuencia de un descarrilamiento de esta divisa generaría complicaciones en la economía nacional.