Ciencia

Un lugar único para la investigación espacial en Lima: por qué la NASA elige al Perú para lanzar cohetes sonda

Ubicada en Pucusana, Lima, Punta Lobos es el punto estratégico donde la NASA y CONIDA realizarán lanzamientos de cohetes sonda para explorar fenómenos atmosféricos y geomagnéticos. Visitamos esta base científica y conversamos con integrantes de la agencia espacial del Perú para conocer los motivos tras la elección y más detalles sobre el acuerdo de cooperación espacial.

La base Punta Lobos está en Pucusana. Foto: Félix Contreras / La República
La base Punta Lobos está en Pucusana. Foto: Félix Contreras / La República

Al lado del mar, en Pucusana, Lima, se encuentra una amplia extensión de tierra donde científicos peruanos realizan investigaciones y pruebas con cohetes desde principios del siglo XXI. Se trata de Punta Lobos, la base científica de la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA). Recientemente, CONIDA, más conocida como la agencia espacial del Perú, y la NASA firmaron un Memorando de Entendimiento que incluye actividades como el lanzamiento de cohetes sonda desde este lugar, además de otras colaboraciones en proyectos espaciales.

Son 14 cohetes sonda que se planea lanzar en 2028, según el acuerdo. Para ello, el punto de partida de los vehículos ha sido cuidadosamente seleccionado. “La comunidad científica ha reconocido que la base en Punta Lobos es única para hacer este tipo de investigaciones”, resalta el Mayor general FAP Roberto Melgar Sheen, jefe institucional de CONIDA, durante una convocatoria de prensa en la base, que contó con la participación de medios como La República.

“En los años 70 y 80 ya había lanzamientos para investigación. Después de 40 años, la NASA ha vuelto a manifestar interés de volver a trabajar en este tipo de investigaciones”, precisa Melgar. Además, resalta que el proyecto permitirá una participación activa de instituciones científicas peruanas y representa una oportunidad para estudiantes de pre y posgrado, en cuanto se podrá acceder a nueva información para desarrollo de estudios académicos. ¿Por qué eligieron Punta Lobos y en qué consiste el lanzamiento de cohetes sonda?

 Desde la base Punta Lobos se ha realizado el lanzamiento de cohetes Paulet desde 2006. Foto: Félix Contreras / La República

Desde la base Punta Lobos se ha realizado el lanzamiento de cohetes Paulet desde 2006. Foto: Félix Contreras / La República

Una ubicación especial

Punta Lobos está a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Lima. Su ubicación estratégica junto al mar y relativamente apartada la convierte en un lugar ideal para pruebas relacionadas con la cohetería. Pero, lo que la distingue como un sitio de interés para la investigación espacial es su proximidad al ecuador magnético de la Tierra.

Desde esta zona, se pueden observar fenómenos particulares. “La interacción del Sol y el campo magnético de la Tierra generan diferentes perturbaciones, pero se dan con mayor intensidad en el ecuador magnético”, explica Melgar. Cabe recordar que el campo magnético es una región alrededor del planeta que actúa como un escudo, desviando partículas cargadas del viento solar y otras radiaciones.

Jorge Samanez, director de Astronomía y Ciencias de CONIDA, indica que sin esta especie de capa no puede existir la vida como la conocemos. "El campo magnético es importante, no solo para conocer las partículas que pueden venir del espacio y las radiaciones, sino también para proteger la tecnología que orbita la Tierra, como la tecnología satelital", detalla. Su estudio permite evaluar qué tanto pueden perturbar a la humanidad los fenómenos extremos relacionados con la actividad solar.

El ecuador geomagnético es distinto al ecuador geográfico. Su posición puede variar debido a la dinámica del núcleo terrestre, según la NASA. Delimita una región imaginaria que divide al planeta en dos hemisferios magnéticos. "Perú es un lugar privilegiado porque el ecuador magnético oscila entre las regiones del centro del país y, en este momento, estamos en una época en la cual las condiciones geofísicas son idóneas para tener una campaña de lanzamiento de cohetes sonda", asegura Samanez.

