Los hermanos Menéndez: ¿la historia de dos monstruos o la exculpación?
El caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez volvió al ojo público a casi 30 años de haber sido condenados a cadena perpetua. Una historia atractiva, pero con las señas de ser un trabajo a pedido.
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La historia del crimen de los hermanos Lyle y Erik Menéndez pudo quedar como una de las leyendas más oscuras de los años 90. En la noche del 20 de agosto de 1989, los hermanos Menéndez asesinaron, mediante escopetazos, a sus padres José y Kitty en su propia mansión de Beverly Hills. No sorprende que una aberración como esta haya captado la atención de los medios, más aún cuando el asesinato había sido cometido en una de las zonas más exclusivas de Los Ángeles. Los hermanos fueron llevados a juicio y condenados a cadena perpetua en 1996.
Los hermanos se defendieron bajo este argumento: asesinaron a sus padres debido a los abusos físicos y sexuales perpetrados por José desde que eran pequeños. Según ellos, Kitty llegó a enterarse de estos abusos y no hizo nada al respecto. Pero en 1994 ocurrieron varias cosas: el caso estaba en su punto y tuvo su película para la televisión, llamada Menéndez: un crimen en Beverly Hills (ese año salía del colegio y recuerdo que la vi en un canal de señal abierta en el marco de Cine Millonario o La Gran Premiere, no recuerdo bien). Hay que tener en cuenta que las comunicaciones de entonces no eran como las de ahora. Muchos en Latinoamérica se enteraron de la existencia de esta historia a través de esta película de Larry Elikann. Pero este relato macabro quedó en el olvido. La razón: toda la atención mediática se enfocó en el exjugador de fútbol americano O. J. Simpson, muy famoso desde los 80, por asesinar a su esposa y a un amigo de esta. Era junio de 1994.
En estos últimos años, el caso volvió a captar la atención debido a que los hermanos pidieron un nuevo juicio (en mayo de este 2025, se les ratificó la cadena perpetua, pero esta vez con libertad condicional). Neftlix no se quedó atrás y colocó en su parrilla, en el segundo semestre de 2024, el documental Los hermanos Menéndez de Alejandro Hartmann y la serie de 9 capítulos, que pasaremos a comentar, Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez, creación de Ian Brennan y Ryan Murphy.
En los roles de Lyle y Erik, tenemos a Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch, respectivamente. Como Kitty, a la extraordinaria actriz de reparto Chloe Sevigny y a Javier Bardem como José Menéndez.
Monstruos, como historia, es entretenida. Su banda sonora, a saber, nos transporta a los 80 y 90. Monstruos es, más que nada, Javier Bardem. El actor español sostiene a Monstruos en cada capítulo, dejando en segundo plano a los actores protagonistas, posicionándose como la base emocional del relato. Para subrayar la escena cuando José se entera de que sus hijos se dedicaban a robar casas (no tenían la necesidad de dinero), o cuando obliga a Lyle a usar peluquín debido a su temprana pérdida de cabello. Lyle no quería usarlo, sin embargo, no tener cabello era un hecho inadmisible para José debido a las esperanzas políticas que había depositado en su hijo mayor.
Pero Monstruos también tiene las señas del delivery: humanizar a los desadaptados. No es la primera vez que algunos proyectos de esta plataforma van por ese camino sinuoso, tampoco se quedan atrás los otros trabajos de las otras plataformas que, vaya coincidencia, nos presentan igualmente a los Menéndez como víctimas de unos padres abusivos. Todo esto bajo el marco del nuevo juicio que pidieron y cuyo desenlace, en mayo pasado, les da la posibilidad de que en poco tiempo puedan salir de prisión. La causa de los Menéndez empezó en el terreno en donde todo se dice y nada se comprueba: las redes sociales. Tenía que ser así.




















