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"El chavo del 8": la vez que Don Ramón fue aplastado por señor Barriga y se hizo historia

A pesar de su antigüedad, los efectos especiales de "El chavo del 8" siempre han causado gran sorpresa entre espectadores. La escena más recordada tuvo como protagonista a don Ramón liso.

"El Chavo del 8" está lleno de momentos inolvidables. Foto: composición LR/ Televisa
"El Chavo del 8" está lleno de momentos inolvidables. Foto: composición LR/ Televisa

“El chavo del 8″, show creado por Roberto Gómez Bolaños, culminó en 1980, pero sigue vigente hasta hoy gracias a sus inolvidables anécdotas en la vecindad y las ocurrencias detrás de cámaras. Sus capítulos están llenos de momentos que siguen robando carcajadas, pero pocos son tan inolvidables como la vez que el Señor Barriga aplastó a Don Ramón.

La imagen del padre de Chilindrina postrado tan plano como una hoja ha quedado grabada en la retina de los fanáticos. Para revivir el capítulo y conocer la historia, aquí recordamos cómo sucedió.

¿Qué pasó en el capítulo "Insomnio"?

Un momento inolvidable. Foto: Televisa

Un momento inolvidable. Foto: Televisa

En dicho episodio, el Chavo no podía dormir por culpa del insomnio de la noche anterior y Quico trataba de ayudarlo para que puedan jugar. Cuando el Señor Barriga llega a cobrar la renta a Don Ramón, se tropieza repetidamente con el protagonista, quien yace durmiendo en el suelo del vecindario. Esto no hizo más que agotar con la paciencia del mayor.

Como es habitual, el papá de la Chilindrina lo evade con éxito. Pero al final lo encara sin querer luego de confundirlo con Quico, a quien quería pellizcar por venganza. El papá de Ñoño le dijo que podía aguantarle varias cosas, menos este tipo de agresión, por lo que le lanzó un puño y lo aplastó.

La serie de Televisa siempre se ha caracterizado por el uso de prácticos efectos especiales. Gracias a estos pudieron hacer que el Chavo vuele con globos, recrear escenarios y objetos falsos, así como incluir dobles de los personajes, gigantes, enanos, y cómo olvidar la ocasión en que Quico sujetó una olla con agua hirviendo.