“Tenemos la fortuna, como país, además de contar con nuestras riquezas naturales y culturales, de tener esta posibilidad para la investigación científica”, destaca Melgar. El lanzamiento de instrumentos hasta los 600 kilómetros de altura permitirá recopilar datos para investigar la interacción del Sol con la atmósfera. “Así, podemos conocer cómo podría afectar a nuestra vida o a las comunicaciones”, agrega.

¿Cómo funcionan los cohetes sonda?

Los cohetes sonda son vehículos no tripulados diseñados para llevar instrumentos científicos, denominados 'carga útil', a grandes alturas. "Ese instrumento tiene comandos y envía los datos que está censando a una institución de control en Tierra. Luego, esa lectura es fuente de análisis para generar el conocimiento científico", dice Melgar.

Para las investigaciones con los cohetes sonda, también interviene otro importante sistema científico en Perú: el Radio Observatorio de Jicamarca (ROJ), el cual es reconocido como uno de los más importantes a nivel mundial en su especialidad. Su relevancia radica en que está construido sobre el ecuador magnético, lo que le permite estudiar fenómenos únicos de la ionósfera ecuatorial, la capa de la atmósfera cargada eléctricamente.

"Tenemos el radio observatorio que hace observación radar del comportamiento de la ionósfera. Lanzamos el cohete que hace el censado de los parámetros que se quieren leer a determinadas alturas. Se comparan los datos y se genera el conocimiento de acuerdo a los diferentes ámbitos o aspectos de lo que se necesita investigar", explica Melgar acerca del proceso para investigación con los cohetes sonda.

Los avances de Perú en cohetería

Los 14 cohetes sonda que serán enviados a explorar la atmósfera desde Punta Lobos son fabricados por la NASA. Sin embargo, se ha acordado con la agencia espacial estadounidense que uno de los instrumentos trasladados para el recojo de datos será desarrollado completamente por científicos peruanos. "Tenemos la oportunidad de este tipo de desarrollos en condiciones extremas que hasta ahora solo lo tienen ellos", comenta Melgar.

Por otro lado, se está trabajando en avances para la construcción de cohetes sonda propios de Perú. "Uno de los objetivos es que Perú tenga la capacidad propia de realizar sus propias campañas de lanzamiento. Actualmente, estamos trabajando con la NASA porque ellos tienen la capacidad de llegar a la atmósfera. Nosotros queremos llegar a esa altura", dice Marcell Villanueva Jimenez, investigador de la Dirección de Tecnología Espacial de CONIDA, a La República. "En el futuro, aspiramos a trabajar una campaña similar de manera independiente", expresa.

 El próximo cohete Paulet podría ser lanzado en 2025. Foto: Félix Contreras / La República

El próximo cohete Paulet podría ser lanzado en 2025. Foto: Félix Contreras / La República

Con el Programa Paulet, la agencia espacial peruana desarrolla cohetería, un hito con el que lanzó un primer cohete en el 2006, denominado Paulet 1. A aquel, le siguieron otros que cada vez alcanzaron mayor altura. El último fue el Paulet 1C, lanzado en diciembre del 2021, el cual llegó a los 10 kilómetros. "Para el año 2028, proyectamos con ayuda de la NASA poder llegar a los 80 kilómetros, con el Paulet 1E", dijo Roger Morales, director de Tecnología Espacial de CONIDA.

Cabe mencionar que, inicialmente, los cohetes peruanos eran fabricados con propelentes (la parte con el combustible para el despegue) importados, pero hoy se ha logrado la producción de propelentes propios, lo cual representa un avance significativo. En la base científica Punta Lobos, hay un laboratorio especializado en la fabricación de propelentes que está equipado con tecnología avanzada que permite realizar simulaciones y estudios exhaustivos, con el fin de garantizar su seguridad.

 La agencia espacial del Perú cuenta con la capacidad y equipamiento para fabricar propelentes. Foto: Félix Contreras / La República

La agencia espacial del Perú cuenta con la capacidad y equipamiento para fabricar propelentes. Foto: Félix Contreras / La República