Ciencia

Un científico miraba imágenes satelitales de Google cuando encontró una enorme cicatriz en un desierto

Un científico exploraba imágenes satelitales en busca de cuevas cuando encontró una cicatriz de 11 kilómetros en un terreno desértico en Australia. El hallazgo reveló un fenómeno natural que dejó huella en el paisaje.

La marca fue visible durante meses desde imágenes satelitales. Foto: Google Earth
La marca fue visible durante meses desde imágenes satelitales. Foto: Google Earth

En medio de un terreno desértico, en la llanura de Nullarbor, se extiende una cicatriz de 11 kilómetros. El descubrimiento de la misteriosa marca inició cuando un espeleólogo miraba imágenes satelitales del lugar en Google Earth. El experto en la exploración de cuevas y cavernas percibió la anomalía que parecía común a simple vista, pero al analizarla más de cerca notó que era una formación que abarcaba miles de metros y no coincidía con ninguna característica conocida de la zona.

El hallazgo llamó la atención de expertos en geología, quienes iniciaron una investigación para determinar el origen de esta extraña cicatriz. A través de imágenes satelitales, visitas al sitio y análisis detallados, el equipo logró desentrañar la historia detrás de esta marca en el terreno. Finalmente, el estudio fue publicado en la revista Journal of Southern Hemisphere Earth Systems Science y aporta nueva información sobre estos fenómenos en tierras desérticas.

¿Cuál es el origen de la cicatriz?

El análisis reveló que la cicatriz se formó entre el 16 y el 18 de noviembre de 2022 como resultado de un tornado de gran magnitud que cruzó la región. El fenómeno meteorológico se produjo en el contexto de un frente frío que generó condiciones extremas en el área. La fuerza del tornado, clasificado en las categorías F2 (nivel 'severo') o F3 (nivel 'devastador') de la escala Fujita, dejó una huella visible en el terreno, que posteriormente fue registrada en imágenes satelitales de las plataformas Landsat y Sentinel.

Los científicos observaron patrones circulares característicos de los vórtices de succión que producen los tornados. Además, se identificaron charcos de agua que quedaron después de las lluvias intensas asociadas con el fenómeno. Estas evidencias permitieron reconstruir el recorrido del tornado y confirmar que se movió hacia el este, girando en el sentido de las agujas del reloj.

 Un tornado es un fenómeno meteorológico violento que consiste en una columna de aire en rotación intensa. Foto: Niccolò Ubalducci / Flickr

Un tornado es un fenómeno meteorológico violento que consiste en una columna de aire en rotación intensa. Foto: Niccolò Ubalducci / Flickr

Más detalles sobre la cicatriz

La cicatriz tiene una longitud de 11 kilómetros y un ancho que varía entre 160 y 250 metros. Su superficie está marcada por patrones conocidos como 'marcas cicloidales', que son huellas dejadas por los intensos vórtices del tornado al interactuar con el suelo. Estas marcas permiten inferir la dirección y fuerza del viento durante el fenómeno.

Además de afectar a la vegetación, el tornado también erosionó el suelo, dejando una marca claramente visible incluso después de 18 meses. Los expertos señalan que se debe a las características del entorno desértico, donde el crecimiento de la vegetación es lento y no logra cubrir rápidamente las cicatrices del terreno. La geología del lugar conservó así el rastro de un fenómeno que pasó desapercibido en su momento por la ausencia de testigos o daños a infraestructuras.

 Las imágenes satelitales permitieron observar marcas cicloidales. Foto: Google Earth

Las imágenes satelitales permitieron observar marcas cicloidales. Foto: Google Earth

Tornados en Australia

Los tornados en Australia son menos frecuentes que en otras partes del mundo, según indica Matej Lipar, investigador experto en Geología, en un artículo para el portal The Conversation. El primer registro de un tornado en el país se remonta a 1795, en los suburbios de Sídney. Sin embargo, estos fenómenos se documentaron de manera más consistente a partir del siglo XIX.

Eventos recientes han demostrado que los tornados en Australia pueden alcanzar intensidades comparables a los de otros países. En 2013, un tornado en Victoria alcanzó vientos de hasta 300 kilómetros por hora, causando daños significativos. Otro evento en 2016 generó al menos siete tornados en el sur del país, afectando zonas pobladas y rurales. Sin embargo, el caso del tornado de Nullarbor es distinto, ya que ocurrió en una región remota, sin causar daños visibles en infraestructura o viviendas.